¿Y si Pablo Iglesias fuera un Sim?

¡Buenas tardes a todos! O quizá no tan buenas si tenemos en cuenta que hoy es el último jueves de julio… Pero llantos aparte, llega el momento de hacer frente al reto que me planteó Jota A. el lunes, pero no sin antes recordar su precioso homenaje a Amy Winehouse. El mundo es un lugar más sombrío desde que ella no está, al igual que también perdió su encanto cuando nos dejó Michael Jackson (y Kurt Cobain, y John Lennon, y Freddie Mercury, y Janis Joplin…). Pero, por suerte, siempre nos quedará Rebecca Black *dimito de la vida*

Respecto al reto gamer de Jorge… el título de este post ya os ha dado alguna pista, ¿no? Mi tarea consiste en narrar la biografía de un Sim, ya sea de un personaje real o inventado, y en este caso me he decidido por Pablo Iglesias, que es real (creo). Eso sí, tengo que decir que estaba entre él y Cristina Cifuentes, porque la coleta de la dama rubia no tiene nada que envidiar a la del líder de Pokémon (¿o era Podemos?). Bueno… ¡vamos allá!

Pablo Iglesias Superstar

Pablo Iglesias Turrión fue creado el 17 de octubre de 1978. Fue configurado como Impetuoso, Hidrofóbico, Perspicaz y Gran Besador. Creció y vivió su infancia muy feliz, aunque sin expansiones, porque eso era propio de la casta. Su pequeña casa de materiales baratos -su familia obrera se negó a utilizar ‘rosebud’, el truco del dinero- estaba ubicada en Vista Gentil, barrio en el que hizo muchos amigos como JC Monedero, que le regaló su primer periódico. Pablo nunca acudió a las fiestas de Elvira Lápida y tampoco organizó ninguna en su casa, pues estaba demasiado ocupado mejorando su habilidad Oratoria y cepillando su sedosa coleta. No obstante, pronto descubrió el encanto de otro tipo de reuniones: las asambleas. Nunca se imaginó que, unos años más tarde, en esos encuentros en la habitación morada de su casa nacería Podemos, un partido que necesitó pocos simoleones pero mucha Creatividad, habilidad que consiguió incrementar tras pintar muchos lienzos que acabó subastando tras someterlo a votación popular. Era un joven inquieto que siempre estaba buscando nuevos empleos en los periódicos que le cedía su colega JC, y fue desde profesor hasta colaborador de televisión, a pesar de que en su casa no había sitio para aparatos tan propios del consumismo. Optó por no aprender idiomas porque no quería dárselas de ‘yankee’, aunque se convirtió en todo un experto del acento venezolano. Algún día cumpliría su sueño de sobrepasar fronteras y conocer a los Sims extranjeros que admiraba…

Pablo Iglesias cediendo a la cámara su perfil bueno.
Pablo Iglesias cediendo a la cámara su perfil bueno.

En enero de 2014, Pablo funda Podemos y adquiere gran éxito entre los Sims, sobre todo entre Sims Universitarios. Sin embargo, el momento decisivo de la vida de Pablo tuvo lugar cuando conoció a Tania en una asamblea. Ella, una Tauro configurada como Disciplinada, Ambiciosa y Sin sentido del humor, supuso todo un reto para él, incluso más que planchar su camisa. Su coleta, el calimocho y la música de Ska-P se sumaron a su labia para conseguir conquistarla. Tuvieron varias citas más y Pablo accedió a la expansión ‘Los Sims Moda Alcampo’ para lograr un look seductor. Juntos, leyeron libros de política, mejoraron la habilidad Oratoria y estrenaron la cama de corazones. Pero un día Tania se cansó de tanto populismo y rompió con Pablo, lo que hizo que mantuviera durante semanas su estado de ánimo en color rojo. No tuvo que pasar mucho tiempo para que ambos se dieran cuenta de que no podían vivir el uno sin el otro y se reconciliaron. Y es que a Pablo no le importa si no es elegido Presidente del Gobierno mientras Tania esté en su círculo.

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Y así ha sido la vida de uno de los Sims más mediáticos de nuestro país. Como siempre, espero que os haya gustado el relato de hoy. Commans nala? («Okay, makey?» en Simlish).

Ahora, Jorge, llega el momento de que conozcas tu reto. Como el lunes -que es el día que debes cumplir el reto- es mi santo, voy a ser buena contigo. Todos sabemos que te gusta mucho el género fan fiction, tal y como demostraste en tu post ‘James Cameron también es ministérico’, así que esta semana podrás dejar volar tu imaginación construyendo un relato basado en una serie de televisión -o, mejor dicho, en dos-. Tu función es hacer un crossover entre dos series y estas son las opciones:

1. ‘Friends’ + ‘The Big Bang Theory’
friends and the big bang theory
Imagínate que Sheldon Cooper decide entrar en Central Perk y se enamora de la guapa camarera Rachel. O puede que Chandler y Joey decidan llevarse de juerga a Leonard. O quizá es Phoebe la que conoce a una nueva amiga, Penny, y le pide que sea su nueva compañera de piso. Tú decides cómo unir estas series para construir una divertida historia.

2. ‘Sabrina’ + ‘Buffy Cazavampiros’
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Ay, los años 90… Los que crecimos en esta década dorada sabemos que las mejores series se hicieron entonces. Sabemos de buena tinta que no todas las brujas tienen melenas plateadas y verrugas en la nariz, tal y como nos demostraron Sabrina Spellman y sus tías Hilda y Zelda. También sabemos que la magia tiene un lado menos amable que el que nos mostraron Sabrina y su gatito Salem. Criaturas como los vampiros tratan de acabar con la raza humana, pero hay otra heroína rubia dispuesta a salvarnos: Buffy. ¿Serías capaz de hacer un crossover con estas dos series sobrenaturales y noventeras?

