Oda a la barba

Oh, barba querida,

cortarte no puedo.

Eres más que mi vida,

me molas un huevo.

 

Me das estilazo,

afilas mi cara,

¡qué tonto sería

si yo te cortara!

 

Pincho al besar,

pero beso poco.

La barba es genial,

ahí frenan mis mocos.

 

No quiero pelarte,

eres mi aliada.

Yo te cortaría

por amor más nada.

 

La barba es mi vida,

y es que mola mazo.

No me digas que no,

si no yo te mato.

ABAD, J. Poesía pacífica de la calle (2017).

Como iba diciendo ayer… la siempre elocuente Lidia me encomendó un texto en el que consiguiese convencer a X (digo X como podría decir Íker, Óscarmari o cualquier nombre aleatorio de puertas de discoteca al uso) de que me dejase acceder a un evento celebrado el 27 de junio (qué raro que coincida con su cumpleaños, ¿no?) en el que no se permitía el acceso con barba.

Yo solo quiero emitir un mensaje público a la sociedad: no queráis que me afeite. Por vuestro bien y el de la estabilidad del canon de belleza imperante en la sociedad. Gracias. Por eso, he escrito esta oda para que la barba jamás pase de moda. Crucemos los dedos. Si no, ya os aviso, seré vintage. Pero yo no me afeito.

Qué bonito escribir aquí de nuevo después de tanto tiempo. Qué ilusión me hace retomar esta cadena tan guay con the best journalist ever, pero hay que ver lo vago que soy a veces y lo mucho que me ha costado.

Así que, volviendo a las buenas costumbres, me toca plantear a la rubia menos rubia de todo el planeta un nuevo reto. Para esta ocasión me voy a poner un poco filosófico y quiero que contestes a una pregunta para la que (creo) no he encontrado una respuesta clara todavía. ¿Qué es la amistad?

Ahí lo dejo. Haznos pensar cual emoji de Whatsapp.

Jorge.

 

 

¿Y si en las Elecciones pudieras votar a Dumbledore?

No sabéis la pereza que me dan las Elecciones, de verdad que no. Y no, no es que me dé pereza la política, sino los políticos de este país. Da igual su ideología o color: a todos les queda muuucho por aprender. Por ejemplo, ¿por qué se empeñan en ignorar a las mujeres? ¿No saben que somos la mitad de los votantes? Ya es hora de cambiar las cosas, pero de cambiarlas de verdad. Por eso, me voy a presentar a las Elecciones. Lo hago porque ya es hora de que haya una mujer presidenta. Bueno, y porque Jorge me ha retado a ello. YES WE CAN!!

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Partido: Los Mágicos

Secretaria general: Lidia Baños

Áreas:
– Ministerio de la Presidencia:
Jorge Abad
– Ministerio del Interior: Hermione Granger
– Ministerio de Exteriores: Salvador Martí
– Ministerio de Educación, Cultura y Deporte: Albus Dumbledore
– Ministerio de Sanidad: Doctor Frankenstein
– Ministerio de Igualdad: Lisbeth Salander
– Ministerio de Defensa: Katniss Everdeen
– Ministerio de Justicia: Gandalf
– Ministerio de Hacienda: Carlisle Cullen
– Ministerio de Economía: Jay Gatsby
– Ministerio de Fomento: Tris Prior
– Ministerio de Empleo: Lois Lane
– Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente: Lisa Simpson

dumbledore-for-president

Es para mí un honor disponer de vuestra confianza. No es fácil ser nuevo y, ni mucho menos, nueva. Pero aquí estoy o, mejor dicho, aquí estamos. Somos Los Mágicos y vamos a dar mucho de qué hablar. Porque la política necesita magia y eso es lo que proponemos.

¿Hace cuánto no sentís la magia de ir a trabajar en un transporte público de calidad? De hecho, muchos de vosotros apenas recordáis la magia de tener un trabajo. La magia de disfrutar de vuestros derechos, de cada uno de ellos. La magia de ver las salas de cine llenas y de no endeudarnos cada vez que visitamos un museo. La magia de una sanidad pública y cuidada, de una enseñanza excelente y de unos maestros valorados por la sociedad. La magia de la ciencia y la magia de la cultura. La magia de la paz y de la solidaridad, de calles sin pobreza y de ancianos queridos y acompañados. La magia de la integración, de cuidar a los que llegan a nuestro país con ilusión. La magia de la igualdad, de mujeres libres y sin miedo que alzan la voz y son escuchadas. La magia de una nueva sociedad, una sociedad solidaria, completa y feliz. Sobre todo, feliz.

