El diario de Isabel Pantoja

Ya te vale, Jorge. Mira que mandarme un reto sobre Isabel Pantoja, con lo poco que me gusta esa ladr… ejem, señora. Pero como yo soy una cumplidora y, encima, es tu cumple, no me voy a quejar. ¡Al lío!

Bajo el sol de Cantora

Cantora, querida, ¡por fin te veo! Han sido meses muy largos sin ti. No te imaginas, Cantora mía, lo fría que era la celda de Alcalá de Guadaíra. Bueno, no tan fría como las de otras presas, pero ya sabes… ¡yo soy Isabel Pantoja!

Te he echado de menos. He extrañado tus suelos tapizados y tus paredes llenas de retratos enmarcados de mi Paquirri. He llorado por no poder asomarme a tus ventanas y murmurar: “Toh ehto antes era campo”. Cada noche miraba la luna a través del diminuto ventanuco de mi sombría habitación carcelaria, deseando poder observarla desde tu hermoso jardín. Dulce, mi Kiko, la Bollo o cualquiera de mis súbditos me traería una copita de anís y la revista HOLA para reírme un rato y confirmar lo bien que me queda el Fotochó ese. ¿O es que acaso conoces a otra famosa a la que le brille tanto la coleta?

Últimamente, la prensa me tiene un poco abandonada. Y no te voy a engañar, mi Cantorita: los echo de menos. Sí, echo de menos a esos paparazzi que, tras unos cuantos años hincando codos en la facultad de Periodismo, luchan por conseguir unas palabras mías frente a sus ‘alcachofas’ o un buen plano de mi rostro de tonadillera. Pero ya lo dije en su día y me mantengo: “¡No me van a grabá más!”.

Los Estados Unidos tienen a Madonna, Inglaterra tiene a su reina (Isabel tenía que llamarse, qué grande…) y España me tiene a mí. Soy una diva y no entiendo por qué me ignoran. ¿Acaso no tengo yo más arte que el Gran Hermano VIP ese? Ya vendrán a mí, ya… Ya acamparán a tus puertas bajo el sol de agosto, mi Cantora. Tiempo al tiempo. Y lo que tengo claro es que ahora es mi tiempo, mi momento.

isabel pantoja meme
«La condená». ¿Lo pilláis? Ji, ji, ji.

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Pero dejemos a la Panto al lado, porque hoy el protagonista eres TÚ. Es tu cumpleaños y estamos deseando que nos cuentes cómo te sientes con tus recién estrenados 22 años. Así que… ¿por qué no lo haces en tu reto? Allá va:

Describe cómo te sientes con tus 22 con…

1. Una canción

2. Un GIF

3. Un emoji de WhatsApp

4. Una foto de Terelu

5. Un microrrelato de 100 palabras como máximo

Ah, y una vez más: ¡¡¡¡FELICIDADES!!!! 

gif birthday


Lidia

 

Lo que de verdad importa

Creí que jamás podría superarlo. Cada vez que miraba las fotos de nuestra boda, no podía contener las lágrimas. Lloraba, lloraba hasta que los ojos me escocían y mi cara enrojecía. Sollozaba hasta que los suspiros se ahogaban en mi pecho y la pena se incrustaba un poco más en mi corazón. Él, el hombre que todavía era mi marido, me había abandonado. Se había marchado para siempre junto a otra mujer. Por supuesto, no la culpo a ella. Es él el que tenía una familia, el que huyó sin despedirse, sin dar una explicación, sin asumir sus responsabilidades, sin pedir perdón. Yo me sentía hundida en el agua podrida de un pozo llamado ‘desamor’. Estaba muerta en vida, una vida que ya no tenía sentido para mí. Nadie podía salvarme.

Entonces, la miré a ella. Sonrió inocentemente mientras tomaba mi mano entre las suyas. Me regalo una mirada de amor a través de sus ojos rasgados. Ella, tan pura y cariñosa, amaba vivir, a pesar de que la vida no había sido del todo justa con ella. Solo tenía ocho años, pero me había enseñado mucho más que yo a ella. A su lado, había aprendido a amar, a valorar lo que realmente importa, como el placer de escuchar una voz suave o la textura y el aroma de la leche caliente. A veces, cuando caminamos juntas por la calle, siento que se clavan en nosotras miradas de lástima. «Pobre niña», piensan. «Su madre tiene ganado el cielo, ¡vaya heroína», murmuran. Pero a esa gente tengo que decirles algo: la única heroína que hay aquí es ella. No necesita que nadie se compadezca de ella por padecer Síndrome de Down. Es una niña normal, fuerte y tierna, que tiene un futuro prometedor por delante. Y yo tengo claro que estaré a su lado, al igual que ella ha estado junto a mí en los momentos más difíciles. Ella fue la que me salvó cuando creí que todo estaba perdido. Ella es mi hija y es un ejemplo a seguir. Es mi ejemplo a seguir.

madre e hija
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Como ya adelantó Jorge en el reto que me propuso el lunes, hoy se celebra el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Por eso, no he podido resistirme a escribir un relato sobre uno de esos héroes, aunque uniéndolo a la otra opción del reto: adentrarme en el dolor del desamor. No voy a restar importancia al sufrimiento derivado de una ruptura amorosa. Que te rompan el corazón, duele. No obstante, debemos ser conscientes de que es algo que siempre tiene solución y se puede superar. Hay personas que lo tienen mucho más difícil en la vida pero que, a pesar de ello, luchan por sus sueños y por disfrutar del día a día, como es el caso del admirable Pablo Pineda, el primer europeo con Síndrome de Down en finalizar una carrera. Si ellos no se rinden, nosotros tampoco.

