Una historia para recordar

Hola, amigos. Un jueves más, vamos a contar historias *tralalá*. El pequeño Jorge Nicolás me propuso un reto que me gustó mucho: escribir un relato sobre una enfermedad en tercera persona y en 300 palabras que, a pesar de tener un final triste, fuera optimista. Todo surgió a raíz de que nuestro publicista fue al cine a ver ‘Ma Ma’ (sí, la nueva peli de Pe) y, según él, casi lloró, aunque viendo que ha derramado lágrimas con ‘Inside Out’ y con la serie ‘Arthur’, seguro que el «casi» es un simple adorno. Sea como sea, yo también soy muy fan de las historias de superación y optimismo. ‘Intocable’ y ‘Bajo la misma estrella’ son otras dos películas que también exploran una enfermedad desde un punto de vista motivador y alegre, que es precisamente lo que yo voy a intentar hacer con mi relato. Deseo de corazón que os guste.

Recuerdos

La vida de Fernando nunca fue fácil, sobre todo cuando diagnosticaron alzheimer a su Carmen. Habían vivido mucho juntos, demasiado como para que ella lo olvidara. Sin embargo, a veces sucedía. La luz de los ojos de Carmen se esfumaba y dejaba paso a una expresión de desconcierto, de no saber, de extravío. Pero los recuerdos nunca desaparecían del todo, pues tras los momentos de mente vacía, la antigua Carmen regresaba más viva, nostálgica y enamorada que nunca.

Cada día, Fernando cuidaba a Carmen como a una joya, pero no como una delicada gema de la que compadecerse, sino como un fuerte y bello diamante al que acompañar en su brillante camino. Con el paso del tiempo, la mente de Carmen abandonaba el mundo con mayor frecuencia, pero a Fernando no le importaba. Rechazó llorar por luchar y los momentos en los que ella estaba lúcida fueron su premio. Al fin y al cabo, era su Carmen y esos años de amor no se los arrebataría ninguna enfermedad.

Irremediablemente, acabó llegando el día en el que el cuerpo y la mente de Carmen no pudieron librar más batallas. Fernando estaba triste pero a la vez feliz, pues sabía que habían estado juntos hasta el final. Durante el entierro, fueron muchas las personas que quisieron despedirse de Carmen y dar el pésame a Fernando. Impresionado, el viudo veía cómo no cesaba de llegar gente. Ninguno de ellos fue capaz de contener las lágrimas ante la lápida de Carmen, pero pronto los sollozos dejaban paso a las sonrisas que rememoraban los momentos vividos con ella. Fernando también sonrió, satisfecho. A lo largo de su vida, Carmen le había enseñado muchas cosas: a ser feliz, a cocinar pastel de carne y a amar. Ahora se había marchado, pero no sin antes regalarle una enseñanza más: en la vida es importante recordar, pero aún es más importante convertirte en alguien que merezca ser recordado.

———————

A veces (yo la primera) nos preocupamos y entristecemos por cosas banales, a diferencia de gente que lo está pasando verdaderamente mal y que, a pesar de ello, siempre tiene una sonrisa para regalar. He querido que la enfermedad protagonista de mi relato fuera el alzheimer, pues a día de hoy sigue habiendo mucho desconocimiento en torno a sus síntomas, tratamiento y, sobre todo, al esfuerzo de los seres queridos de las personas que lo padecen. Personas tan luchadoras como ellos son las que demuestran que se puede ser feliz a pesar de las adversidades. Solo depende de nosotros.

Tras este momento de sensibilidad, me dirijo a ti, George Abbot, para proponerte un reto. Como ya sabrás, tu competencia estrena mañana la nueva temporada de ‘Tu cara me suena’, un programa en el que diversos famosos se ponen en la piel de reconocidos artistas. Quiero que tú hagas lo mismo y escribas un monólogo sobre lo que quieras y en el tono que desees (humor, drama, concienciación, etc.) como si fueras uno de estos  artistas:

1. Beyoncé
Ambos sabíamos que llegaría el momento de hablar de Beyoncé en este blog. ¿Qué opina la diva sobre el cambio climático? ¿Cómo nos narraría un día de su vida junto a Jay-Z, Blue Ivy y sus pelucas? ¿Cuáles serían sus palabras tras un concierto lleno de soul, baile y fans enloquecidas? ¿Qué nos puede contar sobre su época Destiny Child?
beyonce

