Margarita a través del espejo

Cuando Margarita se miró al espejo, quedó aterrorizada. No quedaba rastro de su mirada angelical, y sus rubias ondas habían desaparecido por completo. En su lugar veía un ser abstracto, lleno de líneas curvas y rectas, simples y retorcidas, pero con su misma forma. Por un momento creyó no ser ella. Levantó un brazo, y su reflejo imitó su movimiento. Giró la cabeza, y el ser al otro lado del espejo la acompañó a la par. Definitivamente, era ella.

Se fijó entonces en que la habitación en la que se encontraba y todo a su alrededor se reflejaba en aquel estructurado caos de líneas y figuras que seguían una misma estructura. Era una especie de universo paralelo, creado a partir de aquel espejo infranqueable que separaba ambas realidades.

Por un momento, Margarita sintió ganas de llorar. No se veía bella. Pero entonces, se detuvo a observar aquel extraño mundo reflejado en el espejo. Vio que era muy distinto, alejado de lo estéticamente correcto, de lo reglamentariamente bonito. Pero notó algo especial. Algo que no sabía describir, pero que no le permitía dejar de mirarse. La belleza era algo banal comparado con lo que sentía al observar aquel ahora maravilloso lugar. Aquel mundo no necesitaba ser bello para transmitir. Lo bello era lo obvio,  y ese universo le ofrecía enigmas sin descifrar, enfoques distintos sobre los que meditar.

Orgullosa de su hallazgo, mandó guardar el espejo en un lugar seguro en el que nadie pudiera descubrirlo. Pensó que la fantástica realidad que había descubierto en su reflejo no sería entendida por muchos, o quizá nadie más pudiese verlo de la misma manera que ella lo hacía. Lo llevó siempre en cada uno de sus viajes, y cada noche se miraba en él, aprendiendo poco a poco a observar la realidad, más allá de lo que el ojo humano nos enseña a ver.

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Lo que me ha costado decidirme por dos pinturas para el reto que me propuso Lidia la semana pasada, pocos lo saben. Pero el otro día, de repente, la bombilla de bajo consumo comprada en el Ikea que llevo insertada en el cerebro se encendió, y pensé que quizá podría ser interesante analizar dos obras tan iguales y tan diferentes. Porque sí, ambas representan a las famosas ‘Meninas’, pero consiguen transmitir sensaciones completamente distintas. Picasso, gran admirador de Velázquez, decidió encerrarse en su estudio para crear un conjunto de 58 obras que hablasen única y exclusivamente de esta famosa obra. Desde la más profunda admiración, y siempre respetando la pintura original, Picasso consigue llevarnos a su universo propio, un mundo que no necesita ser correcto para decirnos algo, y que no por ello deja de ser bello a su manera. ¿Qué opináis vosotros? Si es que, incluso los más grandes se inspiraron en otros grandes, y si no, que se lo digan a Homer Simpson

Pero bueno, Lidiacé, esta semana tú también deberás inspirarte en otros grandes, en este caso de la literatura. Y concretamente, de la literatura erótica. Quiero que consigas convencernos de que 50 sombras de Grey puede ser una versión light de tus obras, que los abuelillos ya no necesitarán viagra si leen tu relato y que los jóvenes quieran tener fantasías con tus protagonistas. Eso sí, tu relato verdoso no podrá ocupar más de 150 palabras, y deberá concluir con la frase «a quien madruga, Dios le ayuda».

Por hoy, nada más.

Jorge Abad.

La misión más secreta del Ministerio del Tiempo

Ayer regresó a nuestra televisión El Ministerio del Tiempo, la esperanza de la ficción española, LA serie en mayúsculas, la alegría de la semana. Y en honor a ella, al reto de Jorge y a todo el fandom ministérico, aquí os dejo un relato sobre mejores viajeros del tiempo después de Marty McFly:

Se mira al espejo y sonríe, pero es una sonrisa fría, una mueca triste e indiferente. Tras acariciar sus enlacados bucles color rubio platino, Marilyn decidió repasarse los labios con su carmín preferido. Esa noche tenían que estar más rojos que nunca. Ella debía estar más bella que nunca. La esperaban miles de flashes a los que saludar y sonreír. Todos comentarían su entallado vestido plateado. La competencia era dura: Liz Taylor, Brigitte Bardott y la elegante Audrey. Había muchísimas mujeres bonitas en el Hollywood de los 50, pero solo ella era la novia de América. Y así tenía que seguir siendo.