3. ‘El tiempo entre costuras’ + …

ETEC
Te dije que iba a ser buena. Si quieres, vas a poder escribir sobre Sira Quiroga y, para más inri, eres tú el qué decides el segundo ingrediente del crossover. ‘Velvet’, ‘Cuéntame cómo pasó’ y hasta ‘Amar en tiempos revueltos’ pueden ser algunas opciones, aunque no coincidan del todo históricamente, pero seguro que podrías hacer un apaño. ¿Y qué me dices de ‘El Ministerio del Tiempo’? A tu elección queda.

Nos vemos el próximo jueves. 😉

Lidia

SIEMPRE Amy Winehouse

Ya han pasado cuatro años desde que Camden Town no brilla igual. Cuatro años desde que su cardado elevado en desequilibrio y alcohol no inunda salas de conciertos. Parece mentira que sus ojos empapados en negro y sus dientes corroídos por la dependencia y la inseguridad no volverán a ganar un Grammy, y que su desaliñado estilo de vestir no podrá ocupar portadas de revistas de moda nunca más. Pero Amy no se ha ido, aún nos queda su voz.

Porque no sería posible hablar de Amy sin hablar de ella, la mujer de cincuenta años atrapada en unas uñas ennegrecidas por el crack: su voz.  Como dijo Garry Mulholland, Amy “es joven, pero suena a vieja”. Una voz rasgada y melosa que estremecía los sentidos de cualquiera. Reproducciones de Youtube que no necesitan el volumen al máximo para llenar los oídos de fuerza. Una melodía que nació como un regalo a los trece años en forma de guitarra y que ahora siempre perdurará en el tiempo. Amy era jazz, era soul y era todo lo que ella quisiera ser. O al menos lo que  le dejaban.

Amy fue dependiente. Y esta vez no hablamos de drogas. Se llamaba Blake Fielder-Civil, un amor que finalmente desembocó en divorcio y depresión. Fielder-Civil, acusado de iniciar a su esposa en la drogadicción, provocaba en Amy un profundo dolor, que siempre recordaba cuando cantaba ‘Back to Black’. Su padre Mitch insistía en que debía componer nuevas canciones, que era inútil reproducir melodías que no iban a dejar que Amy disfrutase de los escenarios. Pero, una vez más, su dependencia pudo con todo.

Pero, en cierto modo, Amy era todo eso, pese a quien le pese. Era ‘Back to black’ y era ‘Rehab’, era un ‘Frank’ eclipsado por la fama mundial de su disco posterior. Era Alcohol y heroína. Era una copa al pie del micrófono. Un vestido ajustado y unas piernas que se movían nerviosas sobre las tablas. Tatuajes que manchan su piel y argollas doradas que hacen que sea única. No se puede hablar de Winehouse eliminando algo de ella, porque entonces no sería ella.

Ya han pasado cuatro años desde que Amy dejó su guitarra y se despidió de su madre con un “I love you, mum”.  Cuatro años desde que las botellas de vodka rodaron por la moqueta de su habitación mientras su móvil enviaba un “estaré aquí para siempre. ¿Y tú?” a su amigo Kristian Marr. Pero Amy no se ha ido. Amy sigue aquí.

Siempre Amy Winehouse.

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Hoy no podía empezar de una manera mejor que hablando de ella. No hay introducción de blog que pueda superar lo que Amy Winehouse era como artista. Y por ello quería que todos la recordásemos hoy como se merecía, en un primer lugar. En este reto propuesto por Lidia, en el que debía escribir un perfil sobre la cantante londinense, he decidido alejarme un poco de lo periodístico que exige a veces este género, centrándome más en la subjetividad ineludible que provoca Amy en general. Espero que lo hayáis disfrutado, y sigáis siempre disfrutando de ella tanto como yo lo hago.

But now, ha llegado el momento en el que Lidia Dean comienza a arrancarse de cuajo sus tirabuzones áureos, y sus ojos esmeralda se enrojecen por el miedo. A new reto has come.  Esta semana, Amy Rubia, quiero que escribas un relato en modo biografía. Me da igual de quién sea. Puede ser un personaje inventado, famoso, anónimo, humano, extraterrestre…Lo que quieras. Únicamente hay una condición: deberá actuar, vivir, hablar, vestir, comer y orinar como Los Sims. Tú ya sabes lo putifan que soy de este videojuego, por tanto, espero reírme bastante en no más de 150 palabras.

Por hoy, nada más.

Jorge Abad.

Los culés también aman a Iker Casillas

Hoy estoy muy triste porque es 23 de julio y en muy poco tiempo entraremos en agosto, el mes que precede a septiembre. Vamos, que agosto es como un depresivo domingo que anticipa un demoníaco lunes lleno de spots de la vuelta al cole y de colecciones de RBA. Pero como no os quiero aburrir con mi depresión y con reflexiones sobre la fugacidad del verano, iré al grano (y sin haberlo preparado, me ha salido un pareado :O). Esta semana tengo un reto muy especial, creado como siempre por el publicista motorista Jorge Abad. Mi labor consiste en, nada más y nada menos, escribir una carta de despedida al mejor portero del mundo: Iker Casillas. Me va a costar un poco porque aún se me sigue cayendo la lagrimita cada vez que recuerdo momentos como este, pero lo haré por vosotros. Pero, sin duda alguna, lo que más me va a costar es ponerme en la piel de un culé. Y es que Jorge en otra vida fue Maléfica o Rasputín, razón por la que ha querido torturarme de esta manera (lo siento, seguidores del Barça, pero vosotros que conocéis nuestra relación amor-odio me entenderéis mejor que nadie). Dejo ya de enrollarme porque solo dispongo de 150 palabras. Disfrutadlo:

Gracias, Iker

Soy culé, pero solo puedo decirte una cosa: GRACIAS.
Gracias por detener los penaltis italianos en la Eurocopa de 2008.
Gracias por tu incansable duelo con Robben en nuestro primer Mundial.
Gracias por dar emoción a los clásicos y ponérnoslo muy difícil.