2. Dan Smith (Bastille)
Esta opción es la difícil, ¿eh? Me dirás que no es un reto soltar un discurso haciéndote pasar por un tipo que conocen 2 de cada 100 personas en España… Es broma, mi ninio, que Bastille, Dan y su pelo rule.
dan smith bastille

3. Gemeliers
Y esta es la opción más libre, ya que tú puedes decidir en qué mente entrar: en la de Jesús o en la de Daniel. Las dos son apasionantes y podrás cumplir tu sueño de enamorar a cientos de teenagers españolas, así que yo no me lo pensaría.
gemeliers

4. El del medio de los Chichos
O sea, Juan Antonio Jiménez Muñoz, que en paz descanse. ¿Despertarás al rumbero que hay en ti y harás que se nos aparezca en sueños como a los Estopa? En tu mano está.
los chichos

Hasta la próxima.

Lidia.

Pequeño Nicolás a Eurovisión

Desde que, días atrás, Francisco Nicolás anunciase públicamente su candidatura al Senado en las próximas elecciones generales como miembro independiente, con el fin de acabar con esta institución la cual considera “inútil”, ahora ofrece más detalles sobre sus propuestas de mejora.

Con su revolucionaria candidatura, a la que ha decidido llamar “Desde Dentro”, pretende acabar con las instituciones públicas y privadas que, según su criterio, no tienen función alguna dentro del territorio nacional. De esta manera, pretende acabar, entre otras, con Eurovisión, el reggaetón o Kiko Rivera, destruyéndolos desde dentro.

Como aclaraba el denominado Pequeño Nicolás esta mañana ante los medios, “el Senado solo es una muestra de lo inútiles y cazurrillos que podemos llegar a ser en España. Yo, personalmente, me indigno cada vez que Portugal no nos da los 12 points, y mira, ya estoy un poco hasta ahí abajo. Quiero más Eurodramas”. Por ello, una de sus promesas electorales es presentarse al Festival de Eurovisión en 2016, con el fin de ganarlo y “acabar con él cuando tenga el poder”. Asegura haberse puesto en contacto con antiguos representantes como Soraya, Ruth Lorenzo o D’nash, para “saber lo que se puede o no hacer, y recibir algún consejillo que nunca viene mal, oyes”.

Asimismo, el candidato independiente a las elecciones generales, ha afirmado con rotundidad que pretende acabar con el Reggaetón antes de las próximas elecciones, ya que, según él, “España es tierra de flamenco, y no de perreo, que no sirve para nada”. Por ello, pretende crear un hit con proyección internacional perteneciente a este género para poner fin a “tantos años de sufrimiento que ninguno merecemos, de verdad que no”.

Otras de las propuestas, entre las que se incluye acabar con Kiko Rivera o las peluquerías Marco Aldany en las que te atienden señoras que comen chicle mientras te preguntan si quieres “los lados con maquinilla y lo de arriba a tijera”, también las llevaría a cabo siguiendo el modelo del caballo de Troya, aclarando que está dispuesto a formarse “en todo ámbito que sea necesario para acabar con estas inutilidades”.

Nicolas-Senado-sept2015Video

—–

No sé vosotros, pero yo le voto.

No, pero ya en serio, este señor me parece una de las personas más inteligentes que hay actualmente en España. Muchas de sus declaraciones parecen tonterías, pero no lo son. ¿O acaso tú no sufres cuando Portugal no nos vota?

Democracias aparte, volvemos a etapas de dictadura porque YO, dueño y señor de este blog, tengo que encargarle un nuevo reto a Lidia Baños, que en su último post demostró no estar del todo loca.

Para esta semana, querida Fulla, he de encargarte algo que me ha tocado bastante en estos últimos días. El pasado fin de semana, como sabrás, fui al cine a ver ‘Ma Ma‘, lo nuevo de Julio Médem, que cuenta la historia de una mujer con cáncer de mama. Y yo, que soy más duro que el mármol de la encimera del lavabo de todas las casas de España, casi CASI dejo escapar alguna lágrima de esas que vienen acompañadas de respiración incómoda y caída de moco posterior. Y es que lo que más me gustó de la película fue el hecho de que estuviese enfocada desde un punto de vista optimista. Saber sacarle el jugo a la vida, incluso en esos momentos en los que parece que no se puede. Y tú, en eso, eres un poco experta. Así que, necesito que relates en tercera persona y menos de 300 palabras una enfermedad, la que sea, pero intentando no sacar ese enfoque derrotista y pesimista que siempre viene acompañando a la muerte. Debe tener un final triste, pero tiene que ser una historia feliz.

