La historia de cuando Jorge discutió con la cabra de la Plaza Mayor que hace clac clac clac

Me encanta la Navidad, pero no hay cosa que más odie que la gente en Navidad. Bueno, excepto a ese tipo de gente que se ríe con la “e” (je, je). A esos los odio más. Pero bueno, lo que es la Navidad en su origen, lo que es el acto de poner el Belén y comer hasta morir y tragarte el especial Nochebuena de TVE, me encanta.

Total, que como el otro día terminé los exámenes, me dijo Lidia que por qué no íbamos al centro a ver las luces humildes que ha puesto Carmena y criticar a la gente que pasea con gorros con cabeza de reno. Y obviamente, tuve que aceptar. Porque pocas cosas hay mejores que terminar una tarde compartiendo oferta de la aplicación del Burger King con tu best friend, y más aún si es en el del centro.

Y hay que ver qué luces. Qué colores. Qué horteradas. Qué preciosidades absolutas. Madrid brillaba como la lycra de los vestidos de Azúcar Moreno. Pero estaba a reventar de gente feliz. Y eso es algo que no llevo bien. Gente que anda lento y se detiene a observar a los mimos de Sol. No, no puedo. Así que le dije a Lidia que por qué no íbamos a la Plaza Mayor, que seguro que estaba todo más resguardado y acogedor. Pero qué equivocado estaba. Era imposible avanzar. Relegados a un lado, quisimos escapar. Pero una invasión de transeúntes deseosos de observar caganers en los puestos de la plaza, con hijos hiperactivos cuyas madres rubias con coleta baja les compran panderetas y cigarros de mentira que emulan el humo utilizando polvos de talco se abalanzó sobre mí. Perdí el equilibrio y, cuando esperaba caer al suelo… zasca. Una masa de plástico brillante multicolor me había salvado del gran golpe. Y sí, amigos, hablo de la famosa cabra/llama/animal extraño que se sitúa en uno de los rincones de la Plaza Mayor, hace clac clac clac y espera que eches monedas. Lo que muchos no sabíamos, es que realmente debajo de aquel animal había un hombre. Y ese hombre, enfurecido, me dijo que le había destrozado el negocio. Y qué culpa puedo tener yo, le dije, de que las madres de Pozuelo de Alarcón, Boadilla del Monte y alrededores decidan aplastarme todas a una como Fuenteovejuna, y no me dejen espacio ni para pegar el traspiés. Total, que el señor me odió por momentos, hasta que buenamente le ofrecí un bocadillo de calamares por todo el disgusto. Yo es que siempre he sido muy así, que otro lo mismo hubiese cogido y se hubiese ido. Pero jo.

Así que me quedé sin menú D97 de la aplicación del Burger King porque me lo gasté en un bocadillo de calamares ajeno, pero la experiencia fue realmente inolvidable. Aunque, que nadie me espere por allí hasta después de rebajas. Gracias.

No, aunque perfectamente podría ser una historia real, de momento, no lo es. Y sí, me he pasado de las 350 palabras.

Pero, querida Lidia Bathrooms, ahora es momento para tu reto semanal. Esta semana están pasando millones de cosas importantes en nuestro país: elecciones, Rajoy sale a correr en jornada de reflexión, Carmen Lomana sale fea en las fotos, elecciones, Rosa Díez ha dicho «no» (no sabemos a qué), elecciones, etc. etc. etc. Pero si hay algo realmente importante que ha acontecido durante estos días en nuestro país es el hecho de que se han ido confirmando concursantes para la nueva temporada de Gran Hermano VIP. ¿Realmente existe algo más importante? NO. Pero, sinceramente, me siento bastante cabreado en mi interior, porque, como estrellas que somos del mundo online, aún ni tú ni yo hemos recibido invitación para participar en este reality. Y mira, eso es algo que no tolero. Por tanto, quiero que, en tu próximo post, enumeres 10 razones por las que DEBEMOS entrar como pareja en GHVIP2 y ganar el concurso. Fácil y sencillo. Como la vida, pero más.