Dicho esto, llega el momento de retar a Lord Jorge. Como ya es jueves y el fin de semana está muy cerca, vamos a portarnos bien con él, ¿no? Una de las cosas más guays del mundo es la música, así que… ¿por qué no hacer un reto musical? ¿Os imagináis que las historias que narran nuestras canciones favoritas cobraran vida? Por ejemplo, que Saint Jimmy de Green Day existiera o que conociéramos por fin quién es aquel, del que tanto habla Raphael. Esta semana, nuestro británico-argelino Jorge tendrá que elegir una canción y escribir un pequeño relato sobre ella. Y no, no me refiero a escribir sobre el cantante o grupo que la interprete, sino sobre la propia canción. Vamos, que por fin sabremos quiénes se colaron y plantaron en nuestra fiesta, a quién le importa lo que yo haga (y lo que yo diga) o qué pasaría si yo fuera un ‘shicó’. A ver con qué nos sorprendes, jorgeaskatz.

Pero, ojo, que esto no acaba aquí. Como segunda parte del reto, quiero que Jorge se arranque con un microrrelato de no más de 140 caracteres. Eso sí, los elementos de este microrrelato (personaje, acción y lugar) vendrán determinados por la inicial de su nombre, la de su apellido y su edad.

– PERSONAJE (elígelo según la letra por la que empiece tu nombre)
Nombres de la A a la D:
Un vampiro
Nombres de la E a la I: Un caballero inglés
Nombres de la J a la N: Un pintor loco
Nombres de la O a la S: Una gata blanca
Nombres de la T a la W: 
Una profesora
Nombres de la X a la Z: Un espantapájaros

– ACCIÓN/VERBO (elígelo según la inicial de tu primer apellido)
Apellidos de la A a la D: 
Cantar
Apellidos de la E a la I: Amar
Apellidos de la J a la N: Sonreír
Apellidos de la O a la S: Correr
Apellidos de la T a la W: 
Llorar
Apellidos de la X a la Z: Reír

– LOCALIZACIÓN (elígelo según tu edad)
De 0 a 15 años: 
París
De 16 a 20 años: Sidney
De 21 a 25 años: Londres
De 26 a 35 años: Nueva York
De 36 a 50 años: Santiago de Compostela
De 51 a 70 años: Estambul
Más de 70 años: La playa

¿Qué le saldrá a George? Vosotros también podéis participar y compartir vuestro microcuento en los comentarios. 😉 Bye, bye!

Lidia

 

Juana de Castilla, una loca muy cuerda

Quiero escapar

Intento gritar pero no lo consigo. Deseo huir pero no tengo escapatoria. Quiero derribar las paredes de mi cárcel improvisada y clamar al cielo que no estoy loca. Padre dejó de mirarme a los ojos hace mucho tiempo y, por eso, no ve verdad en ellos. Sé que realmente me mantiene cautiva porque Isabel, mi dulce madre, no está a su lado. Su alma se encuentra junto a Dios, ese Dios al que rezo cada noche para que me libere de esta locura inventada. Quizá él también sea un mero artificio, a pesar de que a mi madre le atormentaran mis pensamientos. ¿Acaso el dolor es locura? Si así fuera, mi padre habría de estar loco y no he visto hombre más cuerdo que él, aunque que no desee que sea reina. Pero yo tampoco insisto. Gobernar un reino entero no sirve de nada sin amor. Aún no puedo soportar la muerte de mi Felipe, a pesar de que en vida me hizo sufrir. Fue el hombre más bello de Castilla y fueron muchas las mujeres que codiciaron su amor. De él me quedan mis hijos, mi tierna Catalina, el único alma que aún permanece a mi lado. Carlos, en cambio, fue mi primera ilusión y la luz de sus ojos me recordó desde el principio a su padre. Ahora está muy lejos de mí, pero presiento que será un hombre poderoso y su nombre perdurará más que el mío. Al fin y al cabo, solo soy una solitaria voz que susurra en la oscuridad mientras la vida confabula a sus espaldas.

juana la loca
Detalle de ‘Doña Juana la Loca’, obra de Francisco Pradilla y Ortiz (1877)


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Así se debió sentir Juana I de Castilla o, al menos, así es como interpreto yo que se sintió. Aunque este relato sea mera ficción, creo que Juana podría haber sido una gran mujer en la Historia de España, pero no se lo permitieron. ¿Qué opináis vosotros?

Jorge, ahora te toca a ti ponerte a escribir, así que menos ver series históricas (en realidad ve reposiciones de ‘Gandía Shore’ aunque no lo reconoce) y más teclear palabras. Como ya sabrás, el pequeño Nicolás vuelve a estar de actualidad. Que sí, que tú y yo estábamos un poco hartos de los falsos selfies con él que se enviaban en los grupos de WhatsApp estas navidades, pero la vida es así. Y es que Paquito Nicolás ya forma parte de nuestra vida, de la cultura pop diría yo, todo un icono de lo mainstream. Él, que le quitó el puesto del relaciones públicas más famoso a Froilán, ahora quiere entrar en la política. Sí, sí, no estoy mintiendo. Su objetivo es formar parte del Senado para (¡¡atención!!) eliminarlo. Y, oye, teniendo en cuenta la utilidad de este órgano, no le faltarían votos. Así que, en contraposición con tu bonito pero amargo relato sobre los refugiados sirios, quiero que esta semana nos hagas reír inventándote el posible programa de el pequeño Nicolás for president. Suerte.

Saludos y buen fin de semana a toda la gente del Feisbuk, el Tuirer Instagramm.