Y tú… ¿sientes la magia?

varitas al cielo magia
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Vale, vale, podéis reíros. Pero que conste que he escrito este discurso con ilusión. Si queréis un gobierno con Dumbledore (‘Harry Potter’), Katniss Everdeen (‘Los juegos del hambre’) y, por supuesto, Jorge y yo, ya sabéis lo que hacer. #VOTALOSMÁGICOS

Bueno, Jorge, ahora soy yo (*la que sigue aquí*) la que tiene que retarte. Todos sabemos que tu máxima señal de identidad es tu barba y que sin ella te sientes desnudo. O, al menos, esa es la sensación que nos da cuando nos enseñas fotos antiguas de cuando eras barbilampiño. Y es que, vamos a ser claros… sin barba aparentas menos que Errejón. Pero resulta que te invitan a una fiesta y el código establece que NO se puede llevar barba. ¿Lograrás convencerles de que te dejen pasar sin afeitarte? Venga, cuéntales por qué tu barba es necesaria y por qué una aparición pública sin ella puede destrozar tu carrera. Y no vale decir “Pues no voy a la fiesta si discriminan a mi barba. Me quedo viendo ‘El tiempo entre costuras’ y que les den a todos”, ya que la fiesta tiene lugar el 27 de junio y ya sabes lo que ese día pasa… A menos, claro, de que quieras romperle el corazón a alguien. L

Lidia

Flipo mazo con el Prado

Tras un mes de continuo sufrimiento, búsqueda de uno mismo, o vete tú a saber qué he hecho, ¡VOLVEMOS a publicar! Y aunque Lidia me dio a elegir dos opciones a cuál más interesante en su pasado reto, me he tenido que decantar por la segunda. Y  es que la figura del adolescente al que aleatoriamente llamaremos David, no podía pasarse por alto. Esos jóvenes que golpean las barras del Metro con sus manos con uñas desgastadas, pantalones de chándal y el culo pa’ fuera. Sí, existen. Y todos los conocemos. Y si no, montad en la línea 10 de Metro cuando juegue el Madrid.

Pues bien, aquí os presento la increíble historia de cuando David visitó el Museo del Prado:

Aquella tarde, Adriana me tenía una sorpresa preparada. Yo me había llevado ya puesta la camiseta de mi equipo, el Real Madrid, como no podía ser de otra manera, porque luego iba a ir al Bernabéu a ver el partido con la chavalada. En verdad, no creí que me fuese a llevar a ningún sitio especial.

Adriana y yo solo llevábamos unos meses. Nos conocemos de siempre del instituto, pero no vamos a la misma clase. Ella está en segundo de bachillerato de Humanidades, y yo repetí primero de Sociales (desde aquí aprovecho para mandar un saludito al Mortadelo, que me suspendió en junio. Es un cabrón, pero al final se le coge cariño en verdad). Pero Adriana siempre me ha gustado. No solo está buenísima, sino que encima es mazo de lista y me ayuda con sintaxis. Creo que la quiero de verdad.

Pues bien, yo pensando que me iba a llevar al Burger King, cuando de repente nos plantamos en la cola del Museo del Prado. “Vamos, no me jodas”, le dije. Pero ella se empeñó en que me iba a gustar, que ella me invitaba.

Cuando entramos, olía mazo como cuando abro el baúl que mi abuela tiene en el pueblo. Pero flipas lo que olía, chaval. Pero bueno, la verdad es que se me olvidó pronto el olor, porque Adri no paraba de contarme cosas sobre los cuadros que no sé si entendía muy bien porque no estaba prestando mucha atención.

“Tú, ¡vaya tetas!, ¿no?” exclamé irónicamente entre risas cuando de repente vi un gran cuadro frente a mí. “Es la maja desnuda, de Goya. Si seguimos por aquí, la tienes vestida también”, me contestó. Yo pensé que el Goya este sería un pajillero o algo, pero en verdad me estaba gustando. Luego fuimos a ver cosas del Velázquez ese, el de las Meninas. Al principio me quise hacer el pasota, pero en verdad luego empecé a flipar bastante con la historia de Las Hilanderas. “Tú, pero ¿y se disfrazó de vieja? ¡Qué loca, chaval!”. Con la mirada empecé a pedirle que me contara más. “A ver, que a mí en verdad esto  me la suda, pero ya que estoy aquí…”, pensaba.