Grasias.

Jorge Abad.

Juana de Castilla, una loca muy cuerda

Quiero escapar

Intento gritar pero no lo consigo. Deseo huir pero no tengo escapatoria. Quiero derribar las paredes de mi cárcel improvisada y clamar al cielo que no estoy loca. Padre dejó de mirarme a los ojos hace mucho tiempo y, por eso, no ve verdad en ellos. Sé que realmente me mantiene cautiva porque Isabel, mi dulce madre, no está a su lado. Su alma se encuentra junto a Dios, ese Dios al que rezo cada noche para que me libere de esta locura inventada. Quizá él también sea un mero artificio, a pesar de que a mi madre le atormentaran mis pensamientos. ¿Acaso el dolor es locura? Si así fuera, mi padre habría de estar loco y no he visto hombre más cuerdo que él, aunque que no desee que sea reina. Pero yo tampoco insisto. Gobernar un reino entero no sirve de nada sin amor. Aún no puedo soportar la muerte de mi Felipe, a pesar de que en vida me hizo sufrir. Fue el hombre más bello de Castilla y fueron muchas las mujeres que codiciaron su amor. De él me quedan mis hijos, mi tierna Catalina, el único alma que aún permanece a mi lado. Carlos, en cambio, fue mi primera ilusión y la luz de sus ojos me recordó desde el principio a su padre. Ahora está muy lejos de mí, pero presiento que será un hombre poderoso y su nombre perdurará más que el mío. Al fin y al cabo, solo soy una solitaria voz que susurra en la oscuridad mientras la vida confabula a sus espaldas.

juana la loca
Detalle de ‘Doña Juana la Loca’, obra de Francisco Pradilla y Ortiz (1877)


                                                       —————–

Así se debió sentir Juana I de Castilla o, al menos, así es como interpreto yo que se sintió. Aunque este relato sea mera ficción, creo que Juana podría haber sido una gran mujer en la Historia de España, pero no se lo permitieron. ¿Qué opináis vosotros?

Jorge, ahora te toca a ti ponerte a escribir, así que menos ver series históricas (en realidad ve reposiciones de ‘Gandía Shore’ aunque no lo reconoce) y más teclear palabras. Como ya sabrás, el pequeño Nicolás vuelve a estar de actualidad. Que sí, que tú y yo estábamos un poco hartos de los falsos selfies con él que se enviaban en los grupos de WhatsApp estas navidades, pero la vida es así. Y es que Paquito Nicolás ya forma parte de nuestra vida, de la cultura pop diría yo, todo un icono de lo mainstream. Él, que le quitó el puesto del relaciones públicas más famoso a Froilán, ahora quiere entrar en la política. Sí, sí, no estoy mintiendo. Su objetivo es formar parte del Senado para (¡¡atención!!) eliminarlo. Y, oye, teniendo en cuenta la utilidad de este órgano, no le faltarían votos. Así que, en contraposición con tu bonito pero amargo relato sobre los refugiados sirios, quiero que esta semana nos hagas reír inventándote el posible programa de el pequeño Nicolás for president. Suerte.

Saludos y buen fin de semana a toda la gente del Feisbuk, el Tuirer Instagramm.

Lidia

No sé dónde. No sé cómo. Pero llegaremos.

Solo quedan diez minutos para que llegue el tren que nos devuelva a la vida. Y son diez minutos que ahora parecen eternos, tras largos días atravesando mares y tierras hasta haber llegado a Budapest. Supongo que debería estar feliz, que soy un afortunado por poder llegar a Alemania. Supongo que debería sentirme liberado del peligro radical, quizá debería sentirme tranquilo. Pero mi cerebro es incapaz de mostrar algo ni siquiera parecido. Me siento humillado, frágil y desprotegido. Siento rabia porque un país tan bonito como el mío haya sido invadido por gente como esa. Siento auténtica pena porque he perdido mi trabajo, mi casa, mi vida. Ahora solo me queda ella. Bueno, ellos. El embarazo de mi mujer peligra, pero de momento, sigue su curso.Estamos exhaustos, y queremos llegar. No sé dónde. No sé cómo. Pero llegaremos.