Gracias por demostrar que el respeto va más allá de los colores.
Gracias por ser un ejemplo de deporte y deportividad.
Gracias por saber perder, pero, sobre todo, por saber ganar.
Gracias por creer en el fútbol que une, y no en el que separa.
Gracias por ser una leyenda incluso para tus rivales.
Gracias y… hasta siempre.

iker y xavi
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Como dijo Iker al despedirse del Real Madrid, c´est fini!
Y aunque yo sea madridista hasta la médula, creo que más de un culé coincidirá con mi carta. Casillas puede irse con la cabeza muy alta, ya que solo los más grandes consiguen ser admirados hasta por sus rivales.

Dicho esto, llega el momento de plantear un reto a nuestro querido Jorge. Recordad que, si queréis, podéis ayudarme proponiendo nuevos retos a través de los comentarios (cuanto más crueles, mejor). Aquí va el de esta semana:

– Uno de los géneros más importantes y placenteros de leer tanto en la literatura como en el periodismo es el perfil. El perfil puede definirse como «el arte de dibujar a una persona con palabras». Es decir, que es una forma de retratar física y psicológicamente a una persona en el papel, disponiendo de total libertad para emplear figuras literarias como la metáfora o la comparación.

– Se me ocurren muchos personajes interesantes de los que podrías hacer un gran perfil, pero me he acabado decantando por uno. Con motivo del estreno de ‘Amy’ en España, un documental sobre la inolvidable Amy Winehouse, quiero que el objeto de tu descripción sea la cantante que revivió el soul. Disfrútalo pero, sobre todo, haznos disfrutar. 😉

amy

Lidia

Discurso.Premios Goya. Telegrama. STOP.

Esta semana he ganado un Goya. Sí. Fueron en febrero, pero a mí me lo han dado en julio. Y ni más ni menos, lo recibí de las manos de la gran periodista Lidia Baños que, una semana más, me ha vuelto a retar. Y su encargo para este lunes no era otro que redactar un discurso por el cual agradeciese mi Goya al mejor actor (supongo) por mi no-intervención en ‘Volver’ del gran (para mí, para Lidia no. Va de guay o algo) director español por excelencia, Almodóvar. Pero bueno, esta semana las normas las he aplicado un poco a mi parecer, ya que, además del discurso, me apetecía poneros en situación y transmitiros lo que seguramente hubiese sentido, escribiendo en una forma muy telegrama-style. Tenéis que entenderme, es que si no me sentía demasiado egocéntrico y… jo, a veces dejo de pensar en mí mismo (solo a veces, pero <3). Así que, sorry Lidia, but esto es lo que os presento:

El discurso más corto del mundo.

Flashes. Una alfombra verde. Periodistas preguntándole si está nervioso. Y por supuesto que lo estaba. Terror camuflado en sonrisas. Ya dentro, Pedro, Penélope y él. Música. Aplausos. Nervios. Música. Aplausos. Nervios. Actores. Directores. Productores. Guionistas. Maquilladores. Estilistas. Nervios. Aplausos. Mejor actor revelación. NERVIOS. “Y el Goya es para…”. Nervios. Jorge tiembla. Nervios. “Jorge Abad, por ‘Volver’”. Sonríe. Llora. Grita. Abrazos. Aplausos. Besos. Cámaras. Focos. Felicitaciones al oído. Escaleras. Pensamientos congelados en el ayer. Lo que fui. Lo que soy. ¿Qué seré? ¿Seré? Escenario. Abrazos. Besos. Felicitaciones. Su discurso estaba preparado. Y ensayado. Y dedicado. A su familia. A sus amigos. A Pedro. A Penélope. Pero no. Sus sentimientos eran más que eso. Eran esfuerzo. Ganas. Trabajo. Ilusión. Superación. Vergüenza. Castings. Sumatorio de noes. Obstáculos. Más ganas. Un . El definitivo.

Gracias”. Y su mirada empapada en emoción y hambre de ser dijo el resto del discurso.

Aplausos.

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STOP. ¿Habéis visto? Pensaba que iba a marcarme un Dani Rovira plantándole un beso a Clara Lago, pero mi emoción era mayor que eso y al final mi discurso fue muy Hitchcock. Y es que parece que, aunque a todos nos rodean inseguridades y miedos, si lo intentamos con ganas, a lo mejor lo conseguimos ¿no? Podéis probarlo en casa. A veces funciona.

Pero AHORA, querida Lidia, ha llegado tu hora. Y yo sé que estos días estás un poco triste, porque, como todos saben, eres MUY madridista y MUY mostoleña. Por tanto, es evidente que te has quedado rota de dolor por la marcha de tu querido Casillas. Así, esta semana voy a ser extremadamente bueno y voy a dejar que te expreses escribiéndole una carta de despedida en no more than 150 palabras, que si no te pones muy pesada y no hay quien te pare.

Por cierto, se me olvidaba un detallito de nada, la carta de despedida debes escribirla como si fueses una acérrima seguidora del equipo que más te gusta (no), es decir, el Barça. *Risa malvada*. *Más risa malvada*. *Tos*.