Lidia

‘Five directions’ (o cómo es muy duro ser fan)

Ser fan es duro y está infravalorado. A diferencia de lo que muchos piensan, no es tarea fácil idolatrar a todas horas a tus ídolos, gastar tu sueldo -o paga- en merchandising de esa serie que te tiene enganchado y memorizar hasta el bonus track de ese cantante cuyo rostro dionisíaco empapela las paredes de tu cuarto. Y todo esto por no hablar de la gran dosis de imaginación que necesita todo buen fan que se precie para crear los mejores hashtags que apoyen a tu ídolo en Twitter y para diseñar los collages más cool que te hagan triunfar en Fotolog.

Como ya adelantó Jorge en su anterior post, los fans también sufrimos, sobre todo aquellos que hemos crecido bajo el influjo de las boy bands de los 90. ¿De qué me sirvió aprenderme la coreo de ‘I want it that away’ y (casi)acabar la colección de cromos –os lo puedo demostrar– si los Backsktreet Boys acabarían separándose? Que sí, que al igual que otros grupos que un día rompieron nuestro corazón de grouppie, los BSB han vuelto, pero nunca será lo mismo. Porque, por mucho que me duela decirlo, la ruptura de una banda marca un antes y un después, y yo siempre seré más de El Canto del Loco que de Dani Martín, de Pereza más que de Leiva y de Take That más que de Robbie Williams. Creo que la única separación que apoyo es la de Justin Timberlake y ‘N Sync, pero es que Justin mola demasiado…

Bien, prometo no enrollarme más en la intro, porque al final Jorge se va a acabar enfadando por no abordar su reto que, os recuerdo, consiste en escribir el futuro de los integrantes de One Direction, esa boy band de rompecorazones pijos al más puro estilo británico que ha anunciado su separación. Porque, reconocedlo, One Direction mola, y no hace falta ser una directioner pura para verlo. Como bien expresa Andrea Compton en uno de sus vines, todos hemos cantado alguna de sus canciones en algún momento. Creedme, os lo digo yo que puedo pasar de conducir con Marilyn Manson de fondo a dar saltitos de alegría cada vez que en una fiesta comienza a sonar ‘Best song ever’. Bien, pues este es uno de los posibles finales de One Direction según mi imaginación -y mi corazón roto-:

Five directions

Poco queda ya de esas ilusiones que nacieron hace cinco años y que hoy comienzan a desvanecerse con el ya nostálgico tema ‘What makes you beautiful’ de fondo. Cualquiera diría que Harry, Zayn, Liam, Niall y Louis nacieron ya con el papel de hacer gritar a adolescentes eufóricas que, cargadas de pancartas, se hicieron llamar ‘directioners’. Ellas y la SuperPop están de luto porque One Direction se divide, se separa, se rompe. Ya no hay una dirección, sino cinco, unos caminos totalmente independientes. Primero fue Zayn Malik, que decidió emprender su carrera musical en solitario. Y es que, desde la última gira del grupo en España, Zayn descubrió que el pop se le quedaba pequeño y que había un estilo musical que encajaba mucho más con su voz y su talento: el flamenco. Aún no se conoce la fecha de lanzamiento de su primer disco como solista, aunque sí se sabe que el álbum contará con colaboraciones como Pitingo y Niña Pastori. Louis es otro de los chicos de 1D que planea continuar en el mundo de la música, compaginando su carrera con su labor como papá. Ya que en el grupo apenas le dejaban cantar los coros y alguna frase suelta, el británico quiere demostrar que su voz es valiosa por sí misma. Sin ir más lejos, interpretará en solitario la banda sonora de la nueva entrega de ‘Torrente’, y esta vez serán otros los que le hagan los coros a él (Jaque mate!). Respecto a Niall, el chico dulce del grupo (todas las boy bands tienen al típico chico de mirada angelical), ya se sabe cuáles serán sus próximos pasos: protagonizar una película. El joven irlandés se ha cansado de los escenarios y ya ha comenzado el rodaje de una película para adultos. Sí, «para adultos» es porno. Un camino muy diferente es el que ha tomado Harry, el indiscutible (ex)líder de One Direction. Tras sus muchos affaires con guapas celebrities, Harry ha copiado a los Jonas Brothers y se ha comprado un anillo de castidad con el que promete no volver a tocar a una mujer hasta el día de su matrimonio. Y, para asegurarse de ello, se ha recluido en un monasterio budista en el que permanecerá alejado del género femenino durante unos cuantos años. Y… ¿qué pasa con Liam? Sí, Liam, el eterno ignorado, ese miembro de One Direction que no es el favorito de ninguna fan. Harto de que las directioners se fijaran más en el tupé de Zayn o en los hoyuelos de Louis que en él, el muchacho de Wolverhampton ha publicado su primera novela erótica. ¿Venderá tantos ejemplares como la autora de ’50 sombras de Grey’? ¿Llevarán al cine XXX su historia y darán a Niall el papel protagonista? A día de hoy es imposible saber el final.

one direction
¡Guau! Como esto que he escrito se haga realidad… Vamos, yo pagaría por escuchar a Zayn haciendo un cover de ‘Noches de bohemia’ y por ver alguna de las pelis de Niall. Dicho esto, Jorge, me dirijo a ti para presentarte tu próximo reto. Bueno, en realidad es mi reto porque lo elijo yo, pero ya me entiendes.  Esta semana quiero que saques a relucir tu orgullo publicista y nos vendas un producto. Imagínate que estás ofreciendo una ponencia -al más puro estilo Cuban Council– a un grupo de gente -potenciales clientes- concreto y tienes que convencerles de que tu producto es el mejor. Tú decides el producto en cuestión y la única condición es que no tenga nada que ver con el perfil de tu público. Vamos, como si tratas de vender ropa para gatitos a un puñado de moteros rockeros o unos calzoncillos con la bandera de España estampada a Artur Mas. Sedúcenos y cómpranos en 300 palabras como máximo. Bye!