Merry Xmas everyone.

Jorge Abad.

¿Qué hay detrás de Beyoncé?

O sea, hellooo!!! (En realidad, no sé por qué este tipo de frases se ponen de moda). Como ya habréis comprobado, Jorge y yo no hemos hecho bien los deberes esta semana. Ambos nos hemos retrasado un poquito a la hora de publicar, pero entre exámenes y nervios navideños, ha sido inevitable. Seguro que nos perdonáis, ¿a que sí?

El reto que me propuso Jorge en su último post fue… ¡ninguno! O, mejor dicho, me ha dado a probar de mi propia medicina pidiéndome que cumpla uno de los retos que yo le he propuesto a él a lo largo de estos meses. Después de ver que todos los retos eran maravillosos (y no es que su autora me pague por decir esto, de verdad), me he decantado por el que le encargué en el post ‘Una historia para recordar’, en el que, por cierto, podéis leer una historia sobre una de las enfermedades más duras: el alzheimer. Las instrucciones que le di a nuestro pequeño publicista y creador profesional de memes se encaminaban a un fin muy concreto: ponerse en la piel de un personaje famoso. Beyoncé, Dan Smith (Bastille), Gemeliers y el del medio de los Chicos son las opciones. Jorge se decantó por la última y yo, simplemente por llevarle la contraria, me voy a quedar con la primera. Así que os pido que me imagináis con la piel un poco más tostada que de costumbre y con el cuerpazo de la diva entre las divas: BEYONCÉ.

beyonce
Fuente: @beyonce

Todo el mundo me conoce y, a la vez, nadie lo hace. Me ven sobre el escenario envuelta en brillantes vestidos y faldas imposibles. Creen que vivo pegada a unos zapatos de tacón y que mi melena siempre está perfecta, con los rizos ondeando al ritmo de ‘Sweet dreams’. No saben que, a fin de cuentas, soy una mujer normal.

Canto y bailo, sí, y ‘amaso’ millones como dicen los medios. Pero cuando los flashes se alejan y la música se apaga, me gusta refugiarme en mí misma. Suelo dejar que el agua borre el maquillaje de mi rostro, purificándolo, liberándome. Camino descalza y entono la melodía de alguna película animada para captar la atención de mi mayor tesoro. Es curioso que, mientras yo escapo de los paparazzis, ella escape de mí entre torpes pasitos y risa infantil. Jugamos juntas, cantamos juntas y le amamos a él, también juntas. Vivimos y viviremos la vida juntas.

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Tras dejar claro, muy brevemente, mi amor hacia la reina del R&B, llega el momento de retar a Jorge para la semana que viene. Precisamente la próxima semana va a ser muy especial porque comienzan las fiestas navideñas, lo que quiere decir que veremos a la familia y, sobre todo, que podremos comer turrón sin sentirnos mal por ello. ¡Hasta Beyoncé se hincha a polvorones! Pero yendo al grano, lo que quiero que haga Georgie es un relato de no más de 350 palabras sobre la Navidad en Madrid (requisito indispensable). Le dejo elegir al protagonista de la historia, aunque debe estar entre estas opciones:

Jacinta, un personaje muy entrañable y ya conocido en este blog. ¿Te atreves a contarnos la aventura de esta graciosa extremeña que ha venido a Madrid para ver «las luces»?

– El Spiderman gordo de la Plaza Mayor o la Dora Exploradora de Sol. De aquí puede salir un relato de peleas, venganza y acción muy guay.

mismo. Sí, tú, Jorge Abad, que aunque vayas de influencer y modernito, no dejas de ser un coimbreño fan de los selfies junto al pino iluminado de Plaza de España.

¡Feliz weekend para todos!