Con amor.

Jorge Abad

Volver… con la frente marchita

Tras una semana de descanso, aquí estoy de nuevo. Antes de compartir mi relato de hoy, quería contaros una anécdota que os animará la semana y con la que os reiréis más que con el último relato de St. George. Y es que el bueno de Jorge y yo decidimos viajar el fin de semana a tierras manchegas para encontrar inspiración en los bucólicos paisajes de Cuenca. Cual Lord Byron y Mary Shelley, recorrimos montañas y buceamos entre los peces ibéricos en busca de nuevas ideas literarias, hasta que al señor Abad se le ocurrió la genial idea de dar un paseo en moto con el propósito de imitar a Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’. ¿El problema? Que más que asemejarse a la elegante belga, se marcó un Edgar versión dos ruedas. Podría adjuntar un vídeo de la fatídica caída, pero me lo reservaré para el día que Jorge me proponga un reto fastidioso. *hahahaha*

Dicho esto (lo siento, Jorge, tenía que dar a conocer tu historia), me dispongo a acatar las instrucciones del reto que me planteó Georgie la semana pasada: escribir un relato protagonizado por él y por el personaje femenino principal  de una película. ¡Allá vamos!

Volver… con la frente marchita

Eran días ajetreados para la productora de cine El Deseo, y aún más para Jorge, su productor ejecutivo. Faltaba solo una semana para acabar de rodar la película y no cesaban de surgir imprevistos. Para empezar, la empresa de catering que habían contratado les había dejado tirados en el último momento y Jorge no sabía cómo enfrentarse a un equipo de más de treinta personas hambrientas. Desesperado, su corazón dio un vuelco cuando sus ojos se encontraron con un restaurante algo destartalado pero espacioso en aquella inhóspita calle madrileña.
– Mario, hazme el favor y acércate a ver si ese establecimiento está abierto- le pidió a uno de los ayudantes de cámara.
El joven acudió sin rechistar y, pasados un par de minutos, regresó con una sonrisa en los labios:
– Señor Abad, ya tenemos lugar para comer.

Tenían tanta hambre los miembros de El Deseo que apenas se oía conversación alguna. La comida estaba deliciosa, sobre todo la jugosa carne que componía el segundo plato del menú. Jorge se levantó de su mesa con el plato vacío y el estómago aún rugiendo. No es que la cantidad no fuera abundante, pero las preocupaciones de su trabajo le abrían mucho el apetito. Se acercó a la barra en busca del cocinero, al que deseaba felicitar personalmente y pedirle otra ración de carne. Mientras esperaba que alguien le atendiera, observó distraídamente la curiosa decoración del local, que mezclaba tonos rojos y rosados sin pudor alguno.
– ¿Puedo ayudarle, zagal?- le preguntó una voz femenina en la que convivían el acento madrileño con un ligero deje manchego.
Jorge, ligeramente sobresaltado, se giró para ver a la dueña de la cantarina voz. Con un pose chulesco, una mujer alta y de grandes senos le miraba apoyada en la barra. Su cabello oscuro estaba recogido en un alto moño que dejaba al descubierto sus grandes ojos negros, muy perfilados. Tras unos breves segundos de contemplación, Jorge carraspeó y logró articular unas palabras:
– Señorita, es un placer estar en su restaurante. Quería saber si podría tomar más carne. ¿Es de cerdo? Está absolutamente deliciosa.
La joven contuvo la risa mientras se colocaba el delantal. «Seguro que he sonado demasiado pedante», pensó Jorge con fastidio.
– Sí, es de cerdo- contestó ella arrastrando las palabras de un modo misterioso- Puede tomar todo lo que quiera. Y, por cierto, soy Raimunda.

Durante los días posteriores, Jorge ansiaba la llegada del mediodía. Adoraba entrar en aquel restaurante con olor a fritanga y comer cada día la misma carne mientras Raimunda se paseaba con gracia entre las mesas. Tan a gusto se sentía con esa mujer, a pesar de que sus conversaciones apenas duraban unos minutos, que le pidió a Mario que le propusiera celebrar una fiesta con todo el equipo en el restaurante. Y, por supuesto, la anfitriona estaba invitada. Su alegría fue inmensa cuando se enteró de que ella había aceptado.

Por fin llegó el día o, mejor dicho, la noche de la celebración. El establecimiento estaba lleno de gente, pero aún no había rastro de Raimunda. Su hija Paula era la que les había recibido y Jorge temía que ella no apareciese. Sin embargo, su inquietud duró poco, pues no tardaron mucho en abrirse las puertas del local para dar paso a una Raimunda exuberante. Vestía un entallado vestido negro que marcaba sus curvas y realzaba su belleza. Jorge tragó saliva cuando la vio acercarse a él.
– Hace una noche preciosa. ¿Le parece bien que cante?
– ¿C-cómo?
– Sí, muchacho. Cantar para animar un poco el sarao.
– Ah. Sí, claro. Como quiera, Raimunda.
No hicieron falta insistencias. Raimunda colocó una silla en el centro de la estancia y, tras hacerle una seña a Paco, que siempre iba acompañado de su guitarra Alhambra, comenzó a cantar:

Silencio. Aplausos. Raimunda y Jorge intercambiaron miradas empañadas en lágrimas.