Verano del 62. El cuerpo de Marilyn Monroe es encontrado sin vida. Los medios publican que es un suicidio, pero su cadáver presenta marcas de golpes. Surgen decenas de conjeturas, algunas de ellas hasta implican al presidente Kennedy. Todos están desconcertados pero, sobre todo, tristes. Se ha apagado la luz más brillante de Hollywood.

Año 2015. Amelia Folch e Irene Larra conversan en la cafetería del Ministerio del Tiempo. Amelia, como siempre, bebe té. Irene disfruta del intenso sabor de su café solo.

– (…) Sí, Amelia, pero aún te queda por conocer a otras mujeres maravillosas de la Historia. ¿Qué me dices de Marilyn Monroe?
– ¿Marilyn? ¿Quién es? ¿Y de qué época?
– Fue una de las actrices más famosas de los 50. La de la melena rubia y el vestido blanco. Espera, que busco fotos suyas en Internet.

Irene saca su móvil, teclea algo y le enseña a Amelia unas imágenes.

– ¡Es preciosa! Y parece una mujer muy interesante e inteligente.
– Lo era, Amelia. Pero nadie la creía. Todos la amaban y la juzgaban a la vez por ser sexy. Eso a ella la atormentaba y, según dicen, es lo que la llevó al suicidio. Aunque eso lo dicen los que sí se creen que se suicidó, claro…
– ¿Los que creen? ¿Es que no fue así?
– Hay más teorías. Teorías conspiratorias. Asesinato.
– Y tú, Irene… ¿qué crees?

La inocente pregunta de Amelia fue la que desencadenó todo. Irene es tajante y asegura que Marilyn Monroe no se suicidó. Tampoco cree que los hermanos Kennedy estuvieran implicados. Culpa a la mafia mexicana, con la que se rumoreaba que se relacionaba la actriz. Ellos le arrebataron la vida.

Finalmente, Irene y Amelia se ponen en marcha. Tienen las cosas muy claras y no piensan consultar su idea con nadie, ni siquiera con Salvador. Se sienten nerviosas por emprender una misión secreta a espaldas del Ministerio, pero han estado más de una hora hablando sobre Marilyn y creen que es injusto que una gran mujer como ella abandonara el mundo de esa forma tan cruel. No les importa saltarse las normas ni arriesgar su puesto de funcionarias. Van a salvar a Marilyn y nadie puede impedírselo.

– Hay que ver lo bien que te sienta ese peinado, Amelia.
Amelia Folch lleva flequillo y mucha laca. Es toda una joven sesentera. Y es que ni ella ni Irene deben desentonar en pleno agosto de 1962. Ninguna de las dos puede creer que se encuentren en Los Ángeles. Marilyn está a punto de entrar al restaurante donde ha quedado con un colega de la industria del cine. Seguramente hablarán sobre futuros proyectos. Irene y Amelia se miran mientras sorben con fingida indiferencia de sus copas de vino. Y, cuando menos se lo esperan, ella entra. Es aún más imponente que en las fotografías. No hay melena más perfecta y dorada que la suya. Sus curvas, marcadas en un suntuoso vestido de seda negra, parecen hablar por sí solas. Sus ojos están coronados por unas pestañas larguísimas y sus labios albergan la sonrisa más cautivadora del mundo. A Irene el corazón le late a mil por hora.

– Definitivamente, no podemos permitir que muera, Amelia. No podemos.
Marilyn se sienta, besa en la mejilla a su compañero y comienza a hablar animadamente. El camarero se acerca, evidentemente embriagado por su belleza, y apunta lo que los comensales piden para tomar. Alrededor de veinte minutos estuvieron las funcionarias observando a Marilyn. Irene ya no pudo aguantar más.
– Vámonos, Amelia. Tenemos que vigilar el piso porque esta noche es el asesinato. Y debemos impedirlo.