Lidia

#Peblo is the new #Brangelina

Un momento, ¿ya es martes? ¿No es lunes? Bueno, entonces, imaginemos que es lunes y que, como siempre, volvemos con un nuevo post. Para hoy, he tenido que decantarme por la segunda opción de las que Lidia_rubiah_93 me ofrecía en su reto, y escribir una historia de amor sobre #Peblo, el nuevo bromance que ha inundado la red. Y es que, en cada historia de amor, siempre hay momentos de tensión y si no que se lo digan a Braangelina, cuya historia dicen que cuando acabe, tendrá lugar el Apocalipsis.

Y hoy, lamentablemente, nos tocará vivir uno de esos momentos difíciles entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los amantes pasajeros. Os lo presento:

-Ayer vi el debate.

-¿Qué tal estuve? Perfecto, como siempre, ¿no?

-No, Pedro, no.-dice mientras le quita la corbata con brusquedad.- He notado las miradas. El teatro neoliberal que os montáis entre los dos. Ya no puedo soportarlo más, Pedro, no puedo.

-¿Pero qué dices? Rajoy solo fue un pasatiempo para mí. Un pañuelo en el que limpiar mis mocos cuando tú me abandonaste por Garzón. Claro, que a ti te ponen un comunista delante y se te nublan los ojos. Y yo así no puedo.

-No te pongas nervioso, por favor. Pedro… Yo echo de menos esos días… Esos días en los que éramos el uno para el otro. Esos días en los que criticábamos juntos los modelitos de Esperanza Aguirre, cuando apoyabas a Carmena o cuando paseábamos juntos por Vallecas. Y ahora me haces esto, encima con Mariano. Por ahí no puedo pasar, Pedro, yo te quiero.

-Pablo, era todo una trampa. Mariano trató de encandilarme con su mirada, y yo simplemente me dejé llevar. Entre reformas y recortes me confundí a mí mismo, y vi lo que no era. Pero ya no volverá a ocurrir, porque yo te quiero más que a mí. Bueno, no, pero te quiero mucho.

-Pedro…-dice mientras sonríe pícaramente.- Dime algo bonito, y quizá podré perdonarte.

-Venezuela.

-Te amo.

FIN.

Fuente: www.twitter.com/teampeblo
Fuente: http://www.twitter.com/teampeblo

#Peblo NO puede tener fin, aunque ciertos Marianos faranduleros traten de ponerse entre los dos. El amor, siempre por encima.

Pero esta semana, querida Lidia, no te vas a librar de recibir a little bit of your propia medicina. Sí, querida amiga, para este jueves, quiero que cumplas uno de los retos que me has ido encargando a lo largo de la ya larga historia de En Ocasiones Microescribo. No me importa cuál elijas, pero debes ajustarte a las mismas limitaciones que me pusiste tú en su día. Que ya está bien, hombre, ya está bien.

Besos de fresa.

Jorge Abad.

 

La nueva musa de Almodóvar

Hello, it´s me(Esa canción sí que es guay y no la de Adele, ¿eh?). Música aparte, hoy es jueves y debo hacer frente al reto de mi compi de aventuras JorgeRodrigo Caracol y escribir un relato para vosotros (y, a poder ser, haceros disfrutar). El reto de esta semana consiste en imaginar una posible película de Almodóvar cuya musa fuera la maravillosa Kate Winslet. No sé si esto algún día se hará realidad, pero yo le doy una idea a la productora El Deseo para un posible guion. Nunca se sabe, ¿no? No es la primera vez que afronto un reto almodovariano, aunque tengo qué decir que esta vez no sé qué va a salir de aquí. ¡Al toro!

Título: ‘Insomnia’
Director:
 Pedro Almodóvar
Reparto: Kate Winslet como Janet, Maribel Verdú como Manuela y Luis Tosar como Paco.

Janet abrió los ojos lentamente. Un leve murmullo había interrumpido un extraño sueño sobre caballos enfurecidos recorriendo Oxford Street. Un escalofrío recorrió su cuerpo al percatarse de que no tenía ni idea de dónde se encontraba. Estaba tendida sobre un desgastado sofá de cuero rojo. De hecho, el rojo era el color predominante de la habitación, un pequeño salón de excéntrica decoración. El débil siseo que escuchaba provenía de un televisor situado en el centro de la estancia. Tim Curry aparecía en pantalla contoneando sus caderas al ritmo de ‘Sweet Transvestite’. Janet permaneció inmóvil, con la mirada fija en la televisión y el cuerpo alerta. No estaba sola y lo sabía.