Cuando llegamos a Van der Weyden y el “Descendimiento de la cruz” ya sí que no pude ocultarlo. ¡Las lágrimas parecían de verdad! Me quedé parado, en silencio, y miré cada detalle de la obra. No sé dónde estaba Adri, pero ahora no necesitaba sus explicaciones. Solo quería mirar y disfrutar de lo que tenía delante, y eso que esta vez no era la Play. Cuando volví a la realidad, Adri estaba detrás de mí, riéndose con el móvil en la mano. “Tú, no te rayes. Borra la foto que me has hecho”, le dije. Ella no me dejó coger el móvil, pero me dijo que en la foto tenía que ver mi cara a punto de llorar, emocionado y empanado a partes iguales. Traté de negarlo, pero fue inútil.

“Pues a ver, ha estado bien, pero no es lo mío” confesé cuando salimos. “Y el Thyssen ese, entonces, ¿qué es?”, pregunté después. Me va a llevar el próximo sábado.

El arte es irresistible para todos. Hasta para los que van de duros.

Y ahora, por fin, vuelvo a encomendarte, querida Lidia, nuevos retos a los que enfrentarte. Y es que la próxima semana, por desgracia para todos, tenemos que elegir (a ver si esta vez se puede) al nuevo presidente del Gobierno. Pero mira, yo es que no sé a quién votar. No me gusta ninguno, a todos les falta algo y todos tienen algo que no me termina de convencer. Yo… yo es que creo que si tú te presentases, te votaría a ti. ¿Por qué no nos cuentas tu programa electoral? Trata de captar votantes con un discurso potente e ilimitado en el que, incluyendo un eslogan de campaña, nombre de partido y posibles miembros del mismo (políticos que cogerías de otros partidos, personajes famosos, ¡vale todo!), nos conquistes y hagamos que te votemos.

#LidiaForPresident.

Jorge.

Querido profesor

Querido profesor:

Tengo muchas cosas que decirte hoy. No lo he hecho nunca, y creo que ya es hora. Solo quiero que sepas que te admiro. Te admiro por tu paciencia y tesón, por tus ganas de hacer que aprender sea un placer. Te admiro por no rendirte incluso cuando nadie te escuchaba. Te admiro por llevarte el trabajo a casa, por seguir pensando en tus alumnos hasta fuera de las aulas. Te admiro por ignorar a los que se burlan de tu profesión, personas despreciables a las que les falta educación. Educación, eso es lo que me has dado, pero una educación que va más allá de las integrales, los prefijos y los cuadros de Dalí. Lo que me has dado es una forma nueva de ver el mundo, las ganas de hacerme preguntas y no parar hasta resolverlas. Podríamos decir que me has dado un poco de ti con cada lección y corrección, con cada palabra de ánimo y con tu implicación. Te admiro por ser maestro y psicólogo a la vez, por no desanimarte incluso cuando las cosas no iban bien.

Hoy soy mayor, o eso dicen por ahí, pero yo sigo teniendo tanto miedo como cuando estaba en el pupitre. Ahí no estaba sola y tú me guiabas de alguna manera. Pero, a pesar de todo y de que no estés aquí, no me siento mal del todo. Recuerdo tus enseñanzas y eso me da fuerza para no rendirme ni amedrentarme ante el futuro. Que se prepare la vida adulta, que yo puedo con todo porque soy como soy. Y soy como soy porque lo que me enseñaste me ha ayudado a ser una persona mejor. Te imagino en un aula de paredes desconchadas y sillas verdosas, con la mirada cansada pero, en el fondo, feliz. Y quiero decirte algo para que tu sonrisa se ensanche aún más: GRACIAS.

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Ryan Gosling en ‘Half Nelson’ (2006)

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Vale, encima que llego con retraso, me lío con el reto. Perdóname, Jorge, ya sé que me mandaste hacer una biografía de la persona que más admiro, pero me he emocionado tanto escribiéndolo en formato carta que… En fin, seguro que podrás perdonarme. Además, la biografía del profesor de la carta, que en realidad hace referencia a todos los profes que he tenido a lo largo de mi vida, tiene más sentido si es una alumna agradecida la que habla de él. Y es que ya era hora de que homenajeáramos la figura del docente, ¿no? Y más aún teniendo en cuenta lo denostada que está. Aquellos que se ríen de la carrera de Magisterio y de la docencia como profesión deberían reflexionar un poquito y pensar que, si están donde están, es porque un profesor les ha enseñado antes a hacer lo que saben hacer.