Amelia asiente, se levanta y se marcha junto a su compañera. Al pasar junto a la mesa de Marilyn, Irene no puede evitar acercarse.
– Buenas tardes, señorita Monroe. Solo quería decirle que soy una gran admiradora suya.
Marilyn sonríe y el mundo se para. Abraza y da dos besos a Irene, y después también a Amelia.
– Gracias, gracias y gracias. Me habéis alegrado el día.
La voz de Marilyn es melódica y encantadora. E Irene se jura a sí misma que jamás se apagará.

Es la noche. Amelia e Irene observan el apartamento de Marilyn. Ella está dentro, quizá aseándose y perfumando sus sábanas con unas gotas de Chanel. Están alertas y piensan sorprender al asesino o asesinos de la actriz. Y, por supuesto, le detendrán. No tienen miedo y no les importa lo que pueda pensar Salvador, Julián o Angustias. Pero, entonces, algo palpita en el interior de Amelia. No es que tenga miedo de fallar al Ministerio, sino a la Historia. Marilyn es maravillosa y no merece morir, pero la realidad es que así sucedió. Quién sabe lo que podría pasar si se cambiara el curso de la Historia esa noche… Mira a Irene, consciente de que ella está pensando lo mismo. No pueden ni deben seguir adelante. Deben dejar que el destino siga su camino. Y es que, si Marilyn es un mito, se debe también a su muerte temprana y al vacía que dejó. También sucedió con James Dean, Kurt Cobain y John Lennon. ¿Serviría de algo evitar sus muertes?
– Debemos marcharnos, Irene.
– Lo sé.

Se levantan del banco y, antes de caminar y marcharse al 2015, dirigen una última mirada al edificio. Marilyn se ha asomado a la ventana vestida con una bata blanca. Su sonrisa se aprecia desde lejos. Levanta la mano animadamente a modo de saludo y ellas se lo devuelven. Le quedan apenas unas horas de vida. Ella no sabe que va a morir, pero tampoco que va a ser recordada para siempre. Y eso es lo que precisamente la hace inmortal. Eterna.

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¡Viva Irene Larra, viva Amelia Folch, viva Marylin, viva el feminismo y viva el Ministerio! (Si queréis saber más sobre el contenido feminista de esta serie, echad un vistazo aquí).

Y ahora, George Abbot, es tu turno. No sé si has visto el vídeo que une el cine de Alfred Hitchcock con las películas de Stanley Kubrick (si no lo has visto, hazlo YA), pero en eso va a consistir tu reto esta semana. Aunque a los dos nos encante el cine, también adoramos el arte, y esa va a ser la diferencia respecto al vídeo. Por tanto:

– Elige dos obras pictóricas de cualquier autor y época.

– En al menos uno de los cuadros ha de aparecer alguna persona o animal, ya que el requisito es que debe ‘salirse’ de su pintura y entrar en la otra. Vamos, al igual que James Stewart se escapa de ‘La ventana indiscreta’ y se pierde en los escenarios de ‘El resplandor’.

– Hazlo, como mucho, en 355 palabras.

– Haznos reír, llorar o lo que te dé la gana. Pero que sintamos deseos de disfrutar del arte.

¡Hasta la próxima!

Lidia


Cinta de lomo con patatas y abrazos

Un teléfono que suena a la hora de comer. Una voz entrañable al otro lado del aparato que, tras contarme que ha ido a misa y se ha vuelto rápido porque hace un día de perros, me recrimina que a ver cuándo vienes a verme, que te estoy haciendo una bufanda y no sé si te gusta o no te gusta. Mi abuela no es de las que cuando se aburre juega al Candy Crush. Ella es más de ganchillo y punto. Como todas, supongo. Por supuesto, acepto su invitación.

Su calle huele a invierno. Su portal, a friegasuelos. Un tercero sin ascensor, competencia directa de gimnasios y polideportivos. Y allí está ella, con la puerta abierta, esperando en el descansillo en bata. Qué frío, hijo. ¿Y vienes sin abrigo? ¿Has podido aparcar? Este mediodía estaba imposible. Normal. Mi abuela vive en un barrio de abuelos, y todos los nietos del mundo los visitan los domingos. Y así es imposible aparcar. Entro, y ya huele a ella.