– ¡Hola, cielo! Por fin te has despertado.

Janet casi se cayó del sofá al escuchar aquella alegre y aguda voz. Por suerte, entendía el castellano desde que era niña, pues sus abuelos maternos vivían en Zaragoza. Sin embargo, hacía mucho tiempo que no lo hablaba e intentó pronunciar lo mejor posible.

– ¿Quién eres usted?

La dueña de la voz cantarina, una mujer morena alta y de pómulos marcados que vestía un traje de chaqueta verde muy elegante, sobre el que descansaba un delantal de lunares rojos, sonrió.

– Pues Manuela, mi vida. ¿Quién iba a ser si no?

El terror se apoderó de Janet. No comprendía nada. Manuela, alarmada ante la expresión de horror de su invitada, se sentó a su lado. «El golpe ha debido afectarte, cariño.» comenzó a explicarle, «Soy la Manuela, tu cuñada favorita. Bueno, soy la única que tienes, pero ya me entiendes, cielo. El Paco está a punto de llegar, así que échate un ratito otra vez».

Manuela se incorporó y se dirigió a la cocina a preparar la cena. Mientras tanto, Janet trataba de recomponerse. No conocía de nada a esa mujer y era imposible que fuera su cuñada puesto que… ¡no tenía pareja! Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no se dio cuenta de la presencia que descansaba a su lado. Esta vez, sí que se cayó del sofá del susto.

– ¡Pero Janet! Dame la mano, mi amor, deja que te ayude.

El hombre que le tendía la mano en gesto de ayuda era grande y fuerte. Llevaba el pelo muy corto y algunas cicatrices surcaban su rostro. Era Paco. No le conocía de nada, pero aun así sabía que era él. Manuela apareció en el umbral de la puerta de nuevo y les avisó de que la cena ya estaba lista. ¡Janet se había vuelto a dormir durante una hora y media!

Se sentaron alrededor de una pequeña mesa en la cocina. Sobre un mantel de hule de estampado floral, reposaban platos con distintos aperitivos, desde tortilla de patata hasta sardinas fritas. Janet no tenía apetito debido al desconcierto y simplemente se limitó a escuchar hablar a los dos hermanos. Resulta que estaban en Madrid y en solo dos semanas se celebraba la boda entre ella y Paco. Janet, por supuesto, no tenía ni idea. De hecho, no sabía que hacía en España, pues no había salido de Londres desde hacía años. El corpulento Paco le dedicaba miradas cómplices de vez en cuando y Janet trataba de disimular bebiendo un poco de vino tinto. Sorbo a sorbo, comenzó a ver los platos cada vez más borrosos hasta que, al final, dejó de verlos.

Negro, negro absoluto. La oscuridad se va disipando. Los párpados de Janet se elevan y su mirada verde se topa con un lugar conocido. Está recostada en su butacón barroco, rodeada de paredes color crema y marcos de fotografías conocidas. Es su casa. Pero, ¿y Paco? ¿Y Manuela? ¿Y el pescado frito y el vino tinto? Todo ha desaparecido y Janet vuelve a estar sola en su apartamento de Londres. «Quizá haya sido un sueño», piensa ella. Por fin, decide levantarse y se dirige hacia la ventana. Todo le parece muy extraño. El sueño había sido increíblemente real, desde luego. Sin embargo, no hay equivocación posible. Está en su casa, con su estantería de libros y sus discos de Bob Dylan. Tras la ventana puede ver Oxford Street, como cada mañana. Suspira, ya convencida. Se gira y comienza a caminar hacia su habitación para desvestirse y darse una ducha. No le da tiempo a ver el par de caballos color miel que galopan desbocados entre los automóviles. Pero lo que sí ve al empezar a despojarse de su ropa es la pequeña mancha del cuello de su camisa. Una mancha reciente de vino. En concreto, de vino tinto.