Dicho esto, es el turno de retar a Jorge y compensarle un poco por mi lapsus. Te doy dos opciones:

1. Este sábado es Eurovisión, pero Barei tiene un problema de última hora (¡ojalá que no!) y no puede actuar. ¿A quién mandamos para representar a España? Cuéntanoslo en un pequeño relato, pero que no haya un bloody mary, por favor.

2. Como yo he publicado post más tarde de lo previsto y es la Fiesta del Cine y esas cosas, igual no te da tiempo a escribir antes de Eurovisión. Mi reto alternativo es el siguiente: te llamas David, juegas al fútbol sala en un equipo juvenil, llevas chándal con el que marcas tu trasero ligeramente respingón y llevas una cresta engominada. Cuéntanos cómo te sientes al visitar el museo del Prado por primera vez.

Lidia

Lo que siento con 22

Oh, qué detalle ha tenido la gran Lidia de felicitarme vía WordPress. Pues bien, siguiendo con su reto, lo único que puedo decir es est

Describe cómo te sientes con tus 22 con…

1. Una canción

Aunque en este caso sería bastante fácil acudir a Taylor Swift, te diré que me identifico con ‘Corazón de fuego’ de Soraya. Así, por ejemplo.

2. Un GIF

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Uno de tantos que me describen.

3. Un emoji de WhatsApp.

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Define mi irónica situación de «22 años. Becario. Soltero. Sin independizar. Pero digno. Muy digno».

4. Una foto de Terelu

Espera, ¿qué? JAJAJAJAJAJAJAJA. Fan de este apartado. Y por supuesto, la he encontrado.

«Yo a tu edad ya estaba casado y con hijos».

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5. Un microrrelato de 100 palabras como máximo

Por primera vez, no estaba nervioso por mi cumpleaños. Me daba igual la cena, la ropa que llevara puesta o que mi casa estuviera llena de gente. Por primera vez, y no entendí por qué, no me importaban en absoluto los regalos. Por primera vez, me apeteció disfrutar del momento. De los buenos momentos. De que la gente que me rodeaba se había acordado de mí, y que debía estar agradecido. Al final iba a ser verdad que ni mil camisetas de Zara iban a poder superar una buena amistad.

Tras haber vomitado todo el arcoiris que me quedaba dentro después de escribir este microrrelato, es momento de retarte.

Y es que, para esta semana, solo te pediré que escribas la biografía de la persona que más admiras. Anónima o no. Dramática o cómica. Tú decides.

Love

Jorge Abad

El diario de Isabel Pantoja

Ya te vale, Jorge. Mira que mandarme un reto sobre Isabel Pantoja, con lo poco que me gusta esa ladr… ejem, señora. Pero como yo soy una cumplidora y, encima, es tu cumple, no me voy a quejar. ¡Al lío!

Bajo el sol de Cantora

Cantora, querida, ¡por fin te veo! Han sido meses muy largos sin ti. No te imaginas, Cantora mía, lo fría que era la celda de Alcalá de Guadaíra. Bueno, no tan fría como las de otras presas, pero ya sabes… ¡yo soy Isabel Pantoja!

Te he echado de menos. He extrañado tus suelos tapizados y tus paredes llenas de retratos enmarcados de mi Paquirri. He llorado por no poder asomarme a tus ventanas y murmurar: “Toh ehto antes era campo”. Cada noche miraba la luna a través del diminuto ventanuco de mi sombría habitación carcelaria, deseando poder observarla desde tu hermoso jardín. Dulce, mi Kiko, la Bollo o cualquiera de mis súbditos me traería una copita de anís y la revista HOLA para reírme un rato y confirmar lo bien que me queda el Fotochó ese. ¿O es que acaso conoces a otra famosa a la que le brille tanto la coleta?

Últimamente, la prensa me tiene un poco abandonada. Y no te voy a engañar, mi Cantorita: los echo de menos. Sí, echo de menos a esos paparazzi que, tras unos cuantos años hincando codos en la facultad de Periodismo, luchan por conseguir unas palabras mías frente a sus ‘alcachofas’ o un buen plano de mi rostro de tonadillera. Pero ya lo dije en su día y me mantengo: “¡No me van a grabá más!”.

Los Estados Unidos tienen a Madonna, Inglaterra tiene a su reina (Isabel tenía que llamarse, qué grande…) y España me tiene a mí. Soy una diva y no entiendo por qué me ignoran. ¿Acaso no tengo yo más arte que el Gran Hermano VIP ese? Ya vendrán a mí, ya… Ya acamparán a tus puertas bajo el sol de agosto, mi Cantora. Tiempo al tiempo. Y lo que tengo claro es que ahora es mi tiempo, mi momento.

isabel pantoja meme
«La condená». ¿Lo pilláis? Ji, ji, ji.