¿Conseguirías venderle un peine a Hagrid?
¿Conseguirías venderle un peine a Hagrid?

Lidia

Las princesas también bebemos cerveza

Las princesas no somos como nos pintan en los cuentos. No somos delicadas muñequitas ni damiselas en apuros a las que rescatar. Nos gustan los vestidos y los zapatos de cristal, pero también los vaqueros y las Converse. Entonamos dulces cantos a los pájaros del bosque, pero también escuchamos heavy metal. No nos pasamos la vida cuidando nuestro cabello ni maquillándonos porque somos mucho más que un físico. Y, aunque se empeñen en regalarnos flores y apetitosas manzanas, preferimos unas tapas y una cerveza bien fresquita. De hecho, yo jamás probé una manzana, a pesar de lo que os han contado durante años. ¿De verdad me creéis tan ingenua de fiarme de una anciana desconocida que regala frutas sin ton ni son? Jamás acepté esa manzana y nunca caí en un profundo sueño del que un apuesto príncipe me tuvo que despertar. Tras el episodio de la manzana envenenada -que, por supuesto, rechacé- seguí viviendo con mis amigos, los enanitos del bosque. Y no, yo no me encargaba de dejar la casa de los siete hombrecillos como los chorros del oro. Cuando ellos llegaban a casa de trabajar en la mina y yo de patrullar -soy bombera forestal-, todos colaborábamos en las tareas domésticas. ¡Faltaría más! Viví con ellos durante un par de años, hasta que me mudé a la ciudad con Cenicienta, que dirige una empresa de zapatos conocida en medio mundo. En un par de semanas vamos a viajar a China para ver a Mulán, que vive allí, y a Aurora, que está en el país de Erasmus. Y antes de que me preguntéis sobre mis planes de boda, os diré que no, no los hay. Estoy centrada en mi trabajo, en mis amigas y en mí misma. ¡Ah! Y también en mi blog sobre videojuegos. Ya tendré tiempo de conocer a algún príncipe, aunque, oye, quizá me gusten más las princesas. El tiempo dirá. ¡Besos!


Blancanieves.

blancanieves princesa feminista

¡Se acabó! ¿Os ha gustado? Recordad que podéis felicitarnos (ejem, ejem…) o criticarnos a través de comentarios tanto en el propio blog como en nuestras cuentas de Twitter. Y, dicho esto, quería aprovechar para pedir perdón por mi tardanza en escribir el relato de esta semana, pero os prometo que nunca más me saltaré los jueves. Como habéis podido ver, os he querido contar la historia de Blancanieves con un final bastante distinto al que estamos acostumbrados, tal y como me encargó Jorge. Y es que es muy interesante estudiar el papel de las mujeres en las producciones de la factoría Disney, que comenzó siendo minoritario y con el perfil de princesita sumisa y ha ido avanzando en nuevos modelos femeninos bastante más positivos y renovadores como Mérida (‘Brave’), Tiana (‘Tiana y el sapo’) y las hermanas de la película ‘Frozen’. Aun así, todavía queda mucho por hacer en cuanto a incorporar el feminismo y los buenos valores sociales en el cine de animación, expectativas que espero que se cumplan con Moana, la nueva chica Disney.

Perdonad esta charla, pero ya sabéis que cuando se trata de feminismo, no hay quien me calle. Dicho esto, llega la hora de retar a nuestro querido George. Y, como esta semana le he robado un día de escritura, intentaré ser buena con él. Como sé que está disfrutando mucho en tierras andaluzas, solo le voy a pedir un poema -de la extensión que quiera- sobre Granada. Puede hablarnos sobre la Alhambra o sobre la gente que recorre sus calles bajo el sol. Incluso, puede contarnos una historia ficticia ambientada en esta mágica tierra a través de los versos. Eso sí, que rime. A ver si consigue enamorar a granadinos y forasteros por igual.

Besos con sabor a manzana -y a cerveza-.

Lidia

Fugacidad, verbos y viajes en el tiempo

Hola, amigos y amigas. Sé que aún no es jueves, pero me he adelantado como los anuncios de la vuelta al cole de yasabéisquégrandesalmacenes. Esta semana voy a estar algo desconectada, así por eso comparto antes tanto mi relato como el reto que le propongo a Jorge. Eso sí, no dejéis de visitar nuestro anterior post, porque nuestro querido George se lució en este precioso relato que denuncia un aspecto muy concreto del machismo.

Emoción y lágrimas aparte, llega mi turno. Jorge ha querido que reflexione sobre la importancia de los verbos, un ingrediente esencial de la gran sopa a la que llamamos lenguaje. Por eso, mi deber es contar algo con tan solo tres verbos -y que tenga sentido-. Así que allá va mi microrrelato:

– Hola.
– Hola.
– Ron.
– Yo, Harry.
– ¿Sabes qué es la amistad?
– No, pero contigo lo aprenderé.

ron y harry 2

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Y como dice la gran Elvisa«Y ya está». Esta semana ha sido todo muy fugaz, pero los fans de Harry Potter sabemos más que nadie que hay conceptos y momentos que necesitan muy pocas palabras -y verbos- para explicarse. Tampoco me voy a entretener mucho explicando el reto que le propongo a Jorge para el próximo lunes, así que allá voy:

1. Esta semana debes viajar en el tiempo, en concreto al Renacimiento. Los personajes de tu relato deben ser artistas de la época como Leonardo Da Vinci, Rafael o Miguel Ángel.