Pongo la mesa en el salón. Cenamos en el sofá, porque así pongo la estufa y el radiador y se está mejor que en la cocina, que siempre hace un frío que pela. Mi abuela sobrevive sin calefacción. No sé cómo, pero sobrevive. Mira a ver si te gusta cómo va la bufanda. ¿Es así como la querías? No, pero sigue siendo perfecta. Porque me la ha hecho ella, y eso es lo que me gusta.

La cena está servida. De fondo, las noticias de Antena 3 o Telecinco, porque ya he cogido la costumbre de verlas ahí, hijo. Zumo para mí. Vino y gaseosa para ella. Es bueno para el corazón, dice. Ha hecho cinta de lomo, que ya sabes que es lo de siempre, pero es la única carne que puedo comer. A su edad ya apenas conserva sus propios dientes. Bueno, míos sí son, que los he pagado, refiriéndose a su dentadura postiza.

Aunque a veces pienso que, al igual que la Bruja de Hansel y Gretel, pretende asarme al horno y por eso tiende a sobrealimentarme, siempre me pregunta que si ¿te has quedado con hambre? Todo porque rechazo un huevo frito tras la cena, o elijo entre fruta o yogur. Cómete una fruta y un yogur, que no has cenado nada, dice.

Tras la cena, viene el momento preferido en el que me quedo dormido apoyado en ella viendo El Peliculón de Antena 3, o cualquier otro programa que veamos. Es entonces cuando la abrazo. Cuando no me canso de quererla. No me he ido y ya la echo de menos. Hijo, mucho cuidado ahora por la carretera ¿eh? Que van los coches como locos, dice mientras me ayuda a ponerme el abrigo. Un abrazo final acompañado de besos de esos que solo se pueden dar a las abuelas. De los que suenan. Bajar las escaleras desde un tercero nunca fue tan duro después de una cena. Un adiós desde la ventana. Besos en el aire. Semáforos en rojo. Carreteras. Felicidad.

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Las abuelas son, definitivamente, los seres más entrañables que existen en el mundo. Y quien diga lo contrario, miente.

Pero, Lidia, esta semana tu reto es absolutamente envidiable. ¿Por qué? Porque el próximo lunes se estrena, ni más ni menos, la segunda temporada de ELMINISTERIODELTIEMPOOHDIOSMIOYANOAGUANTABAMÁSTIEMPOSINVERLO. ¡POR FIN! Después de casi un largo año de sufrimiento y espera, la serie más Transmedia e innovadora del momento vuelve con nuevas aventuras y nuevos personajes. Y como transmedia que es, ¿qué puede haber más bonito que formar parte de ese proyecto? Nada. Por tanto, deberás escribir un relato de Fan Fiction que tanto me gusta sobre esta serie. ¿Condiciones? Of course.

-La extensión deberá ser de entre 500 y 600 palabras. Un relato consistente, vamos.

-Deberá tener, como relato que es, un principio, nudo y desenlace.

-Tendrá que estar acotado en una determinada época de la Historia concreta. Tú decides cuál.

-El feminismo, rasgo fundamental de la serie, deberá estar presente de alguna manera en el relato.

Y yo creo que no me dejo nada.

Considerables ganas de ver lo que puede salir de aquí.

Besos.

Jorge Abad.

Caperucita Roja se hace mayor

¡Hay que ver lo que tarda Paco! Siempre igual. La sopa se me congela, el pan se endurece y las uñas se me agrietan de tanto limarlas mientras le espero. Es verdad que él sale del taller un poco más tarde que yo de la pelu, pero se enreda demasiado hablando con el Manolo. Y, para colmo, hoy he tenido un día más duro que nunca. Ha venido doña Eugenia, la clienta más difícil de Vero Peluqueros. Está empeñada en hacerse la permanente y a la pobre mujer apenas le quedan cuatro pelos en la cocorota. También he tenido que atender al pesado de Marcial, que viene a recortarse las patillas y a darme palique día sí, día también. Y aún tengo los dedos morados del tinte que le he echado a la Puri. Va a acabar penetrando en su cerebro, eso seguro.

Mira que me aburre la tele, ¿eh? Una ya no sabe qué ver. Todo son programas de jovenzuelos desnudos que se emborrachan delante de las cámaras. O culebrones, claro. Y yo aborrezco los culebrones. Mi abuela se pasaba el día enganchada a las telenovelas mientras remendaba mis caperuzas en su casita del bosque. Pobre mujer, todo lo que tuvo que pasar en esa maldita choza… Por suerte, ahora su única preocupación consiste en colorearse de marrón pasando horas bajo el sol de Benidorm con sus amigas. ¡Olé tú, yaya!