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Pero dejemos a la Panto al lado, porque hoy el protagonista eres TÚ. Es tu cumpleaños y estamos deseando que nos cuentes cómo te sientes con tus recién estrenados 22 años. Así que… ¿por qué no lo haces en tu reto? Allá va:

Describe cómo te sientes con tus 22 con…

1. Una canción

2. Un GIF

3. Un emoji de WhatsApp

4. Una foto de Terelu

5. Un microrrelato de 100 palabras como máximo

Ah, y una vez más: ¡¡¡¡FELICIDADES!!!! 

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Lidia

 

Drácula es a la sangre lo que el alcohólico al vino

Una sala con paredes y suelo blancos. Un silencio sepulcral. Un corro de sillas y gente sentada en ellas. Todos se miran. Nadie habla. Lo raro es que la gente allí sentada es gente como muy pálida, muy rara. Como enfermiza. Una mujer con bata blanca y cara agradable está en el centro. Señala a uno de los sedentes.

-Hola… Hola, soy Drácula y  llevo cuatro meses sin beber sangre.

-Hola, Drácula-dicen todos. Y aplauden.

-¿Por qué no nos cuentas lo que te llevó a tomar esta decisión?- pregunta la mujer agradable, imagino que sería la moderadora o algo así.

-Eh, sí, bu-bueno…-tartamudea.- En realidad es difícil de contar. O sea, me refiero, no fue una cosa que dijeses en plan… «¡Boom! y ya, dejo de beber». No, fue como más complicado. Como más no sé. Es que no sé. Fue algo que me llevó a hacerlo pero, pff. No sé. ¿Lo cuento?

Noto que Drácula habla raro. Un conde diciendo «en plan», ¿eso es legal?

-¡Sí, claro! ¡Cuéntanoslo! Sin miedo, aquí estamos para aprender- contesta la moderadora, que además de agradable, creo que es psicóloga.

-Bueno, pues a ver. A ver, yo qué sé… Pues… A ver…Pues que me he enamorado, joé. No, pero no penséis mal. O sea me he enamorado de verdad, y no lo entiendo porque yo de esas cosas siempre he pasado. Yo vivía por y para la sangre, pero sé que a ella no le gusta. Y pues como que noté que necesité dejarlo…

-Pero, ¿y quién es ella?- pregunta con tono inquietante la psicóloga.

Deduzco que las circunstancias en las que conoció a su actual amor no fueron del todo corrientes, porque Drácula se pone bastante nervioso al verse en la circunstancia obligada de tener que contestar a la pregunta de la psicóloga.

-Pues a ver, se llama Michelle. Bueno, en realidad su nombre real aún no lo tengo claro, pero ese es el nombre que utiliza en su trabajo. Y, a ver… bueno, pues sí. Es puta. ¿Y? ¿Pasa algo?

Noto que se dirige a su compañero de al lado, que se ha rascado la nariz.

-¿Te estás riendo? ¿Se está riendo de mí?

-Drácula, tranquilo. Nadie se está riendo de ti. Sigue contándonos.- De verdad, qué simpática es esta mujer, que pone paz en los momentos más tensos.

-Pues eso, que la conocí en un bar una noche. Bueno, en un puticlub, supongo. Pero, a ver, que yo no iba a buscar nada de eso, ¿sabes? Que yo solo iba porque necesitaba tomar algo, y ya. Pedí un Bloody Mary, y ella entonces dijo «dos, si puede ser». A ver, y yo dije que no tenía tanta sed. Lo que pasa que ella como que me dio a entender que el otro era para ella y ya pues lo entendí. Me dijo que era dominicana, pero que llevaba diez años aquí, en Transilvania. Me contó que le gustaban las bachatas, la salsa. Y no sé, a mí esas cosas no me gustan, pero yo qué sé. Me quedé embobado mirando sus rizos.

¿Qué le pasa a Drácula? ¿Es este el de verdad?

-Y nada. Una cosa llevó a la otra. Nos liamos, y no sé. Noté cómo poco a poco quería beberme su sangre dulce y dejarla seca. Pero justo cuando iba a hacerlo, me paró. Me dijo que qué hacía, que si estaba loco y tal. Y no sé, no pude forzar y paré. Le dije que era Drácula y eso, que me gustaba el rollo sangre y eso. Y me dijo que o la sangre o ella, pero que a ella esas cosas le daban mucho asco y que no iba a vivir así conmigo. Yo le dije que no podía, que aunque quisiera, la sangre siempre me iba a gustar. Que era una droga. Y ella me dijo que de todo se sale. Hice caso. Y bueno, pues aquí estoy.