La fiesta continuó durante unas horas más, pero Jorge no podía marcharse sin despedirse de la mujer que le había retorcido el alma con solo cantar.
– Raimunda, nos marchamos. Muchas gracias por el servicio durante esta semana.
– No, Jorge. Ellos se marchan, pero tú no.
Jorge pestañeó muy rápido sin entender. Raimunda le tendió la mano y le susurró:
– Quédate conmigo.
Jorge tragó saliva. ¿Quedarse con ella? ¡Si apenas la conocía! Su mundo se basaba en su productora, en su asfixiante rutina de trabajo. Sin eso, no era nada. Pero, cuando estaba a punto de contestar, la palabra «No» se escurrió en su garganta y murió en sus labios. Simplemente, asintió.

Nunca se imaginó que aquel restaurante le cambiaría tanto la vida. Habían pasado dos semanas desde el rodaje de la última película de El Deseo y la vida de Jorge había cambiado por completo. Estaba en un coche conducido por Raimunda, que dejaba escapar una media sonrisa cada vez que el viento acariciaba su flequillo. En los asientos traseros iba Paula que, como siempre, estaba enfrascada en la pantalla de su móvil.
– Aún no me has dicho dónde nos dirigimos- le recordó Jorge tímidamente.
Raimunda retiró un instante la vista de la carretera y le sonrió.
– Vamos a un paraíso de casas blancas bañadas por la luz del sol y la brisa del Júcar.
Jorge se rió. No tenía ni idea de qué pueblo hablaba. Desconocía lo que les deparaba el futuro. Pero, mientras la miraba a ella, se dio cuenta de algo muy curioso: le importaba un bledo.
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C´est fini! Como habéis visto, el relato está basado en ‘Volver’ (2006) de Pedro Almodóvar y está protagonizado por Jorge IV, El Egocéntrico. ¿Te lo esperabas, George? Créeme que he tenido muuucha tentación de escribir el relato sobre ‘The Reader’ (Kate Winslet y Ralph Fiennes… ¡ay!) o sobre LJDH (Katniss, mujer luchadora y feminista donde las haya), pero me gustan los retos. Y sí, por fin he visto ‘Volver’ y aunque sabes que no soy muy almodovariana (#TeamBayonaForever) me ha gustado. Hala, ahora te toca a ti. Ya que en mi relato compartes plano con la mismísima Pe Cruz y te has ganado un Goya (porque, cariño, Penélope está muy bien en esta peli pero tampoco de Óscar), quiero que para la próxima semana nos muestres el discurso que pronunciarás en la recogida del premio. Puedes ser emotivo, chistoso, freak… ¡lo que quieras! Eso sí, en no más de 350 palabras, que si no el público se aburre. ¡Ánimo!

Lidia

P.D: Ojo con la versión original de la BSO de ‘Volver’. Muy grande, Gardel.

Rizos, avispas y mucho cine

Hola mi gente de Instagram. Hola mi gente de Facebook. Hola mi gente de Twirerrrrr. Yo, al igual que A. M., os quiero tanto que *sonido indescriptible*. Y por eso vuelvo otra semana más con un reto de Lidia Baños-Gosling, que la semana pasada consiguió conmovernos a todos con su entrada, en la que habló de la injusta-y pongo doble comilla porque es doblemente cuestionable-«»tradición»» a la que son sometidas gran cantidad de mujeres en el mundo con la cual se impide que sientan algún tipo de placer al practicar sexo. Muy OK todo.

Pero para esta semana, nuestra querida Lady Li dejó entrever su egocéntrico carácter al mandarme como reto relatar lo que me inspirase una foto SUYA. Porque sí, confirmo los rumores y aclaro que ELLA es la modelo de la imagen, que mueve sus cabellos dorados tras, posiblemente, haber dicho: «hazme una foto en la que parezca que no me doy cuenta mientras muevo el pelo».  Pero bueno, yo he preferido hacerme el sueco, o el albanokosovar, y hacer como si no supiese que la protagonista de la captura es mi estimada amiga Baños. Y de aquella imagen solamente podía salir algo como lo que aquí os presento y espero que disfrutéis:

Avispados.

Primera cita. Nervios. Temor. Te acercas sonriendo. Sonrío. Tiemblo. Saludos vergonzosos. Besos en las mejillas. Me dedicas una mirada. Yo te dedico un “te quiero”. Me abrazas. Y no te suelto. No puedo. Oigo tus latidos. Siento tu amor. Y nos sentimos. Los dos. Te digo que estoy loco. Tú preguntas que por qué. Silencio. Un beso inesperado. Tú sonríes sin querer. Apruebas mi locura. Y yo no dejo de sentir. Mis labios se enamoran. Los tuyos me persiguen. Me duermo entre tusTE ALEJAS DE REPENTE. UNA AVISPA EN TU CABEZA. TUS RIZOS SALTAN SIN PARAR. TE HA PICADO EN LA FRENTE. TE INCORPORAS CON TORPEZA. COMIENZAS A LLORAR.

Mis manos secan tus lágrimas. Gotas que parecen de cristal. Caricias. Abrazos. Agua fría. Ya no hay nada que nos pueda separar.

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Lo siento. No todas las historias de amor pueden ser empalagosas. O al menos no tanto como la que escribí la semana pasada. Aun así, espero que os haya gustado.

Pero AHORA llega el mejor momento de la semana. Ese momento en el que el cerebro de Lidia pasa por todos los estados físicos hasta dar con el relato perfecto que pueda superar mi reto. Ese momento en el que Lidia, que va de guay petándolo en su blog sobre feminismo, llora y sufre para encontrar las palabras adecuadas en su post semanal.

Y es que esta semana, querida Rapunzel mostoleña, yo también tengo el ego por las nubes. Y por eso, quiero que en tu próximo relato YO sea tu personaje protagonista.