Están siendo días muy duros, en los que niños y mayores somos tratados como verdaderos animales de feria. Debemos dar gracias a Europa por acogernos. Y las damos, pero necesito pedir aún más ayuda. Me gustaría que nos ayudasen a acabar con este horrible régimen antes de que se extienda. Dejemos de tenerles miedo y afrontemos que los buenos somos mayoría. Que hay motivos para luchar. Que necesitamos que esto acabe.

No sé dónde acabaremos. Nuestro objetivo es Alemania. Pero nuestro hogar se quedó allí, en aquella desconocida Siria ahora del Daesh.

—–

No hay final feliz. Tampoco lo hay triste. Pero es que sería inútil escribir un final sobre esta historia que ninguno sabemos cómo va a acabar. El reto que me propuso Lidia me parecía necesario. Qué injusticia y qué rabia dan estas cosas, y más aún cuando se empiezan a arreglar por donde no es.

Pero bueno, yendo a otros temas, este jueves toca nuevo reto para my dearest friend. Esta noche, como sabes, se estrena ‘Carlos, Rey Emperador’. Y sabes lo que me gusta a mí una serie histórica. En ella se reflejan los últimos días de Juana La Loca, recluida en un convento. Pues bien, quiero que, teniendo en cuenta los hechos históricos de esta serie (la coronación de Carlos V, la posible manipulación del testamento de Fernando el Católico, toda la lucha de poder entre él y su marido Felipe el Hermoso tras la muerte de Isabel, etc.), te pongas en la piel de esta trastornada real, y hagas un monólogo interior sobre qué podría pasar por la cabeza de esta pobre señora en aquellos últimos días.

Me adoras. Lo sé.

Besos.

Jorge Abad.

200_s

Live to eat

Le he cogido manía a la letra ‘S’. Sí, lo siento por todos los Santiagos, Sergios y Sebastianes, así como por las Sandras, Sonias y Silvias. Pero es que no lo puedo evitar… Por culpa de la letra ‘S’ existe septiembre, ese mes odioso en el que las papelerías y El Corte Inglés se forran, esa etapa en la que no hace ni frío ni calor y ya no sabes qué ponerte, esa fecha que Billie Joe Armstrong de Green Day tampoco soportaba. Pero, en fin, septiembre ya ha llegado y no se puede hacer nada para evitarlo. Siempre nos quedarán las fiestas de los pueblos para hacernos menos amargo el síndrome post-vacacional. Así que, cero dramas y siempre smile, ¿sí?

Dicho esto, me toca cumplir mi reto, aunque no sin antes dar la enhorabuena a Jorge por su genial relato sobre Gandhi. No sé, llamadme cursi o sensible, pero me llegó mucho y os recomiendo que lo leáis si aún no lo habéis hecho. El reto que me ha propuesto también me ha gustado, y es que… ¿a quién no le agrada hablar sobre comida? A Jorge y a mí, que nos hacemos tours por todos los restaurantes fast food que hay en Madrid, desde luego que sí. Así que de eso va mi relato de hoy, sobre el segundo mejor placer del mundo: comer.

pizza

Flavours

Carlos se despertó con la sensación de que era un día especial. Al fin y al cabo, no se cumplen veinticinco años todos los días. Una vez en el cuarto de baño, se miró en el espejo y pensó en lo mucho que había cambiado a lo largo de su vida. Nadie le había dicho nunca que ser adulto fuera tan difícil, pero poco a poco se estaba acostumbrando. Sonrió y se dispuso a asearse y a arreglarse para su cumpleaños, en el que pretendía olvidar todas sus preocupaciones. Sin embargo, aún debía resolver una incógnita más: ¿con quién compartiría su día?

Mientras apuraba el desayuno, unas improvisadas tostadas con mermelada de arándanos, pensó en Clara. A estas horas debía estar en la pastelería de su familia vendiendo las primeras barras de pan. Podía recrear con exactitud sus ojos claros y hasta el aroma de sus manos, un olor a pan y bollos recién horneados. Sería genial pasar con ella su cumpleaños y degustar una de sus deliciosas tartas de frutas o una bandeja de pintorescos pastelillos glaseados. Sí, en cuanto se terminara el café, iría a saludarla a la pastelería para invitarla a cenar esa noche. Lo tenía decidido.