-¿Y notas mejoras desde que empezaste el tratamiento?

– Bueno, a ver, sí. Ahora sí. Pero al principio me costó. En plan que me ponía a temblar por las noches. Pero bueno, ya en verdad sí que estoy mejor. Bebo leche de soja que sabe parecido. Y no sé. Bien.

La gente murmulla algo. El corro va quedando cada vez más en la lejanía. Todo se oscurece.

Aparece Drácula, años después. Está visiblemente más fibrado, con la piel más morena, aunque manteniendo intactos sus colmillos. Está sentado en una playa del Caribe, y Michelle está muerta en sus brazos. Drácula tiene la mirada perdida y aprieta sus mandíbulas descargando la presión que acumula su cuerpo.

-¿Por qué me pediría que le chupase aquella costra? ¿POR QUÉ?

El plano se aleja cada vez más, fundiéndose a negro mientras Drácula llora desesperadamente por el final inesperado.

En fin. Prefiero no hacer declaraciones sobre el reto que he cumplido esta semana. Este tipo de cosas no las puedo arreglar de ninguna forma.

Pero bueno, Lidia, para que quedes a mi altura, te pediré que hables en nombre de una de las figuras más importantes de este país de la que poco se habla últimamente para los días tan importantes que está viviendo. Y no, no hablo del 400º aniversario de la muerte de Cervantes. Hablo de la Pantoja. Isabel acaba de salir de la cárcel, y en ningún momento me he sentido acosado por los medios de comunicación hablando en exclusiva de qué color era el coletero que lucía el día que tuvo su primer permiso y qué nos querría decir con su elección.

Así, quiero que retrates en primera persona y con un tono puramente cómico qué se le pasa a la viuda de Ehpaña estos días clave para ella y su familia.

Nothing else.

Best wishes.

Jorge.

 

 

Pacino y su misión ministérica en ‘Pulp Fiction’

– Póngame una Big Kahuna- pidió Jules.
– Que sean dos- dijo Vincent despreocupadamente.
– ¡Tres!- exclamó Pacino.

Realmente, Pacino no tenía demasiado apetito, pero no podía quedar como un blandengue ante sus nuevos compañeros americanos. Le había llevado más de un año aprender a hablar inglés de un modo aceptable, pero la ocasión lo requería. ¿Quién le iba a decir que iba a acabar trabajando para Asuntos Temporales de EEUU, el departamento de la CIA encargado de los viajes en el tiempo? Era algo así como su antiguo curro, el Ministerio del Tiempo, pero versión yanqui. Y, desde luego, sus funcionarios no tenían nada que ver con Amelia y Alonso.

De repente, una preciosa camarera rubia de rostro ovalado se acercó a su mesa cargada de hamburguesas, patatas fritas y batidos de chocolate y vainilla. En cualquier otra circunstancia, los ojos de Pacino se habrían perdido en el entallado uniforme rosa chicle de la camarera, pero las Big Kahuna Burgers eran demasiado apetecibles y… grandes.

– Vamos, tío, ¿a qué esperas?- le sobresaltó Vincent Vega, que ya tenía la boca llena de hamburguesa.
Pacino no se lo pensó y le hincó el diente a su hamburguesa, ignorando la mirada recelosa de Jules Winnfield. Él podía con eso y más. Después de todo, era español.

Su primera misión con aquel curioso par de chalados era sencilla. Simplemente tenían que evitar que Mia Wallace engañara a su marido, el famoso gángster Marsellus Wallace, con otro tipo. En caso de que Mia conociese esa noche al galán en cuestión, un tal Tony Manero, y bailase con él en Jack Rabbit Slim’s, comenzaría un romance a espaldas de Marsellus, que se acabaría enterando (un gánster siempre se entera de todo) y no dudaría en asesinar a todos los familiares y amigos del amante de su esposa, pudiendo alterar así la Historia del crimen de Estados Unidos.