Además, como ya bien sabes, me encanta el cine. No hay plan mejor para mí que quedarme en mi salón y ver una película acompañado solo de una manta en invierno y de un ventilador en los duros veranos de Madrid. Por eso, en tu relato, debe aparecer uno de mis tres personajes femeninos preferidos, englobándose la historia dentro del lugar, tiempo, entorno, etc. correspondiente de la película (aunque la historia como tal puede ser totalmente distinta). Tú decides cuál de esos personajes quieres que aparezca.Las opciones son:

A) Raimunda. Personaje principal de Volver, de Pedro Almodóvar. Interpretada por Penélope Cruz, papel por el cual debería haberse llevado el Óscar (perdóname por esto, Helen Mirren, yo en realidad te quiero). Y no, con ésto no pretendo obligarte a que veas de una vez esta joya del cine español.

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B) Katniss Everdeen. Sí, tendré que luchar por mi vida en ‘Los Juegos del Hambre’ junto a la preciosa Jennifer Lawrence.

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C) Hanna Schmitz. Tendrás que apañártelas para que en mi relato aparezca la iletrada protagonista de ‘The Reader’, interpretada por LA ACTRIZ, Kate Winslet.

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Recuerda que tú eliges lo que pasa en la historia, pero que debe aparecer alguno de estos personajes, y alguno secundario también (esto último lo dejo a tu elección). Y que de verdad que con esto no pretendo obligarte a ver ‘Volver’ de una p…reciosa vez.

El jueves más y mejor.

Saludos.

Jorge Abad.

Mi secreto más oscuro

Como cada jueves, llega la hora de afrontar el reto de Jorge. El publicista más dicharachero nos demostró el pasado lunes que las matemáticas pueden ser más profundas de lo que pensamos, sobre todo si se le añaden los acordes de la inseparable guitarra de Marcos, el Álex Ubago de Santa Justa que nos enamoró en ‘Los Serrano’. Seguidamente, me encomendó una tarea que me agradó y asustó a partes iguales: escribir una historia de amor inserta en una problemática social como, por ejemplo, la trata de seres humanos o la homofobia. De alguna manera, siempre se siente cierta responsabilidad a la hora de tratar temas tan sensibles, aunque sea a modo de ficción, pero también es cierto que es una buena manera para visibilizarlos y denunciarlos. Espero que os guste mi relato de hoy y, sobre todo, que contribuya -aunque sea un poquito- a la concienciación y solución del problema.

Mi secreto más oscuro

Era viernes y la boutique estaba plagada de clientes ansiosos por encontrar el bolso perfecto o los zapatos soñados de sus amadas. Al día siguiente era San Valentín y muchas parejas pensaban celebrarlo por todo lo alto. Me gustaba mi trabajo, pero llevaba demasiadas horas de pie y manteniendo una sonrisa forzada. Por suerte, apenas faltaban diez minutos para echar el cierre, así que suspiré aliviada mientras me alisaba la falda del uniforme frente a uno de los espejos de la tienda. Mi rostro cansado me dedicó una mirada reprobatoria, como queriéndome decir «No te quejes, Taranee, otras veces lo has pasado peor». Mi reflejo no mentía, pero ya hacía mucho tiempo desde que había enterrado mi pasado. De repente, las acristaladas puertas se abrieron y un hombre apresurado penetró en la estancia. Tragué saliva. ¡Jamás había visto a un tipo igual! Era alto, delgado, de mejillas suaves y nariz poderosa. El color dorado de su cabello perfectamente cortado brillaba casi tanto como su media sonrisa. Sentí cómo mis tostadas mejillas enrojecían mientras se acercaba al mostrador, pero era un cliente más y debía atenderle mientras la tienda siguiera abierta. Al menos, debía intentarlo.

Todo sucedió muy rápido. Yo ya estaba preparada para recomendarle alguna prenda para su preciosa esposa, pero él tenía muy claro el artículo que quería comprar. Sabía que su madre -sí, su madre- estaba prendada de un pañuelo de seda azul muy elegante de la tienda, por lo que decidió sorprenderla en San Valentín. Porque, increíblemente, no estaba casado ni tenía una novia rubia de largas piernas y pechos de infarto. No es que yo le preguntara sobre asuntos tan personales, pero él se abrió a mí mientras me miraba con una intensidad que jamás había observado en unos ojos humanos. La atracción entre nosotros había sido instantánea y ambos éramos conscientes de la electricidad que invadía el ambiente. Y es que solo así podía describirlo: dos cuerpos lejanos unidos por una corriente eléctrica que generaban energía cinética con tan solo pestañear.

Sin apenas darme cuenta, me vi en una de las suntuosas mesas del restaurante más lujoso de la ciudad. Llevaba ya más de cinco años allí y jamás había entrado en un sitio como aquel. Él me miraba como si fuera la criatura más bella de la faz de la Tierra, pero yo sentía que mi sencillo jersey gris desentonaba en ese lugar de luces, vinos caros y zapatos Louboutin. No obstante, me olvidé muy rápido de las miradas de recelo dirigidas a mi vestimenta o a mi ensortijada melena de rizos africanos. Me encontraba muy cómoda al lado de Dan, el primer hombre que me trataba como un caballero. Le deseaba tanto como él a mí y, por ello, no tardamos mucho en acudir a la habitación del hotel donde se hospedaba. Casi me había olvidado de mi gran secreto.