De camino al establecimiento, hubo algo que llamó su atención. Laura estaba comprando unas apetitosas naranjas en la frutería de la esquina. Portaba también una bolsa de coloridas cerezas y, tras pagar su compra, salió de la tienda mordiendo con dulzura una brillante manzana roja. Carlos no sabía cómo se podía morder una fruta con dulzura, pero Laura lo hacía. Su melena castaña y su tímida sonrisa lo hipnotizaban. Un momento… ¿por qué no pasaba con ella su cumpleaños? Al fin y al cabo, la conoció antes que a Clara y hubo un tiempo en el que pasaron muy buenos momentos juntos. La cosa no funcionó, pero seguían siendo amigos y seguro que estaría encantada de compartir con él esta fecha especial con él. No obstante, Carlos nunca supo cuál hubiese sido su respuesta, pues la joven se subió a un taxi en el que se alejó, dejando tras de sí una estela de perfume afrutado.

Vale, quizá Carlos se estaba poniendo demasiado poético, pero no podía evitar idealizar sus relaciones del pasado. Se dirigió a la oficina aún pensando en las suaves manos de Clara cubiertas de harina y en los carnosos labios de Laura acariciando la manzana. Una vez en el trabajo se olvidó de ellas y a la salida tan solo pensaba en almorzar. Decidió entrar en una hamburguesería, pues tenía algo de prisa porque tenía que prepararse para su cumpleaños. Además, le perdían las hamburguesas. Para él, eran arte. Adoraba la forma en la que el inmaculado queso se fundía con la sabrosa y oscura carne, contrastando con los colores vivos del tomate y la lechuga. Por otra parte, podría sobrevivir a base de crujientes patatas fritas bañadas en sal y ketchup. Perdido en estas divagaciones, no se dio cuenta de que la camarera que le estaba sirviendo le miraba de una forma un tanto extraña. Un momento… ¡si era Rachel! Bueno, en realidad se llamaba Raquel, pero a ella le gustaba que tradujeran su nombre. Hacía bastante que no se veían pero no había cambiado demasiado, a excepción de unos cuantos piercings y tatuajes de más. Se saludaron, recordaron viejos tiempos y rieron juntos. Tras dar un largo sorbo a su refresco, Carlos carraspeó, dispuesto a invitar a su amiga a celebrar la llegada de sus veinticinco años. Sin embargo, su jefe le llamó al móvil en ese momento y le pidió que acudiera urgentemente a la empresa a hacerse cargo de unos papeles de última hora. Fastidiado, Carlos apuró la hamburguesa y el helado que había pedido de postre para dirigirse a su fría oficina, el lugar donde pasaría su cumpleaños con la única compañía de su ordenador y de una infinita pila de aburridos documentos.

Estaba agotado. Ya no llevaba la cuenta de las horas que llevaba trabajando. Al salir del edificio, las estrellas se asomaban en un cielo ya oscuro. Mientras caminaba, se consoló al pensar en la textura de la mozzarella de la pizza que iba a encargar para cenar esa solitaria noche. Pero, entonces, algo hizo que se acordara de ella, la que era sin duda la chica más importante de su vida. ¿Cómo no se había acordado? Su piso no estaba demasiado lejos. Llegó al portal, llamó al telefonillo y su cálida voz le invitó a pasar. Subió las escaleras con emoción y, cuando estuvo frente a la puerta, se tomó su tiempo para llamar al timbre. A veces estaba tan ocupado que se olvidaba de lo verdaderamente importante. Por fin llamó y en apenas diez segundos, ella abrió la puerta. Un agradable aroma se escapó de la casa, pidiéndole que entrara y transportándolo a su niñez. La cena ya estaba servida en la mesa: una fuente de macarrones, croquetas caseras y un esponjoso y enorme bizcocho. «¿Cómo sabías que iba a venir?», preguntó Carlos, intrigado. Ella se limitó a sonreír y a desprenderse del delantal: «Una madre siempre lo sabe todo».