Por fin llega la noche y las luces de neón del Jack Rabbit Slim´s invitan a entrar a todo aquel con sed de Coca Cola, zumo de arándanos y rock and roll. Jules, Vincent y Pacino se sientan en la barra, buscando con la mirada a su objetivo. No les cuesta demasiado trabajo dar con ella. Mia es una mujer sencilla e impresionante a la vez. Está en una mesa, sola, jugueteando con un mechón de su corta melena oscura. Sus labios perfilados sorben distraídamente el enorme milkshake que ha pedido. “Normal que el tal Marsellus siempre esté celoso”, pensó Pacino admirado. No puede dejar de mirar a esa excéntrica pero extraordinaria mujer. Sin previo aviso, las puertas del local se abren y entra Tony Manero, contoneando con gracia sus acampanados pantalones blancos y luciendo el tupé más fantástico que Pacino había visto jamás. “Está buscándola”, murmura Jules malhumorado, “Se va a sentar con ella. Ya sabéis qué es lo que hay que hacer”. Pero no, Pacino no tenía ni idea de qué había que hacer. Vincent y Jules se remangaron sus ajados trajes y, entonces, Pacino lo comprendió todo: pretendían darle una paliza al chulo de Tony Manero antes de que se sentara con Mia. “Cómo os las gastáis aquí, ¿no? En España trabajamos de otra manera”, les corta Pacino. Vincent y Jules le miran como si fuera idiota. “Se me ocurre una forma mejor de borrar del mapa a este bailarín idiota”, continúa. E, increíblemente, Jules y Vincent deciden escuchar su idea.

Vincent Vega no había pasado tanta vergüenza en su vida. ¿Qué demonios estaba haciendo descalzo en la pista de baile del Jack Rabbit Slim´s junto a Mia Wallace? “Hay algo más efectivo que la violencia”, le había dicho el tal Pacino con su extraño acento, “Si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Y eso estaba haciendo Vincent, impedir que Mia pasara la noche con Tony Manero haciéndose su amigo. Empieza a sonar ‘You never can tell’ de Chuck Berry. “Maldito Pacino”, piensa Vincent. Pero, cuando se quiere dar cuenta, está bailando. Pero son las caderas las que se mueven ligeramente y, después, los pies. Se está dejando llevar. Por la música. Por Mia. Mira a Pacino y a Jules, que le sonríen desde la barra. Sí, hasta Jules está sonriendo. Han cumplido su misión.

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Espero que os haya gustado este crossover entre ‘El Ministerio del Tiempo’ y la gran ‘Pulp Fiction’ (lo siento, Jorge, sé que he sido muy predecible escogiendo esta opción de tu reto) pero, sobre todo, espero que Pacino vuelva pronto al Ministerio. Gracioso, valiente y cinéfilo, ¿qué más se le puede pedir a un personaje? Los ministéricos paciners te esperamos con los brazos abiertos.

Dicho esto, esta semana vamos a ver cómo Jorge saca el «mostro» que lleva dentro. Como el viernes se estrena en España ‘Victor Frankenstein’, película de Paul McGuigan que se suma a las decenas de versiones cinematográficas sobre el excéntrico científico y su criatura, quiero que Jorge nos deleite con un relato sobre los monstruos clásicos de la literatura y el cine. Desde Drácula y el monstruo de Frankenstein hasta el mismísimo Dorian Gray, ¡tú decides! Elige a uno de ellos o únelos a todos pero, sobre todo, sorpréndenos con una versión diferente (en el formato que quieras) de los monstruos más famosos de la cultura popular.

bye edward norton

Lidia

Lo que expresa el Arte

Qué bonito es ese período de la primavera en el que ya hace buen tiempo pero aún no has empezado a sufrir por la alergia. Y qué bonitas las flores, los árboles y el cambio de hora. Y con esta reflexión que para nada viene a cuento comienzo una nueva entrada. Y es que a poco cuento vienen también los títulos casuales y hematocríticos que he tenido que poner gracias al reto de LidiaToilets a estas grandiosas obras de la Historia del Arte.Pues, sin más dilación, aquí las presento.

1. San Bruno. Francisco Ribalta.San Bruno de Francisco Ribalta
San Bruno posando para una fototuenti en clase de Naturales mientras la profe no mira. 

2. Detalle de El Jardín de las Delicias, El Bosco.

El Jardín de las Delicias by El Bosco
«A mí no me importa la lluvia, así que cuéntame más, querido arándano»

3. Chico mordido por una lagartija, Caravaggio.

Caravaggio
Cuando vas a tirar la basura y la bolsa está manchada.

4. Náyade, John William Waterhouse.

náyade de Waterhouse
«Ejcucha, que soy la Náyade,que el Hilas sa pillao un amarillo y va to mal. Estamos akí donde el río asín que vente pacá».