2. Es imprescindible que en tu relato aparezca alguna red social, o bien alguna aplicación digital como Whatsapp. Puedes recrear una conversación entre los artistas, imaginar cómo habrían sido sus perfiles de Facebook, qué imágenes habrían subido a Instagram o cómo habría influido Twitter en su obra. Tú decides cómo hacerlo, pero debe aparecer algún elemento de este tipo.

3. Buena suerte and I love you.

Firmado: una tortuga ninja fan del arte.

Volver… con la frente marchita

Tras una semana de descanso, aquí estoy de nuevo. Antes de compartir mi relato de hoy, quería contaros una anécdota que os animará la semana y con la que os reiréis más que con el último relato de St. George. Y es que el bueno de Jorge y yo decidimos viajar el fin de semana a tierras manchegas para encontrar inspiración en los bucólicos paisajes de Cuenca. Cual Lord Byron y Mary Shelley, recorrimos montañas y buceamos entre los peces ibéricos en busca de nuevas ideas literarias, hasta que al señor Abad se le ocurrió la genial idea de dar un paseo en moto con el propósito de imitar a Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’. ¿El problema? Que más que asemejarse a la elegante belga, se marcó un Edgar versión dos ruedas. Podría adjuntar un vídeo de la fatídica caída, pero me lo reservaré para el día que Jorge me proponga un reto fastidioso. *hahahaha*

Dicho esto (lo siento, Jorge, tenía que dar a conocer tu historia), me dispongo a acatar las instrucciones del reto que me planteó Georgie la semana pasada: escribir un relato protagonizado por él y por el personaje femenino principal  de una película. ¡Allá vamos!

Volver… con la frente marchita

Eran días ajetreados para la productora de cine El Deseo, y aún más para Jorge, su productor ejecutivo. Faltaba solo una semana para acabar de rodar la película y no cesaban de surgir imprevistos. Para empezar, la empresa de catering que habían contratado les había dejado tirados en el último momento y Jorge no sabía cómo enfrentarse a un equipo de más de treinta personas hambrientas. Desesperado, su corazón dio un vuelco cuando sus ojos se encontraron con un restaurante algo destartalado pero espacioso en aquella inhóspita calle madrileña.
– Mario, hazme el favor y acércate a ver si ese establecimiento está abierto- le pidió a uno de los ayudantes de cámara.
El joven acudió sin rechistar y, pasados un par de minutos, regresó con una sonrisa en los labios:
– Señor Abad, ya tenemos lugar para comer.

Tenían tanta hambre los miembros de El Deseo que apenas se oía conversación alguna. La comida estaba deliciosa, sobre todo la jugosa carne que componía el segundo plato del menú. Jorge se levantó de su mesa con el plato vacío y el estómago aún rugiendo. No es que la cantidad no fuera abundante, pero las preocupaciones de su trabajo le abrían mucho el apetito. Se acercó a la barra en busca del cocinero, al que deseaba felicitar personalmente y pedirle otra ración de carne. Mientras esperaba que alguien le atendiera, observó distraídamente la curiosa decoración del local, que mezclaba tonos rojos y rosados sin pudor alguno.
– ¿Puedo ayudarle, zagal?- le preguntó una voz femenina en la que convivían el acento madrileño con un ligero deje manchego.
Jorge, ligeramente sobresaltado, se giró para ver a la dueña de la cantarina voz. Con un pose chulesco, una mujer alta y de grandes senos le miraba apoyada en la barra. Su cabello oscuro estaba recogido en un alto moño que dejaba al descubierto sus grandes ojos negros, muy perfilados. Tras unos breves segundos de contemplación, Jorge carraspeó y logró articular unas palabras:
– Señorita, es un placer estar en su restaurante. Quería saber si podría tomar más carne. ¿Es de cerdo? Está absolutamente deliciosa.
La joven contuvo la risa mientras se colocaba el delantal. «Seguro que he sonado demasiado pedante», pensó Jorge con fastidio.
– Sí, es de cerdo- contestó ella arrastrando las palabras de un modo misterioso- Puede tomar todo lo que quiera. Y, por cierto, soy Raimunda.

Durante los días posteriores, Jorge ansiaba la llegada del mediodía. Adoraba entrar en aquel restaurante con olor a fritanga y comer cada día la misma carne mientras Raimunda se paseaba con gracia entre las mesas. Tan a gusto se sentía con esa mujer, a pesar de que sus conversaciones apenas duraban unos minutos, que le pidió a Mario que le propusiera celebrar una fiesta con todo el equipo en el restaurante. Y, por supuesto, la anfitriona estaba invitada. Su alegría fue inmensa cuando se enteró de que ella había aceptado.

Por fin llegó el día o, mejor dicho, la noche de la celebración. El establecimiento estaba lleno de gente, pero aún no había rastro de Raimunda. Su hija Paula era la que les había recibido y Jorge temía que ella no apareciese. Sin embargo, su inquietud duró poco, pues no tardaron mucho en abrirse las puertas del local para dar paso a una Raimunda exuberante. Vestía un entallado vestido negro que marcaba sus curvas y realzaba su belleza. Jorge tragó saliva cuando la vio acercarse a él.
– Hace una noche preciosa. ¿Le parece bien que cante?
– ¿C-cómo?
– Sí, muchacho. Cantar para animar un poco el sarao.
– Ah. Sí, claro. Como quiera, Raimunda.
No hicieron falta insistencias. Raimunda colocó una silla en el centro de la estancia y, tras hacerle una seña a Paco, que siempre iba acompañado de su guitarra Alhambra, comenzó a cantar:

Silencio. Aplausos. Raimunda y Jorge intercambiaron miradas empañadas en lágrimas.