Uy, ¡pero si es el programa del Jorge Javier! Pero no el Sálvame, sino el de las cartas, el de esa cancioncita tan pegadiza. Creo que aquí una vez vino la Pantoja, y también la buena de Pocahontas, que quería reconciliarse con John Smith. Este programa sí está bien, la verdad. A veces hasta lloro, y juro por mis trenzas y mi flequillo desfilado que no es fácil hacerme llorar. Y, si no, que se lo digan a mi amigo lobuno. ¡Anda, si está Tarzán! Le conocí en mi viaje de fin de curso a África y la verdad es que es un tío muy majo. Su chica, Jane, también. Oye, ¿y si tiene una amante y ha ido a desenmascararle a televisión? No, no creo. Y sus padres murieron cuando él era un bebé. Y, desde luego, no creo que ninguno de sus amigos gorilas vaya a entrar en plató. Espera, espera… ¡que va a salir un vídeo! Madre mía… ¿Qué hacen ahí las pedantes de Elsa y Anna? Mira que son insufribles las noruegas estas… ¿De qué conocen a Tarzán? A ver que escuche bien… ¡¡¿QUÉ?!! ¿¿HERMANOS?? ¿¿QUE ELSA Y ANNA SON HERMANAS DE TARZÁN? ¿Pero qué invento es esto? Mira, no me lo trago. Esto huele a montaje. Quieren hacerse un Sálvame Deluxe y un Interviú y no saben cómo. Cambio de canal, no pienso darles audiencia. Bueno, mejor dicho, apago la tele, que ya escucho a mi Paco llegar. Menos mal que a algunas nos queda un poco de dignidad y nos hemos buscado bien la vida…

caperucita vida real mayor
– Paquito, hijo mío, mira que eres juguetón…

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Bueno, Jorge, chiquillo de mis ojos, ya he cumplido tu reto (que, por cierto, me ha gustado casi más que la tarta de oreo que aún estoy digiriendo). Desde el principio, la opción que más me gustó fue la de Caperucita Roja, aunque no me he podido resistir a incluir otra de las historias en el relato al más puro estilo Cervantes en ‘El Quijote’. Y es que, desde que me desvelaste que Elsa y Anna son hermanas de Tarzán, mi vida no ha sido igual. Disfruta de este homenaje, chiquillo.

Y, ahora, llega el turno de tu reto. Aunque había pensado mandarte escribir sobre el número de bostezos que ha provocado Coldplay en la Superbowl, voy a repetirme y recordar los premios Goya. Y es que, si hubo un momento que destacó entre todos, fue el precioso discurso de Daniel Guzmán al recoger su Goya en honor a su abuela. Tú tienes la suerte de tener a tu lado a tus dos abuelas y creo que el resto merecemos conocerlas, ¿no? Así que escribe un relato de extensión libre sobre una de ellas (o sobre las dos, tú decides). ¡Queremos un homenaje a la figura de los abuelos! El formato también es libre, aunque no puede ser una carta. Tiene que ser un relato, ya sea en prosa, verso o mediante diálogos, que nos haga reír, o llorar, o desear acompañarte en tus visitas a tus abuelas para que nos cuenten sus historias sobre el pasado y nos dejen tocar su máquina de coser Singer.

¡Hasta la próxima! 🙂

Lidia

Adrián, mi mejor error.

La mayor fiesta del cine está al caer, y qué mejor que celebrarlo con una metahistoria de entre las nominadas este año a los premios Goya. Y desde aquí, debo dar las gracias y la enhorabuena al cine español por haberme hecho disfrutar tanto este año. Ha sido un año de peliculones de todo tipo. Habéis superado estereotipos y clichés y os habéis enfrentado a nuevos retos más innovadores que sin duda supondrán un antes y un después en este mundillo.