Una vez en su habitación, comenzó a besarme con ternura. Sus delicadas caricias no tenían nada que ver con la rudeza de otros hombres con los que me había tocado lidiar. Yo correspondí a sus besos mientras le quitaba su lustrosa camisa, sintiéndome explotar de felicidad. Todo iba bien hasta que intentó ayudarme a quitarme la ropa interior. Instintivamente, salté de la cama y me alejé de él. Dan no entendía nada y me preguntó preocupado qué me sucedía, pero yo ya ni siquiera podía verle. Las lágrimas me cegaban y los recuerdos se agolpaban en mi pecho, dejándome sin respiración y abrasando mi garganta. No podía dejar que viera mi cuerpo desnudo. Se espantaría y se marcharía, dejándome sola sobre el frío suelo de mármol. A pesar de mis sollozos, acabó acercándose a mí para secarme las lágrimas, aunque nada podría borrar el rastro de mi vergüenza, la penitencia que mi cuerpo sufría desde que era una niña. Pero como confiaba en él, acabé venciendo mis miedos y liberándome de la ropa interior, dejando al descubierto mi gran secreto. Él observó horrorizado mi sexo y me dirigió una mirada interrogante, pero no hacían falta palabras para explicar esa barbarie. Mi cuerpo estaba mutilado, una tortura que sufrí cuando tan solo tenía tres años. Había niñas que eran ‘cortadas’ antes y eran sus propias madres las que las llevaban a ese matadero improvisado en medio del desierto africano. En mi caso, fue mi abuela la que dejó que un hombre desconocido arrancara una parte de mi cuerpo escudándose en la tradición. ¿De qué me servía a mí esa excusa? Ni siquiera habiendo huido de mi tierra hacia Europa había logrado escapar del miedo y la vergüenza de sentirme una mujer ultrajada e incompleta. Pero jamás pronuncié ninguna de estas palabras ante Dan. Él lo entendió todo con solo mirarme y, a partir de esa noche, me demostró que sí era posible ser una mujer segura y feliz. Solo tenía que creerlo.

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Como siempre, espero que hayáis disfrutado con el relato, aunque esta vez no trate sobre un tema demasiado amable. Como habéis podido comprobar, el gran secreto de Taranee, la protagonista, no es otro que haber sido víctima de la mutilación genital femenina, una práctica aún muy extendida en el mundo, sobre todo en el continente africano. Justificándose en la tradición y en el relativismo cultural, los agresores extirpan los genitales femeninos total o parcialmente a muchas niñas y chicas para evitar que sientan placer en el acto sexual -una razón machista e inhumana-. Las consecuencias físicas son terribles y las secuelas psicológicas, imborrables, por no hablar de las niñas que fallecen durante el salvaje proceso de la ablación. Por todo esto, hay que seguir hablando sobre estos temas y difundiendo estas historias, por muy desagradables y tristes que resulten.

Para no acabar el post con un sabor amargo, tengo el placer de presentar el próximo reto que deberá afrontar nuestro querido Jorge. Esta semana también te voy a dejar mucha libertad, pero no te acostumbres. Lo que quiero que hagas es que escribas un relato con el formato y extensión que desees inspirándote en la siguiente fotografía:

reto

No te he aclarado demasiado, ¿eh? ¿Tanta libertad te abruma? Bueno… nadie dijo que ser microescritor fuera fácil.

Lidia

1+1 son siete. ¿Quién me lo iba a decir?

Comenzamos (parece mentira) una semana más haciéndoos felices y contentos con nuestros retos mutuos. Os recuerdo, por si no lo sabíais, que seas quien seas, tú también puedes enviarnos tus propios retos para que, o bien Lidia, o bien yo, los afrontemos tan dignamente como podamos (seas quien seas, menos si eres Tania, la destinataria de la carta del otro día, que seguro que nos encargas otra carta de respuesta para Jonathan diciendo «qeeh mee Daa MaaXo VerGuenSaa NiiNiooH» aparecer en nuestro blog. Y no. No somos El Diario de Patricia).

Pero bueno, a lo que vamos. El pasado jueves, Lidia Baños, #Serranier confesa (como yo), me encargó la elaboración de un texto libre cual pájaro en el bosque o cual hombre un día sin calzoncillos. Pero con una condición: debería comenzar con los primeros versos de la mítica canción de cabecera de nuestra serie top10 por excelencia. Y es que el gran Fran Perea nos planteaba una gran incógnita oculta digna de tema a tratar en Cuarto Milenio. ¿Cuánto es realmente uno más uno? ¿Hay fórmula matemática que consiga explicar dicha suma metafórica? Y lo más importante, ¿por qué Eva Capdevila nos seguía enamorando a todos aun llevando ese flequillo? Pues ahí es donde he querido llegar en mi historia (menos lo del flequillo, que será una incógnita que nunca podré responder).Así que, sin extenderme más, aquí os la presento. Disfrutadla:

La fórmula no-matemática

En un andén de la estación, bajo el sol abrasador de Madrid, mis pensamientos parecían derretirse entre vagones. Aquel día era el primero en mucho tiempo que lograba presenciar un mediodía en la capital. He pasado años encerrado, intentando encontrar la fórmula que lograse desmentir que algo tan simple como la suma 1+1 fuese igual a dos. Y aquel día, por fin, la había encontrado.

Sin embargo, para hallarla no habían servido las largas operaciones matemáticas que decoraban las pizarras de mi despacho, y que día tras día tenía que reescribir. No habían sido útiles los numerosos estudios que elaboré durante todas aquellas interminables jornadas que pasé sin dormir. Ni siquiera sirvieron las principales leyes matemáticas. Solo me hizo falta regresar a casa y observar a mi mujer. Y a mis tres hijos. Y a mi perro. E incluso a Arquímedes, el canario que nos alegraba los desayunos en familia. Me di cuenta entonces de que la respuesta a mi hipótesis inicial no residía en las matemáticas, ni en la física, ni en ninguna ciencia en particular. No. Descubrí que la incógnita de aquella fórmula se encontraba en las primeras palabras de mi hijo pequeño mientras jugaba con Woody, nuestro cocker, los sobresalientes en Conocimiento del Medio de las gemelas o los largos paseos por el centro con ella, el otro sumando de aquella maravillosa operación no-matemática que confirmaba que uno más uno no eran dos, sino siete.