La fiesta continuó durante unas horas más, pero Jorge no podía marcharse sin despedirse de la mujer que le había retorcido el alma con solo cantar.
– Raimunda, nos marchamos. Muchas gracias por el servicio durante esta semana.
– No, Jorge. Ellos se marchan, pero tú no.
Jorge pestañeó muy rápido sin entender. Raimunda le tendió la mano y le susurró:
– Quédate conmigo.
Jorge tragó saliva. ¿Quedarse con ella? ¡Si apenas la conocía! Su mundo se basaba en su productora, en su asfixiante rutina de trabajo. Sin eso, no era nada. Pero, cuando estaba a punto de contestar, la palabra «No» se escurrió en su garganta y murió en sus labios. Simplemente, asintió.

Nunca se imaginó que aquel restaurante le cambiaría tanto la vida. Habían pasado dos semanas desde el rodaje de la última película de El Deseo y la vida de Jorge había cambiado por completo. Estaba en un coche conducido por Raimunda, que dejaba escapar una media sonrisa cada vez que el viento acariciaba su flequillo. En los asientos traseros iba Paula que, como siempre, estaba enfrascada en la pantalla de su móvil.
– Aún no me has dicho dónde nos dirigimos- le recordó Jorge tímidamente.
Raimunda retiró un instante la vista de la carretera y le sonrió.
– Vamos a un paraíso de casas blancas bañadas por la luz del sol y la brisa del Júcar.
Jorge se rió. No tenía ni idea de qué pueblo hablaba. Desconocía lo que les deparaba el futuro. Pero, mientras la miraba a ella, se dio cuenta de algo muy curioso: le importaba un bledo.
penelope cruz
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C´est fini! Como habéis visto, el relato está basado en ‘Volver’ (2006) de Pedro Almodóvar y está protagonizado por Jorge IV, El Egocéntrico. ¿Te lo esperabas, George? Créeme que he tenido muuucha tentación de escribir el relato sobre ‘The Reader’ (Kate Winslet y Ralph Fiennes… ¡ay!) o sobre LJDH (Katniss, mujer luchadora y feminista donde las haya), pero me gustan los retos. Y sí, por fin he visto ‘Volver’ y aunque sabes que no soy muy almodovariana (#TeamBayonaForever) me ha gustado. Hala, ahora te toca a ti. Ya que en mi relato compartes plano con la mismísima Pe Cruz y te has ganado un Goya (porque, cariño, Penélope está muy bien en esta peli pero tampoco de Óscar), quiero que para la próxima semana nos muestres el discurso que pronunciarás en la recogida del premio. Puedes ser emotivo, chistoso, freak… ¡lo que quieras! Eso sí, en no más de 350 palabras, que si no el público se aburre. ¡Ánimo!

Lidia

P.D: Ojo con la versión original de la BSO de ‘Volver’. Muy grande, Gardel.

Mi secreto más oscuro

Como cada jueves, llega la hora de afrontar el reto de Jorge. El publicista más dicharachero nos demostró el pasado lunes que las matemáticas pueden ser más profundas de lo que pensamos, sobre todo si se le añaden los acordes de la inseparable guitarra de Marcos, el Álex Ubago de Santa Justa que nos enamoró en ‘Los Serrano’. Seguidamente, me encomendó una tarea que me agradó y asustó a partes iguales: escribir una historia de amor inserta en una problemática social como, por ejemplo, la trata de seres humanos o la homofobia. De alguna manera, siempre se siente cierta responsabilidad a la hora de tratar temas tan sensibles, aunque sea a modo de ficción, pero también es cierto que es una buena manera para visibilizarlos y denunciarlos. Espero que os guste mi relato de hoy y, sobre todo, que contribuya -aunque sea un poquito- a la concienciación y solución del problema.

Mi secreto más oscuro

Era viernes y la boutique estaba plagada de clientes ansiosos por encontrar el bolso perfecto o los zapatos soñados de sus amadas. Al día siguiente era San Valentín y muchas parejas pensaban celebrarlo por todo lo alto. Me gustaba mi trabajo, pero llevaba demasiadas horas de pie y manteniendo una sonrisa forzada. Por suerte, apenas faltaban diez minutos para echar el cierre, así que suspiré aliviada mientras me alisaba la falda del uniforme frente a uno de los espejos de la tienda. Mi rostro cansado me dedicó una mirada reprobatoria, como queriéndome decir «No te quejes, Taranee, otras veces lo has pasado peor». Mi reflejo no mentía, pero ya hacía mucho tiempo desde que había enterrado mi pasado. De repente, las acristaladas puertas se abrieron y un hombre apresurado penetró en la estancia. Tragué saliva. ¡Jamás había visto a un tipo igual! Era alto, delgado, de mejillas suaves y nariz poderosa. El color dorado de su cabello perfectamente cortado brillaba casi tanto como su media sonrisa. Sentí cómo mis tostadas mejillas enrojecían mientras se acercaba al mostrador, pero era un cliente más y debía atenderle mientras la tienda siguiera abierta. Al menos, debía intentarlo.

Todo sucedió muy rápido. Yo ya estaba preparada para recomendarle alguna prenda para su preciosa esposa, pero él tenía muy claro el artículo que quería comprar. Sabía que su madre -sí, su madre- estaba prendada de un pañuelo de seda azul muy elegante de la tienda, por lo que decidió sorprenderla en San Valentín. Porque, increíblemente, no estaba casado ni tenía una novia rubia de largas piernas y pechos de infarto. No es que yo le preguntara sobre asuntos tan personales, pero él se abrió a mí mientras me miraba con una intensidad que jamás había observado en unos ojos humanos. La atracción entre nosotros había sido instantánea y ambos éramos conscientes de la electricidad que invadía el ambiente. Y es que solo así podía describirlo: dos cuerpos lejanos unidos por una corriente eléctrica que generaban energía cinética con tan solo pestañear.