katewinslet
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Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado. ¿Os ha gustado? Espero que sí, independientemente de que seáis o no fans de Almodóvar. Quién sabe, quizá podráis ver este pequeño guion en pantalla próximamente…

Volviendo al mundo real, llega el turno de retar a Jorge. Estamos en plena campaña electoral y la política nos rodea. Desayunamos con política, almorzamos con política, tuiteamos con política y hasta nos sentamos en el WC con el runrún de la política. Por ello, la semana que viene nuestro querido publicista tendrá que hablarnos también de política, pero de una forma graciosa y divertida. Tiene dos opciones:

Opción 1: El próxima lunes, Pedro Sánchez y Mariano Rajoy se medirán en un cara a cara en Antena 3. (Sí, Rajoy va a aparcar por una noche su faceta de poeta para dejarse ver en un debate). No sabemos qué va a suceder en el esperado encuentro entre Prince Pdro y el hipster Rajoy, pero Jorge puede narrárnoslo en no más de 400 palabras. Así que, si se atreve, el próximo lunes nos puede sorprender con una de las posibles conversaciones del debate. Educación, Sanidad, Cataluña, los chuchesh… él decide los temas sobre los que debatirán.

Opción 2: Twitter es una herramienta más que interesante en tiempo de campaña electoral. Tras el debate del 7N, son muchos los tuiteros que se han apuntado al fenómeno fanfiction (como nuestro Jorgito en su blog) y están creando historias y viñetas sobre un supuesto romance entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. De Jorge depende encandilarnos con un relato sobre #Peblo, una tormentosa y pasional relación de la que conocemos el principio pero no el final.

¡Hasta la próxima!

Lidia

Lo que Amaia Montero nunca desveló

Y aquí estamos otro lunes, primero de diciembre, y quinto de Alemania. Y cómo me gusta el reto que Lidia Bagnos  me ha propuesto esta semana. Me gusta tanto, que era el mismo que pensaba proponerle yo hoy. Pero nuestras mentes sincronizadas han jugado esta vez a su favor, por lo tanto soy yo el que debe explicar la historia de una canción a través de un relato. Y bueno, aunque la tentación de escoger hits del panorama musical actual nacional e internacional como ‘Antes muerta que sencilla’ o ‘Iba yo de peregrina y me cogiste de la mano’, y así hacer una reflexión sobre el amor rociero, he tenido que inclinarme por otro tema con una GRAN historia detrás. Y los temas más grandes compuestos en España son, entre otros, y le pese a quien le pese, los de Amaia Montero y La Oreja de Van Gogh. Aprovecho, por cierto, para decir que AÚN no he encontrado acompañante digno para el concierto de la cantante con los pómulos más mullidos de todo el País Vasco, que tendrá lugar el próximo día 15 de diciembre. Y no, mi querida Lidia Baños es más de Wisin y Yandel y la Terremoto de Alcorcón, y no me quiere acompañar.

Así que, volviendo al tema, he decidido escribir una continuación a la historia descrita en ‘La Playa’, una de las canciones más bonitas escritas en la historia de la música de este país. Y no admito peros. Si no lo habéis hecho aún, escuchadla. ¿Qué pasó después de esos cincuenta años en los que no volvieron a coincidir ni él, ni el mar, ni el cielo? ¿Se reencontraron?¿No? Y lo más importante, ¿Hubo tema o no hubo tema? Resolvamos esta horrible incertidumbre de una vez por todas:

La playa.