Y cambiando un poco de tercio, estoy profundamente consternado por la noticia que esta semana ha colapsado Twitter. El repentino parón de temporada en ‘El Ministerio del Tiempo’ ha conseguido movilizar una vez más a toda la masa ministérica que ha decidido rebelarse ante una posible no renovación de la serie. Además, por si esto fuera poco, nuestro querido Pacino abandona, esperemos que temporalmente la serie para retomar una vez más la trama de Julián aka Rodolfo Sancho. Por tanto, querida Lidiacé, quiero que esta semana rindas homenaje a este carismático personaje policíaco en un relato de Fanfiction. Además, para añadirle algo de originalidad, quiero que se trate de un crossover con uno de estos clásicos de cine.

1.- Pulp Fiction. Una de tus imprescindibles.

Imagina a Pacino compartiendo trama con Travolta. Solo de pensarlo, te ha gustado, reconócelo.

2.- Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón.

Pacino debe viajar hasta 1980 para deshacer cierto entuerto ocurrido que podría impedir el estreno de la ópera prima de Almodóvar. ¿Te atreves?

3.- E.T.

¿Y si Pacino tuviese que infiltrarse entre el grupo de policías que analizan el caso de la presencia extraterrestre en la Tierra para frenar ciertos comportamientos dañinos provenientes de Darrow Ltd?

La única condición es que, al menos una parte de la historia, deberá tener emplazamiento en España, ya que si no, las llamadas en  los móviles del Ministerio no funcionan igual.

Besos de fresa.

 

Nana contra el miedo

Hey ho let´s go! Ya había ganas de volver por aquí, la verdad. Esta semana me toca retroceder en el tiempo hasta la posguerra española, esa época fría y oscura marcada por las cartillas de racionamiento y las traiciones entre vecinos. Bajo las órdenes de Jorge, os voy a contar la historia de Izaskun y Amaia, una madre y una hija unidas por algo más que el miedo.

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Mi niña, duerme ya, que una nana te voy a recitar.
Amaia, no tengas miedo, que por fin llega la hora de los sueños.
Sueña, sueña, sueña;
olvida el frío por unas horas.
Sueña, sueña, sueña;
entierra el miedo bajo la alcoba.

Imagina por una noche que los disparos desaparecen.
Imagina un puchero caliente con burbujas de sal.
Imagina por una noche que el dolor en ti ya no crece.
Imagina que la algarroba es chocolate de verdad.

Ya todo ha terminado y no hay que llorar más,
te aseguro que muy pronto huiremos de esta ciudad.
Vas a conocer Francia y a la madre de tu papá.
Todo lo hacemos por él, por el hombre que ya no está.

Solo hay una cosa más que yo te quiero enseñar;
presta atención, mi niña, que yo no puedo gritar.
Hablo entre susurros porque alguien nos puede escuchar,
y yo no me puedo morir y a mi Amaia sola dejar.

Lo que tienes que aprender es más fácil de lo que crees:
los mayores también lloramos y nos sentimos del revés.
Lo importante de esta vida es ser bueno de verdad,
no importa lo que te digan ni a quién te pidan apoyar.
En la guerra no gana nadie, aquí pierde hasta Satanás.
Aunque pasen rápido los años, jamás pierdas tu bondad.

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Imagen: ‘El laberinto del fauno’ (2006)

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Y así, en forma de nana, Izaskun le enseñó a su hija que en la vida hay que luchar, pero no con las armas. No sé si Izaskun y la pequeña Amaia consiguieron llegar a Francia escapando del miedo y la miseria, pero lo que sí sé es que, si ellas vieran cómo estamos en la actualidad, se entristecerían. Cuánta falta nos hace aprender de la Historia…

Pero, oye, vamos a animarnos un poco, ¿no? Como hace bastante tiempo que no hablamos sobre arte, esta semana te toca, Lord Jorge. Lo que quiero que hagas es muy sencillo: tira de imaginación, gracia, emoción y desparpajo para encontrar el pie de foto barra microcuento perfecto para cada una de las siguientes obras. Sí, describe e interpreta cada imagen a tu manera en un par de frases. ¿O no has querido saber siempre qué dirían los cuadros si pudieran hablar? Ahí van las obras:

1. San Bruno, Francisco Ribalta
San Bruno de Francisco Ribalta

2. Detalle de El Jardín de las Delicias, El Bosco
El Jardín de las Delicias by El Bosco

3. Chico mordido por una lagartija, Caravaggio
Caravaggio

4. Náyade, John William Waterhouse
náyade de Waterhouse