Sin apenas darme cuenta, me vi en una de las suntuosas mesas del restaurante más lujoso de la ciudad. Llevaba ya más de cinco años allí y jamás había entrado en un sitio como aquel. Él me miraba como si fuera la criatura más bella de la faz de la Tierra, pero yo sentía que mi sencillo jersey gris desentonaba en ese lugar de luces, vinos caros y zapatos Louboutin. No obstante, me olvidé muy rápido de las miradas de recelo dirigidas a mi vestimenta o a mi ensortijada melena de rizos africanos. Me encontraba muy cómoda al lado de Dan, el primer hombre que me trataba como un caballero. Le deseaba tanto como él a mí y, por ello, no tardamos mucho en acudir a la habitación del hotel donde se hospedaba. Casi me había olvidado de mi gran secreto.

Una vez en su habitación, comenzó a besarme con ternura. Sus delicadas caricias no tenían nada que ver con la rudeza de otros hombres con los que me había tocado lidiar. Yo correspondí a sus besos mientras le quitaba su lustrosa camisa, sintiéndome explotar de felicidad. Todo iba bien hasta que intentó ayudarme a quitarme la ropa interior. Instintivamente, salté de la cama y me alejé de él. Dan no entendía nada y me preguntó preocupado qué me sucedía, pero yo ya ni siquiera podía verle. Las lágrimas me cegaban y los recuerdos se agolpaban en mi pecho, dejándome sin respiración y abrasando mi garganta. No podía dejar que viera mi cuerpo desnudo. Se espantaría y se marcharía, dejándome sola sobre el frío suelo de mármol. A pesar de mis sollozos, acabó acercándose a mí para secarme las lágrimas, aunque nada podría borrar el rastro de mi vergüenza, la penitencia que mi cuerpo sufría desde que era una niña. Pero como confiaba en él, acabé venciendo mis miedos y liberándome de la ropa interior, dejando al descubierto mi gran secreto. Él observó horrorizado mi sexo y me dirigió una mirada interrogante, pero no hacían falta palabras para explicar esa barbarie. Mi cuerpo estaba mutilado, una tortura que sufrí cuando tan solo tenía tres años. Había niñas que eran ‘cortadas’ antes y eran sus propias madres las que las llevaban a ese matadero improvisado en medio del desierto africano. En mi caso, fue mi abuela la que dejó que un hombre desconocido arrancara una parte de mi cuerpo escudándose en la tradición. ¿De qué me servía a mí esa excusa? Ni siquiera habiendo huido de mi tierra hacia Europa había logrado escapar del miedo y la vergüenza de sentirme una mujer ultrajada e incompleta. Pero jamás pronuncié ninguna de estas palabras ante Dan. Él lo entendió todo con solo mirarme y, a partir de esa noche, me demostró que sí era posible ser una mujer segura y feliz. Solo tenía que creerlo.

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Como siempre, espero que hayáis disfrutado con el relato, aunque esta vez no trate sobre un tema demasiado amable. Como habéis podido comprobar, el gran secreto de Taranee, la protagonista, no es otro que haber sido víctima de la mutilación genital femenina, una práctica aún muy extendida en el mundo, sobre todo en el continente africano. Justificándose en la tradición y en el relativismo cultural, los agresores extirpan los genitales femeninos total o parcialmente a muchas niñas y chicas para evitar que sientan placer en el acto sexual -una razón machista e inhumana-. Las consecuencias físicas son terribles y las secuelas psicológicas, imborrables, por no hablar de las niñas que fallecen durante el salvaje proceso de la ablación. Por todo esto, hay que seguir hablando sobre estos temas y difundiendo estas historias, por muy desagradables y tristes que resulten.

Para no acabar el post con un sabor amargo, tengo el placer de presentar el próximo reto que deberá afrontar nuestro querido Jorge. Esta semana también te voy a dejar mucha libertad, pero no te acostumbres. Lo que quiero que hagas es que escribas un relato con el formato y extensión que desees inspirándote en la siguiente fotografía:

reto

No te he aclarado demasiado, ¿eh? ¿Tanta libertad te abruma? Bueno… nadie dijo que ser microescritor fuera fácil.

Lidia

No solo hay filósofos en Fotolog

Este lunes, el bueno de Jorge debía tener el día moñas, razón por la cual nos regaló un final alternativo de ‘Titanic’ de lo más romántico -y ministérico– y por la que me encargó un reto bastante azucarado. Mi cometido de hoy es, ni más ni menos, transmitir una enseñanza al más puro estilo Paulo Coelho, es decir, mediante un texto reflexivo, filosófico y, como se suele decir, inspirador. En este caso, he decidido escribir sobre la importancia del optimismo, un valor que a veces brilla por su ausencia en los tiempos que corren. No prometo nada, pero espero que os guste.

La fábula de las dos hermanas

Don Rodrigo Balaguer era un distinguido duque que tenía bajo su poder dos territorios, Villa Plana y La Rosaleda. Sus súbditos lo adoraban, pero un despiadado año de malas cosechas hizo que enfermara y que tuviera que permanecer en su lecho día y noche, noche y día. El desdichado viudo se sentía desesperado por no poder atender sus latifundios, así que le encargó a sus hijas Celina y Juliana que se hicieran cargo de todos sus deberes y quehaceres. Las jóvenes muchachas, que adoraban a su padre, aceptaron sin dudar.