Sin embargo, para este reto propuesto por Lady Baños, he tenido que centrarme en una película que consiguió emocionarme bastante. Y digo película como podría decir documental, porque qué realismo, qué Natalia de Molina y qué todo más bien hecho. Juan Miguel del Castillo retrata con excelencia la realidad de muchos españoles en ‘Techo y comida’, revelando una situación de futuro incierto a la que Rocío (personaje encarnado por Natalia de Molina) y su hijo deberán hacer frente. Por tanto, siendo una película tan devastadora pero real, me gustaría añadirle un final a largo plazo. Un final optimista y que pone a esta familia en el lugar que merece. Aquí os lo dejo:

Querido Adrián,

Siempre que hablo contigo por teléfono quiero decírtelo, pero luego me entra vergüenza, que ya sabes que yo nunca he sido muy de decir estas cosas, y por eso te escribo esta carta. Porque así ya no habrá vuelta atrás. Quiero decirte que hoy y siempre he sido la madre más orgullosa que ha existido en todo Jerez de la Frontera. Que como mi Adrián no los hacen, y que gracias porque siempre has estado a mi lado.

También querría pedirte perdón. Porque nunca pude darte nada más que amor, cariño y respeto, y por todos esos días en los que el miedo y la incertidumbre que te hice pasar. No mereciste una infancia tan dura, una vida por la que muchos no podrían pasar.

Pero, ¿sabes qué? Me alegro de que al final de aquel maldito túnel nunca dejases de ver la luz, y supieses guiarme hasta el final. Gracias por ser quien eres hoy en día. Por tu trabajo, por tu constancia y por no dejar que te perdiera. Gracias por ser mi razón de vivir, haber sido un motivo más que suficiente por el que sacar el dinero de debajo de las piedras, por hacer que estudiases una buena carrera y aprovechases esa mente que Dios te dio. Gracias por haber sacado siempre el lado bueno de las cosas, y sobre todo gracias por haberme querido tanto. Ahora río cuando escucho en mi mente aquellas voces que decían que te abortara, que siendo tan joven como era, solo podrías ser un problema, un error. Yo siempre creí que no, pero de serlo, fuiste el mejor error de mi vida.

Te quiere, tu madre.

Rocío.

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Cómo me gustan esas historias que echan la vista atrás en el tiempo y se puede observar lo que han evolucionado sus personajes. Y eso, querida Lidia, es lo que tendrás que hacer en tu próximo reto: explicar la situación actual de uno de los personajes que te propondré a continuación. Todo debe ser, por supuesto, en clave de humor, que es como hay que tomarse a veces la vida. Los personajes a elegir, son:

a) Caperucita roja. Han pasado 15 años desde la traumática historia de la abuela que no se depilaba y tenía un rabo entre las piernas y finalmente resultó que era el lobo y no el abuelo. Pero Caperucita ha madurado mucho desde entonces. Ahora se ha arrejuntado con un mecánico que conoció cuando se mudó a la capital a estudiar el FP de peluquería, y vive con él en un modesto pisito de Usera, con vistas al Supersol y alejada de ese horrible bosque que tan malos recuerdos le trae. ¿Habrá conseguido superar el trauma? ¿Mantendrá relación con su abuela? ¿Sabrá hacer mechas californianas?

b) Tarzán. Tras años y años viviendo en la selva, ahora acompañado de la guapísima Jane, un día recibe un maxisobre portado por un cartero con cierta pintilla de tonto del pueblo. Cuando se dispone a leer quién es el remitente del mismo, se sorprende al saber que no es ni más ni menos que Telecinco y Jorge Javier Vázquez, que se complacen en invitarle al plató de ‘Hay una Cosa que te Quiero Decir’. ¿Quién querrá ponerse en contacto con él después de toda una vida en la selva? ¿Acudirá al programa? ¿Aprovechará el viaje para pasarse por el Polideluxe?

c) Los Tres Cerditos. Tras el susto con el maldito lobo que siempre es el malo de la película y casi les desahucia, los tres cerditos decidieron mudarse al campo de Extremadura, donde poder comer bellotas felizmente en las llanuras de Cáceres. Sin embargo, todo se nubló el fatídico día en el que, el cerdo que hizo su casa de paja fue secuestrado por unos ganaderos. Desde entonces, sus dos hermanos lo buscan sin cesar. ¿Qué habrá pasado con aquel cerdito? ¿Se habrá ido a comprar tabaco? ¿Nos lo hemos comido estas Navidades bajo el extraño seudónimo ‘Navidul’?