Aquella mañana había llovido y la arena de la playa aún estaba húmeda. Las olas rompían y empapaban sus pies descalzos mientras avanzaba solitario en su paseo.  Cincuenta años sin pisar esa costa habían sido muchos años, pero él lo recordaba todo igual. Su cabeza brillante ya no lucía aquel tupé rubio de la última vez, y las arrugas de su cara denotaban madurez, pero la playa no había cambiado en absolutamente nada. Seguía conservando ese algo que la hizo especial. Un algo que él nunca pudo olvidar. Un algo que tenía nombre de mujer.

Él siempre recordaría aquella playa con un amor especial. Allí compartió sus sonrisas más puras, esas que solo puede provocar un primer amor. La arena y las olas fueron testigo, cincuenta años atrás, de las más sinceras palabras de cariño. Palabras quizá precipitadas, porque aquello solo era una relación de verano. Pero para él siempre fueron palabras certeras. Palabras de amor.

Qué injusto fue septiembre con su inminente llegada. Pero más injusto había sido que el destino no quisiera que se volvieran a encontrar. Que ella, de repente, encontrase otra playa, otro amor. Que no existiese explicación alguna. Que él no pudiese olvidarla. Que no pudiese demostrar nada. Qué injusto haberse enamorado.

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Fuente: Youtube

Qué pena que a veces el destino sea caprichoso. Y qué pena que a veces las personas lo sean también.

BUT, ahora Lidia Baños tiene la oportunidad de afrontar otro reto semanal para este jueves. Vale, creo que voy a ser un poco repetitivo con el tema, pero es que el otro día leí que Pedro Almodóvar podría haber dirigido una película con, nada más y nada menos que KATE WINSLET de protagonista. Entonces, el momento en el que descubrí que eso aún no era realidad pero podría haberlo sido y que EL director y LA actriz podrían haber trabajado juntos, casi sufro otro traumatismo craneoencefálico leve del susto. Así que, querida LidiaBaños, necesito que me transmitas cómo hubiese podido ser esa historia, conociendo la manera de dirigir de uno, y la manera de actuar de otra. Cuéntame un cuento almodovariano con el que pueda disfrutar. Puedes incluir los personajes, actores y actrices que quieras, pero debes saber reflejar el tono con el que este director escribe siempre, tan natural y tan identificable. Como es un reto de dimensiones importantes, te ofrezco la posibilidad de hacerlo en dos partes, una durante este jueves, y otra durante el jueves de la semana que viene. Confío en ti. No me defraudes.

Y por último, me someto a la última parte del reto en la que debía escribir un #microcuento de no más de 140 caracteres, dependiendo mi historia de cuál fuese mi nombre, mi apellido y mi edad. Difícil te odio. Así que, ahí os lo dejo:

Se negó a pintar Brick Lane con óleos. Tampoco lo hizo con acuarelas. Él no era común. Él pintaba con la voz. Era un cantautor de cuadros.

Por hoy, nada más.

Jorge.

Lo que de verdad importa

Creí que jamás podría superarlo. Cada vez que miraba las fotos de nuestra boda, no podía contener las lágrimas. Lloraba, lloraba hasta que los ojos me escocían y mi cara enrojecía. Sollozaba hasta que los suspiros se ahogaban en mi pecho y la pena se incrustaba un poco más en mi corazón. Él, el hombre que todavía era mi marido, me había abandonado. Se había marchado para siempre junto a otra mujer. Por supuesto, no la culpo a ella. Es él el que tenía una familia, el que huyó sin despedirse, sin dar una explicación, sin asumir sus responsabilidades, sin pedir perdón. Yo me sentía hundida en el agua podrida de un pozo llamado ‘desamor’. Estaba muerta en vida, una vida que ya no tenía sentido para mí. Nadie podía salvarme.