—————————————-

Y con esto y un bizcocho, me despido hasta el próximo jueves a las 8. Pero no os preocupéis si os habéis quedado con hambre, porque George os regalará un nuevo relato el lunes. Sin embargo, el tema será menos amable. Por desgracia, y como ya habréis visto en la prensa y en el telediario, estamos presenciando una crisis humanitaria terrible. Miles de refugiados están emigrando masivamente a Europa huyendo de la guerra de Siria y del avance del Estado Islámico. Hombres, mujeres y niños se marchan de su hogar con el propósito de sobrevivir, pero son muchos los que mueren en el camino. Es una realidad dura, pero mirar hacia otro lado es una postura demasiado cómoda. Por eso, quiero que el relato de Jorge verse sobre esta realidad y nos acerque un poco más el drama que están viviendo estas personas. Él decide quién o quiénes son los protagonistas y si tienen o no un final feliz.

Bye, bye!

Lidia

La historia de cómo Gandhi compró una pistola

Sí, hoy es martes y no lunes. Lo sé. Pero la culpa de que no publicase ayer la tiene el Metro de Madrid. Pero bueno, volvemos una semana más para plantarle cara a la señora Lidia Baños, que el pasado jueves decidió que debía convencer a algún tipo de público para que comprase un producto opuesto a su «forma de ser», por así decirlo. Pero yo, que soy un alma más libre que el pelo de Pocahontas, he decidido ir un poco más allá, y en vez de relataros mi plan de Marketing propio, contároslo a través de un cuento, que queda como así más mejor. I hope you enjoy it:

Cuenta la historia que, en la India británica de principios del siglo XX, vivía un pobre hombre junto a su familia en una aldea cerca de una gran ciudad. A menudo pasaban grandes temporadas de miseria, en las que incluso no tenían qué comer. Fue así como, uno de esos días, aquel hombre consiguió adentrarse en una de las impresionantes casas de los militares ingleses que ocupaban la zona, pudiendo robar un inmenso saco lleno de armas escondido en el desván. Pensó que, con lo que ganase vendiéndolas, tendría provisiones para al menos dos meses. Sin embargo, ¿a quién se lo podía vender? Todos en su aldea eran casi tan pobres que él, y era arriesgado ir a la ciudad.

Pasó horas pensando qué hacer, cuando de pronto, vio  a un hombre que se acercaba . No parecía un hombre pobre, y tampoco parecía británico. Era su oportunidad para deshacerse del armamento.

Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, y tras una charla cordial, le ofreció sin dudar su mercancía. El hombre se quedó extrañado por la oferta, y se negó en rotundo a aceptarla.

-¿Acaso no me conoces?-cuestionó aquel hombre- Mi filosofía me impide aceptar las armas. Cada día lucho por conseguir la paz. Sería inútil comprar un saco lleno de pistolas. 

-Pero señor…- El pobre hombre se quedó entonces petrificado. El señor al que intentaba vender un arsenal entero era el mismo Mahatma Gandhi. ¿Cómo no había caído antes? Pero ya no había vuelta atrás. Debía vender aquella mercancía si quería alimentar a sus hijos. Fue entonces cuando se le ocurrió la solución.- Aun defendiendo la paz, debe comprarme este armamento.

-¿Por qué?- preguntó extrañado Gandhi.

-Porque un arma en sus manos, es un arma menos en manos de aquellos que la utilicen para matar.- contestó el pobre hombre.

-¿Cuánto le debo por el saco entero?

Imagen:http://www.tunuevainformacion.com/
Imagen:http://www.tunuevainformacion.com/

Lo sé. Sé que el pobre Gandhi se hubiese arruinado si hubiese tenido que comprar todas las armas del mundo para parar las guerras. Y también lo sé, no han sido 300 sino 305 palabras. Pero aún así, me seguís queriendo.

Y yendo a otra cosa cual mariposa, creo que a nuestra rubia preferida le toca nuevo reto. Y la verdad es que tengo hambre. Además, como me cuentas cada vez que nos vemos, sé que has evolucionado mucho en el maravilloso mundo de la cocina, y ya sabes preparar un delicioso arroz tres delicias congelado, o elaborados perritos calientes con salchichas Hacendado. Por eso, quiero que tu próximo relato gire en torno a la comida. Algo bueno, por favor. Que cuando lo leamos, tengamos ganas de comerlo de la forma que sea. Quiero que sea una historia entre dos personas (puede ser o no ser amor), y venga, tú decides los ingredientes y el número de palabras.

See you,

Jorge Abad.