Como diría el gran Raphael, Qué pasará, qué misterios habrá. 

Feliz día.

Jorge Abad.

‘Lidia al desnudo’

  1. ¡Hola, holita! Como habréis podido comprobar, ahora publico los lunes en vez de los jueves, dispuesta a mandaros ánimos y buenas vibraciones para afrontar la semana. Hoy no me enrollaré: el reto que me ha propuesto Jorge es responder, nada más y nada menos, al cuestionario que yo le hice hace ya unas cuantas semanas. Así podréis conocerme y reíros de mí un poquito más. ¡Allá va!

    1. Cuando envejezcas y te conviertas en una anciana gruñona, ¿a qué dedicarás tu tiempo libre?
    A llevar a mis nietos a conciertos de rock y al museo del Prado y a seguir leyendo Harry Potter.


    2. Ya has visitado Benidorm una docena de veces con el Imserso y, desgraciadamente, llega la hora de conocer a la parca de los Sims. Imagínate que existe la reencarnación. ¿En quién o en qué te reencarnarías?
    En Liz Taylor, para rodar películas con Paul Newman y James Dean como hizo ella. Fue una mujer afortunada.

    3. Película favorita.

    ‘Rebelde sin causa’, ‘La vida es bella’, ‘Big Fish’, ‘SAW I’, ‘Toy Story’, ‘Regreso al futuro’… ¡Muchísimas!

    No, venga, que en esta vida hay que mojarse. Me decanto por ‘Pulp Fiction’. Es el arte hecho película.

    4. Estudias publicidad, así que… ¿cuál es tu anuncio de televisión favorito?
    Bueno, en realidad esta pregunta no va mucho conmigo porque lo que he estudiado es Periodismo, pero igualmente me gusta mucho el mundo de la publicidad. Voy un poco por etapas: tuve una época en la que me reía mucho con los spots de Coca Cola (el de “Despedido” y el de “Chaval”, muy ochentero) y otros momentos en los que me quedé prendada de anuncios de perfume como el de Invictus o el de «Man of today» de Hugo Boss con Gerard Butler. Pero, sin duda, pocos anuncios tienen un guion tan bueno y son tan emotivos como el de los cómicos de Campofrío.

    5. Color favorito.
    Azul, sin dudarlo. A no ser que hablemos de colores para vestir, ya que me encantan las prendas de color negro.

    6. ¿Cuál ha sido el momento más embarazoso de tu vida?
    Sería mejor preguntar cuál no lo ha sido. Desde estrellarme con una bici en la que iba de “copiloto” hasta burlarme de alguien al que tenía justo detrás. Pero, sin duda, uno de los días en los que más vergüenza he pasado fue cuando tuve que ir al médico a que me hicieran la cura de una herida tras una operación y el enfermero al que le tocó dicha tarea (y, por tanto, el que tuvo que verme el culo) fue un chico de mi barrio al que conocía desde el instituto. Con todos los hospitales y ambulatorios que hay, ¿de verdad era necesario que le tocara estar de prácticas JUSTAMENTE en el mío?

    7. ¿Quién es la persona que más admiras?
    Mi madre. No se puede ser más cool y más buena persona que ella.

    8. Animal favorito 
    El perro, sobre todo si hablamos de los huskys. Bueno, en realidad me gusta cualquier perro que no sea un chiguagua de esos que te miran mal.

    9. ¿Qué libro estás leyendo actualmente?
    ‘El camino’, de Miguel Delibes.

    10. Si pudieses ser un personaje Disney, ¿cuál elegirías?
    Está clarísimo: Ariel. ¿Qué hay mejor que ser una sirena amiga de un cangrejo latino y que tiene loquito al tío más guapo de todos los príncipes Disney?

    Bueno, sí, hay algo aún mejor: ser Woody de ‘Toy Story’. Por algo llamé a mi perro igual que él.

    11. Cantante masculino preferido.
    Jon Bon Jovi y Freddie Mercury. No me pidáis que me decante por uno de ellos porque sería incapaz.