Entonces, la miré a ella. Sonrió inocentemente mientras tomaba mi mano entre las suyas. Me regalo una mirada de amor a través de sus ojos rasgados. Ella, tan pura y cariñosa, amaba vivir, a pesar de que la vida no había sido del todo justa con ella. Solo tenía ocho años, pero me había enseñado mucho más que yo a ella. A su lado, había aprendido a amar, a valorar lo que realmente importa, como el placer de escuchar una voz suave o la textura y el aroma de la leche caliente. A veces, cuando caminamos juntas por la calle, siento que se clavan en nosotras miradas de lástima. «Pobre niña», piensan. «Su madre tiene ganado el cielo, ¡vaya heroína», murmuran. Pero a esa gente tengo que decirles algo: la única heroína que hay aquí es ella. No necesita que nadie se compadezca de ella por padecer Síndrome de Down. Es una niña normal, fuerte y tierna, que tiene un futuro prometedor por delante. Y yo tengo claro que estaré a su lado, al igual que ella ha estado junto a mí en los momentos más difíciles. Ella fue la que me salvó cuando creí que todo estaba perdido. Ella es mi hija y es un ejemplo a seguir. Es mi ejemplo a seguir.

madre e hija
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Como ya adelantó Jorge en el reto que me propuso el lunes, hoy se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Por eso, no he podido resistirme a escribir un relato sobre uno de esos héroes, aunque uniéndolo a la otra opción del reto: adentrarme en el dolor del desamor. No voy a restar importancia al sufrimiento derivado de una ruptura amorosa. Que te rompan el corazón, duele. No obstante, debemos ser conscientes de que es algo que siempre tiene solución y se puede superar. Hay personas que lo tienen mucho más difícil en la vida pero que, a pesar de ello, luchan por sus sueños y por disfrutar del día a día, como es el caso del admirable Pablo Pineda, el primer europeo con Síndrome de Down en finalizar una carrera. Si ellos no se rinden, nosotros tampoco.

Dicho esto, llega el momento de retar a Lord Jorge. Como ya es jueves y el fin de semana está muy cerca, vamos a portarnos bien con él, ¿no? Una de las cosas más guays del mundo es la música, así que… ¿por qué no hacer un reto musical? ¿Os imagináis que las historias que narran nuestras canciones favoritas cobraran vida? Por ejemplo, que Saint Jimmy de Green Day existiera o que conociéramos por fin quién es aquel, del que tanto habla Raphael. Esta semana, nuestro británico-argelino Jorge tendrá que elegir una canción y escribir un pequeño relato sobre ella. Y no, no me refiero a escribir sobre el cantante o grupo que la interprete, sino sobre la propia canción. Vamos, que por fin sabremos quiénes se colaron y plantaron en nuestra fiesta, a quién le importa lo que yo haga (y lo que yo diga) o qué pasaría si yo fuera un ‘shicó’. A ver con qué nos sorprendes, jorgeaskatz.

Pero, ojo, que esto no acaba aquí. Como segunda parte del reto, quiero que Jorge se arranque con un microrrelato de no más de 140 caracteres. Eso sí, los elementos de este microrrelato (personaje, acción y lugar) vendrán determinados por la inicial de su nombre, la de su apellido y su edad.

– PERSONAJE (elígelo según la letra por la que empiece tu nombre)
Nombres de la A a la D:
Un vampiro
Nombres de la E a la I: Un caballero inglés
Nombres de la J a la N: Un pintor loco
Nombres de la O a la S: Una gata blanca
Nombres de la T a la W: 
Una profesora
Nombres de la X a la Z: Un espantapájaros

– ACCIÓN/VERBO (elígelo según la inicial de tu primer apellido)
Apellidos de la A a la D: 
Cantar
Apellidos de la E a la I: Amar
Apellidos de la J a la N: Sonreír
Apellidos de la O a la S: Correr
Apellidos de la T a la W: 
Llorar
Apellidos de la X a la Z: Reír

– LOCALIZACIÓN (elígelo según tu edad)
De 0 a 15 años: 
París
De 16 a 20 años: Sidney
De 21 a 25 años: Londres
De 26 a 35 años: Nueva York
De 36 a 50 años: Santiago de Compostela
De 51 a 70 años: Estambul
Más de 70 años: La playa

¿Qué le saldrá a George? Vosotros también podéis participar y compartir vuestro microcuento en los comentarios. 😉 Bye, bye!

Lidia