Celina se puso al mando de Villa Plana y, al poco tiempo, ya estaba exasperada. Las cosechas continuaban siendo funestas, una tormenta derrumbó la iglesia y los campesinos, cuyas tripas rugían por el hambre, se organizaron en revueltas. Sintiéndose incapaz de hacer frente a estas adversidades y viendo que nada cambiaba, delegó sus responsabilidades en su tío Alfonso y acabó sumida en una profunda depresión.

Juliana estaba al frente de La Rosaleda, donde la situación era aún más grave. Los animales carecían de pasto, había escasez de alimentos y los índices de delincuencia eran más altos que en la época de su tatarabuelo Ataúlfo II. Todo parecía estar perdido, pero Juliana no se rindió. Cada mañana, se asomaba a la ventana y le prometía al sol que las cosas cambiarían. Y así, tras casi un año de sangre y sudor, La Rosaleda se convirtió en el lugar próspero que fue con su padre.

A Don Rodrigo le quedaba poco de vida y sus mejillas palidecían aún más cuando observaba la mirada triste y de fracaso de su hija Celina. Sin embargo, cuando miraba a la alegre y soñadora Juliana, le parecía estar ante una estrella, un astro que ni siquiera cuando el cielo oscurecía perdía su fulgor.

Así que ya sabéis, amigos, el peor camino que se puede emprender en la vida es el de la rendición. O como diría Winston Churchill«un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad y un optimista ve una oportunidad en toda calamidad». O como expresaba el gran James Dean«no se puede cambiar la dirección del viento, pero sí ajustar las velas para llegar a tu destino». Vamos, que hakuna matata y que «la vida no está hecha para contar calorías».

Casi se me olvida… ¡ahí va el reto para Jorge!

Esta vez, te voy a dar bastante libertad para tu próximo relato. La única condición es que el inicio sea este *redoble de tambores* : 

«En un andén de la estación bajo el sol abrasador…»

Puedes construir desde un microrrelato en formato tuit de 140 caracteres hasta una pieza de 500 palabras. Puedes continuar con tu faceta de guardián del amor y deleitarnos con una historia romántica o apostar por otros géneros como el thriller, la comedia o hasta el realismo mágico. Pero eso sí, acuérdate del sol abrasador y del andén de la estación. Y no, esta frase no está sacada de ningún sitio ni tiene que ver con que tenga el día nostálgico. Así que…¡a escribir!

Lidia Baños

Un invitado inesperado (o cómo arruinar una cita en cinco minutos)

Hemos comenzado la semana de una forma muy romántica gracias a la poética carta que Jonathan le escribió a su Tania, un relato de la pluma de Jorge -que, aunque no lo reconozca, esconde un cani en su interior-. Pero, además de mostrarnos su faceta más tierna, Jorge también me propuso un nuevo reto: narrar una experiencia cómica de una forma dramática. Y el suceso en concreto es que al estar en una cita, un moco de colosales dimensiones amenaza con escapar de mi nariz. Todo esto en 213 palabras como máximo, por supuesto. Como veis, no se porta nada bien conmigo, aunque eso no ha conseguido hacer que me rinda. Disfrutad el relato, amigos.

Un invitado inesperado

Aquel caluroso día de junio era una fecha especial. Me miré al espejo y mi nervioso rostro me devolvió la mirada. Me ajusté uno de los tirantes de mi entallado vestido nuevo y tragué saliva mientras cogía las llaves del coche para dirigirme a mi cita. Era la primera vez que quedaba con él y quería que todo saliera perfecto. Había reservado mesa en una elegante hamburguesería y sabía que él ya estaría allí, esperándome. No me equivocaba.

Estaba más guapo que nunca y algo dentro de mí vibraba cada vez que me hablaba. Yo sonreía sin poder evitarlo y él observaba mis labios con cierta curiosidad. De hecho, no dejaba de mirarme ni un segundo, pero me di cuenta de que sus ojos no enfocaban precisamente a mi pintalabios rosado. Y, entonces, lo supe. Noté su presencia dentro de mi nariz, que era realmente donde él me miraba. Un ser verdoso acariciaba mis paredes nasales amenazando con saltar sobre mi hamburguesa de un momento a otro, y él lo estaba viendo todo. Las mariposas de mi estómago se habían transformado en furiosas polillas que me producían ganas de vomitar. La cabeza me daba vueltas y las lágrimas me nublaban la vista. Tenía un inquilino en la nariz y el corazón roto, y eso era más de lo que podía soportar. Por eso, me levanté y me fui, sin mirar atrás.

gif moco

¿Os ha gustado? Tanto si creéis que este relato merece los mismos aplausos que un drama de Shakespeare como si os ha recordado a las típicas cartas de la sección ‘Tierra trágame’ de la BRAVO, podéis comunicármelo mediante un comentario o a través de las redes sociales. Pero, por supuesto, esto no acaba aquí. Ahora le toca a Jorge preparar un relato para el próximo lunes para demostrarnos que siempre puede sorprendernos (o no). Ahí va el reto literario de esta semana:

1. Ya que además de microescribir en este espacio, también tienes otro blog sobre ficción y contenido fan fiction, quiero que cambies el final de una de las mejores películas de la Historia: ‘TITANIC’. Sí, lo que lees, quiero un final alternativo para esta joya de James Cameron y ni Jack ni Rose pueden morir.
gif titanic
2. Tú decides las características de este desenlace, pero no en más de 300 palabras.

3. Este reto no tiene nada que ver con que ‘Titanic’ me haya traumatizado. En serio, hace tiempo que lo he superado. Ya no lloro por Jack. Bueno, puede que alguna vez. Pero no, no tiene nada que ver. De verdad…

Lidia Baños