    También me gustan mucho Michael Bublé, Axl Rose de Guns N’ Roses, Marilyn Manson, Ed Sheeran y Adam Levine. En España, no hay ninguna voz como la de David Bisbal ni ningún artista tan enrollado como Dani Martín, especialmente cuando estaba en El Canto del Loco.

    12. ¿Cuál es la mayor locura que harías por amor? 
    Ir a un concierto de Estopa y cantar a grito pelao ‘Como Camarón’. De hecho, esto ya lo he hecho…

    13. Actriz favorita.
    Kate Winslet y Meryl Streep, sobre todo Kate.

    14. Escribe el primer verbo que se te ocurra.
    Cantar.

    Y no sé por qué, porque hasta Mireia de OT 1 canta mejor que yo.

    15. Comparte tu videoclip favorito.
    El de ‘Life on Mars’ de David Bowie es precioso estéticamente. ‘Thriller’ de Michael Jackson es mítico y el de ‘Photograph’ de Ed Sheeran me emociona mucho por su sencillez. Sin embargo, mis favoritos son sin duda los que me hacen reír como ‘I´m just a kid’ de Simple Plan, ‘Uptown girl’ de Westlife y, sin duda, ‘Everybody’ de los Backstreet´s Boys (ya no se hacen videoclips como en los 90).

    16. ¿Cuál es el dibujo pintado por ti del que más orgulloso estás?
    Esta pregunta es muy Jorge, que es al que se le da bien de verdad dibujar. Aun así, con 9 años dibujé un tarjeta de Navidad estando ingresada en el Hospital. Ya sabéis, la típica escena navideña de Santa Claus dejando los regalos frente al árbol. Pero algo debieron de ver en él, porque gané el primer premio y me regalaron el coche de la Barbie en una “gala” presentada por Cibercelia y Rocko Alikates. Sí, puedo presumir de haber dado dos besos a Cibercelia y Rocko Alikates.

    17. Adjunta una fotografía tuya de pequeño. Y si no quieres por temas de privacidad, de tu dibujo animado preferido.
    Mi dibujo animado preferido era T.J de ‘La banda del patio’ porque era muy majo y muy guapo, aunque mis amigos se rían de mí por decir eso. También me gustaba mucho Pepper Ann, y creo que esta serie fue mi primer contacto con el feminismo.

     

    vaquera
    Woody, cásate conmigo


    18. Escribe la frase de una canción, la primera que se te venga a la mente.

    “Sufre mamón, devuélveme a mi chica, o te retorcerás entre polvos pica-pica”.

    19. Ciudad favorita.
    Respondo con otra canción:

    “La estrella de los tejados, lo más rock and roll de por aquí. Los gatos andábamos colgados de Lady Madrid”.

    19. Escribe un relato de, como mucho, 150 palabras, empleando las respuestas de las preguntas 3, 5, 8 y 19.
    Estaba totalmente paralizada. La Gran Vía estaba más viva que nunca, llena de turistas despistados y mujeres de bucles rociados de laca. Sin embargo, nadie reparaba en mí. ¿A quién le iba a llamar la atención una simple adolescente de Converse viejas y camiseta de ‘Pulp Fiction’? A nadie, excepto a él. Bajé la mirada en cuanto sentí su respiración en mis piernas. Leo era un husky precioso, con cada ojo de un color como David Bowie. Le sonreí y le acaricié, dejando que su húmedo hocico tatuara besos en mi piel. Me fije en su ojo derecho, el de color azul, perdiéndome en la calma que me transmitía. Jamás dejaría que se marchara de mi lado. Nunca.

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    Después de desnudarme para vosotros, ya sabéis que es lo que toca: retar a Jorge. Voy a ser muy buena y le voy a pedir que se adentre en el género fan fiction que tanto le gusta. Como ya sabréis, este fin de semana se celebra la gala de los premios Goya, así que quiero que el próximo relato de Jorge esté relacionado con alguna de las películas nominadas en cualquiera de las categorías. ¿Qué tal narrar el inicio de la amistad entre Julián y Tomás en ‘Truman’? ¿Cuál es realmente el destino de la novia en ‘La Novia’? ¿Hay algún personaje interesante en el que centrarse de ‘Palmeras en la nieve’? Por esta vez, le dejamos total libertad de temática, formato y extensión.

    Hasta pronto y, como diría Pedro Sánchez, «ser malos».

    Lidia