Day 18/365 :: Pure Maths  Love is like maths , simple at start ,complicated as it moves on....!! Check Google for equational derivation of this graph....:) Type  (sqrt(cos(x))*cos(400*x)+sqrt(abs(x))-0.4)*(4-x*x)^0.1 into google....:)

Espero que os haya encantado y que hayáis vomitado un poco de arcoíris. Con este relato, lo que pretendo transmitir es que los de letras molamos más que los de ciencias debemos prestar más atención a la gente que nos rodea, que seguramente sea, al final, la que nos regale la felicidad que buscamos.

Y tras este dulce momento en el que parece que verdaderamente tengo sentimientos, me toca retar a Lidia, nuestra Ricitos de Oro que, antes de comerse la sopa de los tres osos, apartó los tropezones de verdura porque «qué asco, yo no como de eso«.

Para esta semana, señora de Dean, necesito que cuentes una historia de amor. Pero en este caso, la historia de amor debe ser una simple excusa para escribir sobre un tema más importante. Tendrás que saber transmitir a través de lo que ocurra en esta relación una denuncia sobre distintos sucesos que actualmente ocurren en determinados países. Ejemplos: La lapidación de mujeres consideradas adúlteras, la consideración de la homosexualidad como delito, los matrimonios de conveniencia, la mutilación genital femenina, la existencia de niños soldado, y por desgracia un larguísimo etcétera.

La segunda y última condición es que seas original. Como siempre.

Esta vez soy el mejor publicista-blogger-influencer-amigo del mundo porque NO te pongo un límite de palabras. Express yourself.

Nos leemos el próximo jueves. Un saludo. If you like it, put a ring on it, o al menos, compártelo.

Jorge Abad.

No solo hay filósofos en Fotolog

Este lunes, el bueno de Jorge debía tener el día moñas, razón por la cual nos regaló un final alternativo de ‘Titanic’ de lo más romántico -y ministérico– y por la que me encargó un reto bastante azucarado. Mi cometido de hoy es, ni más ni menos, transmitir una enseñanza al más puro estilo Paulo Coelho, es decir, mediante un texto reflexivo, filosófico y, como se suele decir, inspirador. En este caso, he decidido escribir sobre la importancia del optimismo, un valor que a veces brilla por su ausencia en los tiempos que corren. No prometo nada, pero espero que os guste.

La fábula de las dos hermanas

Don Rodrigo Balaguer era un distinguido duque que tenía bajo su poder dos territorios, Villa Plana y La Rosaleda. Sus súbditos lo adoraban, pero un despiadado año de malas cosechas hizo que enfermara y que tuviera que permanecer en su lecho día y noche, noche y día. El desdichado viudo se sentía desesperado por no poder atender sus latifundios, así que le encargó a sus hijas Celina y Juliana que se hicieran cargo de todos sus deberes y quehaceres. Las jóvenes muchachas, que adoraban a su padre, aceptaron sin dudar.

Celina se puso al mando de Villa Plana y, al poco tiempo, ya estaba exasperada. Las cosechas continuaban siendo funestas, una tormenta derrumbó la iglesia y los campesinos, cuyas tripas rugían por el hambre, se organizaron en revueltas. Sintiéndose incapaz de hacer frente a estas adversidades y viendo que nada cambiaba, delegó sus responsabilidades en su tío Alfonso y acabó sumida en una profunda depresión.

Juliana estaba al frente de La Rosaleda, donde la situación era aún más grave. Los animales carecían de pasto, había escasez de alimentos y los índices de delincuencia eran más altos que en la época de su tatarabuelo Ataúlfo II. Todo parecía estar perdido, pero Juliana no se rindió. Cada mañana, se asomaba a la ventana y le prometía al sol que las cosas cambiarían. Y así, tras casi un año de sangre y sudor, La Rosaleda se convirtió en el lugar próspero que fue con su padre.

A Don Rodrigo le quedaba poco de vida y sus mejillas palidecían aún más cuando observaba la mirada triste y de fracaso de su hija Celina. Sin embargo, cuando miraba a la alegre y soñadora Juliana, le parecía estar ante una estrella, un astro que ni siquiera cuando el cielo oscurecía perdía su fulgor.

Así que ya sabéis, amigos, el peor camino que se puede emprender en la vida es el de la rendición. O como diría Winston Churchill«un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad y un optimista ve una oportunidad en toda calamidad». O como expresaba el gran James Dean«no se puede cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar las velas para llegar a tu destino». Vamos, que hakuna matata y que «la vida no está hecha para contar calorías».

Casi se me olvida… ¡ahí va el reto para Jorge!

Esta vez, te voy a dar bastante libertad para tu próximo relato. La única condición es que el inicio sea este *redoble de tambores* : 

«En un andén de la estación bajo el sol abrasador…»

Puedes construir desde un microrrelato en formato tuit de 140 caracteres hasta una pieza de 500 palabras. Puedes continuar con tu faceta de guardián del amor y deleitarnos con una historia romántica o apostar por otros géneros como el thriller, la comedia o hasta el realismo mágico. Pero eso sí, acuérdate del sol abrasador y del andén de la estación. Y no, esta frase no está sacada de ningún sitio ni tiene que ver con que tenga el día nostálgico. Así que…¡a escribir!

Lidia Baños